Karmelynda Valverde |
Ay, papá Dios, neta
que para sustos no gano. Apenitas me andaba reponiendo del shock que me produjo
ver sorpresivamente las nalgas gordas de Cristian Castro, en un video que
circula en las redes sociales, cuando de sopetón me topo en la cancha pública
del bello nido de mis infantiles chincuales, con el fantasma del ‘Mesías’’ de
Macuspana. O sease, lo que queda del otrora engallado y broncudo, ‘’presidente
legítimo’’ Por su pollo dijo el caldo, que me refiero a Andrés Manuel López
Obrador. Y es que la neta, la neta, don Pejejito ha ido perdiendo además de la
chispa que lo caracterizó en algún momento, la popularidad de la que tanto hizo
alarde. Por recomendación médica, ha tenido que bajarle media rayita, pero
continúa yéndosele la ‘’ferza’’ por la boca…aunque ya con menos yemas…pero esta
tarde del pozolero jueves de la semana que concluye, en medio de su chincualuda
gira por Costa Chica, habló, habló y habló. Chistoretón el ñor dijo que se trae
de mecate corto a don Quiquirrín Peña Nieto. Que las reformas son para terminar
de partirnos la mandarina en gajos y que bla, bla, bla, bla y chalalá, chalalá,
chalalá.
Ya saben, choro
mareador y pose de ‘’El Justiciero tabajqueño’’, con reminiscencias de ‘’Vulgarcito’’
(por aquello de ‘’te traigo finto, te traigo finto’’)
También dijo don
Manuelito, que su MORENA del alma no es plato de segunda mesa de nadie, esto en
alusión al Senador Ríos Pitter, del que dijo que por sus tanates (los del
Pejejito) nuncamente podría ser candidato de ese Partido. Y que no le dará el
Vo. Bo. ‘’manque baile la chilena’’. (Asústame panteón).
No faltó la chispa
costeña de un paisano, que observando detenidamente a don Manuelito, mientras
este se iba lírico con su perorata, que exclamara ‘’No, ya se ve harto jodidón
y cascado’’.
Así qué, porfa,
alguien de mis 13 lectores haga la caridad de avisarle a don Armandito qué si
sabe contar, no cuente ni con don Peje ni con su MORENA.
EL IFE Y LAS WINZAS
Cuando la Matahari me
dijo que necesitaba hacer el trámite para cambiar su credencial del IFE, no lo
pensé dos veces para decirle que con mucho gusto la acompañaría en la odisea.
De entrada y sepa Judas porqué, desapareció la oficina del IFE que por tantos
años funcionó en Ometepequi. Actualmente viene personal de la oficina del IFE
en San Luis Acatlàn, una semana cada mez y tramitan y entregan credenciales.
Matahari me tiró de a
loca cuando le dije que había que irse a formar desde la media noche para
conseguir una de las 50 fichas que diariamente se reparten, para el dichoso
trámite de la credencial de elector.
Pero finalmente me
hizo caso y pasadita la media noche nos apersonamos, en las oficinas del IFE,
donde dos muchachos ya estaban formados. Mamertona como siempre ha sido
Matahari, me dijo haciendo aspavientos ‘’No manìn, yo no voy a pasar la noche
aquí haciendo cola’’. Acto seguido, se dirigió al muchacho que ocupaba el
segundo lugar y le propuso:
-Voy detrás de
ti…guárdame mi lugar y ahorita te traigo de cenar y tu coca pa’que aguantes el
desvelo-
No muy convencido el
muchacho, hizo una mueca y musitó algo que no entendimos. MataHari insistió.
-Ándale tú, no te me
pongas chocante, te voy a traer tu platote de tacos al pastor y tu litro de
coca bien fría.
Sin decir sí pero
tampoco que no, el muchacho se estiró pretendiendo ignorar lo que Matahari
estaba diciendo. Esta regresó a la camioneta, y nos dirigimos a los tacos al
pastor. Cenamos muy quitadas de la pena y miramos la televisión, para regresar
a la oficina del IFE, cerca de las dos de la mañana. Ya para esas horas, había
35 personas haciendo fila. Matahari estacionó de ese lado la camioneta, y bajó
a darle los tacos y la coca prometidos al muchacho y volvió a sentenciar,
aunque esta vez alzando la voz para que la escucharan todos los que hacía cola
‘-Voy detrás de ti, pero ando algo enferma por eso es que no puedo estar mucho
tiempo parada, pero aquí voy a estar en la camioneta-
Volvió a ponerse ante
el volante, sacó una almohadita la puso entre el cristal de la ventanilla y su
cabeza. En ese momento me percaté que estábamos justo enfrente del Bar Mocambo.
La música, se escuchaba fuerte a pesar de que estábamos con los vidrios arriba.
Matahari trataba de dormir, yo en cambio, fijé mi vista en el Mocambo. 3 winzas estaban afuera, fajando abiertamente
cada una de ellas, con su respectivo marchante. De inmediato me remití a los
días de mi infancia, cuando doña Hilda, la madrota dueña del cabarét ‘’La
Viborita’’, llevaba a sus pupilas a la revisión médica reglamentaria al Centro
de Salud, y después caminaban por la calle principal para hacer compras de
cosméticos, telas, zapatos y otros chunches, y lo hacían de una manera sui
generis: todas tomadas del brazo ocupando lo ancho de la calle, caminando
salerosas, orondas y lirondas disfrutando del estigma y el señalamiento
pueblerino.
Al grito de ahí vienen las winzas, las abuelas
nos metían a la casa para que no viéramos la desvergüenza de las winzas. Pero
Mamá Laura no contaba con mi astucia. Yo siempre me iba a nuestra recámara
donde dormíamos yo y 3 de mis hermanas en dos literas. Una de ellas daba a una
pequeña ventana, por lo que más tardaba Mama Laura en meternos para que no nos
contamináramos con el pecado de las winzas, cuando yo ya estaba trepada en la
litera de arriba para contemplar a doña Hilda y a sus winzas. Esos vestidos
solferinos, las uñas largas y puntiagudas pintadas de rojo igual que la boca,
eran mi hit. Igual que sus chinos oxigenados. Soñaba yo hacerme la permanente
en los pelos necios y echarme harta agua oxigenada de la que vendíamos en la
farmacia, así como ellas.
Soñaba también con un
vestido color solferino de ‘’medio paso’’, igualito al que usaban ellas. Todo
eso recordé mientras observaba, a estas winzas que sin ningún recato se
manoseaban con los marchantes. La música que salía del Bar era tan alta que no
podíamos dormir. La Matahari, así como yo nos revoloteábamos en los asientos de
la camioneta, como chinicuiles en comal caliente. Finalmente nos venció el
sueño hasta qué…unos golpecitos en la ventanilla nos despertaron. Era el
muchacho al que Matahari le había encargado el lugar, para avisarle que ya
estaban repartiendo las fichas. Matahari fue por su ficha y regresó a la
camioneta para acomodarse en la misma posición recargando la cabeza en la
almohada apoyada en la ventanilla. En ese momento me dí cuenta que ya habían
cerrado el bar. Pero seguía la fiesta puertas adentro. Matahari apretó los ojos
tratando de dormitar otros rato. Dentro del bar un hombre cantaba en un
Karaoke, con la pista de una canción de José Alfredo Jiménez que decía ‘’Tres
días sin verte mujer, tres días llorando tu amor’’….la voz de una mujer que se
notaba pasada de copas decía ‘’Dios es nuestro Padre y a El se le respeta’’,
las voces de otras mujeres discutían eso..de pronto de ahí mismo se comenzó a
escuchar una voz de mujer cantando entre borracha y llorando ‘’Desde el cielo
una hermosa mañana, desde el cielo una hermosa mañana’’. En este punto la
Matahari explotó
-Ya ni la chingan
estos…
Yo pensando que se
refería a las winzas borrachas que en los mismos descibeles decían palabrotas y
enseguida hablaban de Dios, iba a decir algo cuando me interrumpió, espetando.
-Neta que ya ni la
chingan estos del IFE, no es posible que tenga una que velar toda la noche para
hacer el trámite de la reposición de la credencial de elector. Y tú deberías decirle al presidente municipal
que intervenga, para que regrese el IFE a Ome. Y yo, nostalgia winzesca al
margen se los paso al costo.