ES OBVIO QUE EN TLAPA,
como en muchos otros municipios del estado, diversos campesinos se quedaron sin
recibir su fertilizante por su exclusión del padrón de beneficiarios. Por
fortuna, en ese municipio tienen al diputado federal Victoriano Wences Real que
gestiona su inclusión en un padrón adicional. Para ello se reunió con el
secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y desarrollo Rural, Juan José
Castro Justo, quien se comprometió, en breve, a resolver la petición. Ojalá y
otros actuaran igual en favor de los hombres del campo que se quedaron sin
recibir el insumo.
A PROPÓSITO DE MUNICIPIOS,
y alcaldes, no hay duda que el de Tixtla, Hosseín Nabor Guillén, pretende
beneficiarse, o como dicen por ahí, sacar “billete grande” aprovechándose de la
necesidad del Ayuntamiento de Chilpancingo que requiere, de manera urgente, de
un relleno sanitario.
En efecto, el alcalde
tixtleco maniobró para que el Cabildo que encabeza se opusiera para que en un
predio de ese municipio, pero propiedad del Ayuntamiento de Chilpancingo, opere
un relleno sanitario con la más alta calidad, a pesar de que se cuentan con
todos los permisos, desde sanitarios hasta los de impacto ambiental, y a pesar,
también, de que se cuenta con el aval de los propios habitantes del lugar.
El objetivo: sacarle
recursos al gobierno municipal de Chilpancingo que encabeza Marco Antonio Leyva
Mena, toda vez que tiene la necesidad de un nuevo relleno sanitario, debido a
que el que actualmente opera en la ciudad ya rebasó su capacidad, por lo que es
de máxima urgencia la operación de uno nuevo, para lo cual el Ayuntamiento
capitalino adquirió, a través de la compra venta, un predio en Metlalapa, en
los límites con Tixtla, en donde se trabajaba en la construcción de una celda
emergente.
Obvio, la construcción de
la celda emergente, con los más altos estándares de calidad y especificaciones
de las autoridades de salud y del medio ambiente, tiene el aval, el crédito y
la confianza de la población de Metlalapa, donde se encuentra el predio, luego
de que habitantes de ésta conocieron personalmente la operación de uno similar
en otro estado del país. Sin embargo, el alcalde tixtleco, Hosseín Nabor
Guillén, manipuló al Cabildo de ese municipio para oponerse al referido relleno
sanitario que, dicho sea de paso, también beneficiaría, sin ningún costo, a la
ciudad de Tixtla.
Claro Eso es lo que menos
le importa al alcalde, que un día sí y el otro también se queja que no tiene
dinero. En consecuencia, pretende obtenerlo del Ayuntamiento de Chilpancingo,
provechándose de la necesidad que tiene de depositar los residuos sólidos que
genera la capital del estrado en un nuevo relleno sanitario. “Hoy es cuando”,
dijo el presidente tixtleco que en un afán perverso y mezquino pretende
aprovecharse de la urgencia de otros para satisfacer intereses propios.
No. No es que en verdad le
importe a Hossein Nabor Guillén la contaminación ambiental del municipio que
mal gobierna. Lo que le interesa es sacar ganancia del Ayuntamiento capitalino.
De importarle Tixtla y sus habitantes, entonces estaría de lado de los de
Metlalapa que con el relleno sanitario en cuestión, no sólo tendrían trabajo,
sino también energía eléctrica gratuita generada por la empresa que se haría
cargo de la operación del mismo, pero además, la población de esa comunidad
tendría una nueva carretera, y lo que más requiere, servicios con los que hoy
no cuenta.
Así, con la oposición del
Cabildo tixtleco, mangoneado por el alcalde de ese municipio, los habitantes de
Metlalapa, bien puede decirle a Hossein Nabor Guillén: ¡No me ayudes compadre!
Y es que, ciertamente, la
postura del edil, por cierto desconociendo un acuerdo de Cabildo anterior, en
nada ayuda a sus gobernados a vivir mejor, y en especial, la de los habitantes
de Metlalapa que, como decía, con la operación del nuevo relleno sanitario, les
iba a beneficiar más de lo que con buenas intenciones Hossein Nabor hubiera
querido. ¡Maldita mezquindad!
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