· De
los dos últimos municipios creados, pervive la pobreza y desigualdad.
Atoyac de Álvarez,
Guerrero.- 02 de enero del 2015.- A propósito de políticas públicas que se
requieren se inviertan en la zona serrana de Atoyac de Álvarez, por parte del
gobierno federal y estatal, donde más que la creación de un nuevo municipio para
detonar desarrollo social se requiere estar alertas y preparados con
estrategias de protección civil y recursos suficientes de políticas públicas para hacer frente a los desastres naturales
que son cada vez más agresivos con los cambios climáticos; prueba de ello fueron Ingrid y Manuel en el
año 2014.
Los desastres naturales
pueden ocurrir en cualquier momento. La sierra de Atoyac se encuentra situado
en un punto de alta peligrosidad pues se localiza muy cerca del océano pacífico
y en las estribaciones de la sierra madre del sur con sus ríos, relieves, altas
montañas; por lo tanto con estas dos situaciones geográficas, está expuesto a
huracanes, deslaves de cerros y laderas; además de que pasa la falla de San
Andrés.
Con los eventos de Ingrid
y Manuel, algunas de las zonas serranas fueron declaradas por el CENAPRED
Centro Nacional de Desastres, como inhabitable, sin embargo los habitantes
decidieron quedarse bajo su propia responsabilidad y riesgo. Por lo tanto es más importante aplicar
políticas públicas para desastres naturales, más que la proclamación de un
nuevo municipio, porque más bien parece que es una estrategia del gobierno
estatal y de algunas de sus amistades en la sierra de San Vicente de Jesús para
estar vigentes en las mentes del electorado para los comicios próximos
electorales, sino entonces como se explica que no se suman a los trabajos que
ha venido desarrollando el municipio de Atoyac para capacitar y preparar a los
habitantes de la sierra en materia de protección civil con los topos de
Tlatelolco.
De nada serviría la
creación de un nuevo municipio en la zona serrana y con presupuesto disponibles
para impulsar desarrollo social con proyectos productivos, porque ante el
peligro de incertidumbre de que ocurra o no algún desastre natural, el “futuro” de la octava región se mostraría
rápido en un “presente” donde los recursos destinados a materia de política social, se tenga que
utilizar a la ayuda de los damnificados,
tal como paso en el gobierno del contador
Ediberto Tabarez Cisneros, que se tuvo que demorar las obras en la cabecera municipal por
utilizarse el recurso en la zona serrana que demandaba la ayuda inmediata ante
Ingrid y Manuel.
Entonces la creación de la
octava región se debería a un asunto de “eventualidad” por los procesos
electorales próximos, más que un programa de desarrollo “normal”, al cual creo
debe sumarse el gobierno estatal.
Más que la creación de una
octava región, se requiere que el gobierno estatal gestione ante el gobierno federal y en organizaciones no
gubernamentales (Porque ante estos fenómenos no hay recursos que alcancen),
presupuesto que esté disponible para otra vulnerabilidad de los daños que deja
una contingencia que puede suceder en una zona de alta peligrosidad.