Cualquier destino en el
Universo es Tierra hostil. Planetas con una gravedad que nos aplastaría como a
hormigas, aire tóxico, días de interminable oscuridad, temperaturas ultrafrías,
o tan altas que fundirían el plomo…. Todo hace difícil la vida para los humanos
ahí fuera. Este proyecto, explora la posibilidad de viajar a otros mundos
llevando puesta una “piel” (Wearable Skin) que proteja a las peregrinas del
espacio. Son diseños de Neri Oxman,
tecnóloga y bióloga del MIT.
Todos están realizados con
impresoras en 3D, y pensados para interactuar con un entorno característico de
cada destino en el Sistema Solar, adaptados para generar biomasa, agua, oxígeno
y la luz necesaria para sostener la vida más allá de nuestro nido terrícola.
Las piezas están hechas
mezclando materiales sintéticos y biológicos. Son vestidos “vivos”, según
Oxman. Por ejemplo, la ropa de Saturno incorpora bacterias que convierten los
hidrocarburos en comida, y la de la Luna, lleva algas que producen oxígeno.
Fascinantes diseños, cada uno de ellos pensado para un nuevo mundo.
JUPITER.
Un estómago como falda para poblar el gigante.
Júpiter es el planeta más
grande del Sistema Solar, con una masa dos veces y media más grande que la del
resto de planetas juntos. La ropa para visitarlo es un único filamento de
materia viva, que recrea la forma y las funciones del tracto gastrointestinal.
Está diseñado como un órgano para consumir y digerir biomasa, absorbiendo
nutrientes y excretando residuos. Se mueve, y está diseñado para que por su
interior circulen cianobacterias modificadas que convertirán la luz en azúcares,
que servirá de energía para las células de las Evas de Júpiter.