EFRAIN FLORES IGLESIAS |
A veces no entiendo a
algunos personajes del PRD.
Cuando son oposición y
ocurre un hecho de sangre, inmediatamente se ensañan con el que gobierna la entidad.
Olvidan que cuando ellos
estuvieron en el poder no cuestionaron a sus entonces gobernantes, por el
contrario, los defendieron a ultranza.
Fue una década que
gobernaron Guerrero y no les importó resolver los crímenes cometidos en contra
de algunos de sus compañeros de partido. Sólo se acuerdan de ellos cuando se
cumple un aniversario luctuoso. Armando
Chavarría Barrera, es uno de los olvidados por esos hipócritas que a los
cuatro vientos gritan ser de izquierda.
Tampoco hicieron nada para
exigir justicia para Arturo Hernández
Cardona, líder de Unidad Popular de Iguala, quien fue asesinado durante el
gobierno de Ángel Aguirre Rivero.
Pero eso sí, defendieron a José Luis
Abarca Velázquez hasta el último momento, a pesar de que éste fue señalado
por un testigo de darle muerte al luchador social.
Con
el PRD se recrudeció la violencia en Guerrero. Y fue en Acapulco en 2005, en la
colonia La Garita en donde inició el infierno que parece no tener fin.
Hace unos días fue
ejecutado el alcalde perredista de Pungarabato (Ciudad Altamirano), Ambrosio Soto Duarte, quien desde el
principio de su administración denunció que recibió amenazas de criminales al
negarse ser extorsionado.
Desde luego que el
gobierno federal no ha actuado con rigor para frenar la violencia que impera en
el todo el país.
Guerrero y Michoacán son
estados vecinos y que enfrentan una grave crisis de inseguridad originada por
los grupos criminales que se disputan el control para el trasiego y
comercialización de enervantes.
Ambrosio Soto fue ejecutado
en territorio michoacano y no en Guerrero. En Michoacán gobierna el perredista Silvano Aureoles Conejo.
Por supuesto que en
Guerrero la violencia no cesa, pero el PRD no cuestiona al mandatario
michoacano y se enfoca en lanzar dardos venenosos al gobernador guerrerense.
Es claro que aprovechan el
homicidio del edil pungarabatense para lucrar políticamente. Al PRD no le
preocupa realmente que se haga justicia, sino en pegarle a su adversario (el
PRI) para posicionarse electoralmente en 2018.
Asimismo, los dirigentes
del Sol Azteca guardan silencio en torno a algunos de sus militantes que son
señalados por sus nexos con el crimen organizado, mismos que en este momento
son alcaldes y legisladores.
Lamentable que el PRD sólo
proteste cuando le matan a un representante popular, pero que callan cuando
asesinan o agraden a un modesto militante.
El PRI tampoco canta mal
las rancheras. También tiene en sus filas a personajes ligados con el crimen
organizado. Es cuanto.
Comentarios:
E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias;
Twitter: @efiglesias