Tras los acontecimientos sangrientos más recientes
en Estados Unidos, cuando dos personas de raza negra fueron muertos por
policías blancos y cinco policías muertos por un negro, hacen suponer que sigue
la discriminación y el racismo en el país de manera rampante.
A pesar de que a
EU se le considera un país desarrollado, la verdad es que hay una disparidad de
criterios con relación a como se interpreta la ley entre sus habitantes. Y
esta, al parecer depende según la raza, la cultura o el nivel económico.
Generalizar a un
grupo social determinado es absurdo y sería una misma dosis de lo que se quiere
combatir. No obstante, en el terreno, en los hechos, quienes podemos constatar
por diferentes barrios en EU, que la actitud y el aspecto por donde se camina;
la comunidad con su actitud habla por sí sola. Quienes se llevan el peor juicio
es donde se muestra el desorden, se reniega de cualquier autoridad o
disciplina. Por consiguiente son los más propensos a causar problemas. Sin
embargo, son los que más se quejan de la autoridad.
Se supone que la
ley es igual para todos, pero la realidad es que no todos ven la ley de la
misma manera. Queramos o no, lo racial, lo cultural o la falta de integración
social son factores que tienen efecto a la hora de actuar de acuerdo a la ley.
No se trata de
justificar ningún crimen en la comunidad ni de las autoridades, pero si es
conveniente distinguir quienes y como se contribuye a estos problemas que
acaban en abusos de autoridad.
En el caso de
Chicago, si recurrimos a las estadísticas del crimen nos encontramos que los
porcentajes de delincuencia son desproporcionales tomando lo racial. Por
ejemplo, la comunidad afroamericana representa el 33% de la población pero
cometen el 75% de los crímenes. Y de estos, el 90% son entre ellos. El 72% de los
niños afroamericanos no tienen una familia tradicional, son hijos de madres
solteras y estas tienen varios de diferentes.
Los ‘hispanos’
representamos el 29% y nos corresponde el 20% del problema. Los blancos son el
32% de la población y contribuyen con el 4% del problema. El resto se lo
reparten entre otras razas.
Y eso se refleja
en la precaución. Si en nuestros barrios vemos pasara a un negrito frente a
nuestra casa, casi por reflejo mental nos preguntamos ¿que anda haciendo este
por aquí? Sospechamos de algo y quizás no lo perdamos de vista.
Como también si
un paisano se cambia a un suburbio de blancos es probable que los vecinos digan
“Ya nos cayó el chahuistle” (en inglés no sé cómo se diga), temiendo que la
casa vaya a estar sobre habitada o pueda haber borracheras acompañadas de
música regional a todo volumen.
Es casi una
reacción natural de auto defensa y en ambos casos obedece a la imagen ganada a
creces. Lo racial viene siendo un referente. No podemos negar que si hay
racismo pero no como se pretende ilustrar.
En lo que
respecta a la comunidad de raza negra,
por ejemplo al sur de la ciudad donde se sabe es la zona con el más alto índice
de crimen en todo EU. Si usted usa el transporte público como el tren de la CTA
-el metro-, la Línea Roja o Verde, y le agarra el anochecer sobre todo en fin
de semana, se dará cuenta que basta con que no sea de la misma raza como para
que se dé la arrepentida de su vida. Pues se está en un territorio que se
considera solo para los de ‘color’, y transitar por esos lugares es una
afrenta, o presa fácil.
Lo que se conoce
como ley del fuero común y que aplica a todos por igual, es ley muerta en estas
comunidades. Cuando los someten por desorden público se quejan de abuso de
autoridad exigiendo se cumplan al pie de la letra los derechos civiles y
humano. Más aun, fingen ignorar la ley para no someterse a una revisión de
rutina de la policía, a quien puede en cualquier momento salirle lo criminal
hastiado de lidiar siempre con lo mismo.
Los temas de
inmigración, racismo y terrorismo son temas centrales del momento y no faltara
quien los quiera compaginar. Los paisanos en EU no somos terroristas pero si
podríamos ser un problema social, en parte por la falta de integración,
aferrados a que la ley pueda estar en contra nuestra. Posiblemente si usted
vive en Chicago dirá que es un buen ciudadano, ¿pero el resto?
Las leyes son las
mismas para blancos, negros, cafecitos, amarillos o con turbante, pero si ni
siquiera las aplicamos en nuestra conducta personal o no se las exigimos a los
que nos rodean por no tener molestias, no esperemos a que un uniformado con
pistola cansado de bregar con lo mismo desenfunde y nos confunda con el típico
desadaptado social.
Entresemana.mx