KARMELYNDA VALVERDE |
Ometepequi
se ha actualizado en muchas cosas, aunque haya algunas que me hubiera encantado
las dejaran como antaño. Verbigracia: las jícaras en las que nos vendían
el atole o el plátano migao o la
calabaza con leche y el arroz con leche fueron cambiadas por vasos de unicel. Los cuacuyules en conserva ya no los venden
en las hojas de almendro como en los días de mi chincualuda niñez, nooo, ahora van
en bolsita de plástico transparente y las torrejas en vasitos desechables.
El unicel le ha venido a partir la
mandarina en gajitos a aquella bonita costumbre de servir en cazuelas el pozole que ahora nos lo dejan caer en platos hondos de ese
material.
Y
neta son varias las costumbres ometepequense que me recontra cuachalangaría
retomáramos….¡y otras tantas que chispáramos! Como el comelitón y regaliza de
los velorios y novenarios de difuntos que la paisanada realiza más obligados
por librarse de la tijeretona maledicencia de la paisanada, que porque sea de
algún provecho espiritual el numerito.
Ah
pero mención aparte merece la modalidad aplicada de unos años para acá en el Bello Nido del alma mía: La época de
graduaciones. No, cuidao. Y no me
refiero a cuando alguien concluye su carrera aunque sea técnica, noo. Hoy en
día en mi terruño querido se arma huateque y comelitón, hasta porque los
chamaquitos concluyan el Kínder. ¡Cristo de la Gloriaaaaa! Salen a relucir las
tandas, las visitas a las cajas de ahorro o el préstamo familiar, lo que sea,
con tal de armar alboroto. Me comentaba
Matahari que una vecinita de ella que vende en el mercado, tuvo que ir a echar
el pégale a una prestamista local pues dos de sus hijos terminaban uno la
instrucción Primaria y la otra la Secundaria, y como quisos encompadrar con dos
pudientes también locales, tenía que
sacar pa’l chivo y el totole, esto nomás
para el presente o comelitón que se les lleva por adela a los padrinos, según
la costumbre costachiquense. Ya después el comelitón pa’l día de la ‘’graduación’’
y si son gente ‘’de gusto’’ hay que incluir la banda de chile frito, o ya de
perdis un sonido, pa sacarle polvo al piso….Ya después nos ocuparemos de las
deudas. ¡Ah y cueterío incluido!...hasta cámaras y bombas…¡qué chintehuas!
Dice
la Matahari perrediana que todo eso se debe a que ‘’semos gente de gusto’’.
¡Arajo! Creo que ni en la School os
Economics of London donde por cierto hizo una Maestría Rafa Navarrete, arman
tanto pancho boruquiento al concluir estudios…je je je ¡Chula mi tierra!
Aunque
les diré que en mis tiempos, apenas si llevaba uno al padrino si éramos
mujercitas y madrina los varoncitos, se recibía el certificado, el padrino o
madrina le entregaban a uno un regalito (a mí siempre me dieron medalla
con cadena de oro je je je) y unas gladiolas de sus jardines y tan tán dijo Tin
Tán, ahí se rompía una taza y cada quien
se chispaba a su casa. Ah no pero ahora cuidao, las barbacoas y los moles
de cune están a la orden del día. Pero
en honor a la neta prefiero estos huateques de graduaciones que los vasos de
unicel con atole. ¡Y qué siga y qué siga el gusto y que viva Cohetepec!