La noche de este martes 14 de
marzo, Alejandra Barrales debe haber concluido que está en el momento idóneo
para encabezar la refundación del Partido de la Revolución Democrática rumbo a
la sucesión presidencial en 2018.
Y es que la presidenta
nacional del PRD esperó la presencia de las partes en discordia por la
coordinación de la bancada senatorial perredista. Ni Dolores Padierna ni Raúl
Morón atendieron a la convocatoria de Barrales Magdaleno para encontrar la
solución al problema, no crisis, que enfrenta el perredismo senatorial,
salpicado de protagonismos, oportunismos, ambiciones y veleidades.
Porque, sin duda, cada
senador es émulo de las divas de la política que, recién llegan al cargo de
elección popular olvidan la nacencia y buscan pulir figura y discurso para
incrustarse en el jet set azteca. Todos quieren ser gobernadores y, por qué no,
hasta presidentes de la República, cuando su cortedad no les da siquiera para
ser síndicos municipales.
Pero, vaya, la lideresa
Barrales tiene elementos de sobra para emprender la refundación del PRD con
aquellos que decidan cerrar oídos al canto de las sirenas para no irse a los
brazos de Andrés Manuel López Obrador, quien ha despreciado al PRD y sus prohombres.
Barrales debe deshacerse de
las malas famas de quienes fueron
alcaldes, gobernadores, diputados, senadores, regidores y síndicos municipales,
vaya, éstos que escalaron cargos públicos merced al pago de favores o porque
hicieron huesos viejos en la estructura del perredismo.
Quien se quiera ir, que se
vaya. Este debe ser el mensaje directo y contundente a quienes, apenas el
pasado fin de semana, dudaban entre ser perredistas o morenos. El licenciado
López Obrador echó redes al río revuelto y estuvo a punto de pescar la suma de
Barrales.
Pero, ¿dejar al PRD y
desmantelarlo? ¿Enterrar al PRD? No, la solución al problema nunca será la
creación de un enorme problema. Barrales Magdaleno debe reflexionar
profundamente y levantar un padrón del verdadero perredismo, ése que en 1988
sacudió al PRI, al sistema y a la conciencia nacional.
Quizá parezca pueril esta
pauta, pero un recuento formal y sin apasionamientos daría a la lideresa el
sustento para encabezar al PRD en la sucesión presidencial, con un partido sin
los apellidos de siempre, refrescado, refundado y para pelearle de tú a tú el
liderazgo a Andrés Manuel López Obrador.
En ese ánimo llama la
atención el comunicado que distribuyó la Iniciativa Galileos, integrada por perredistas que en su momento se caracterizaron
por ser beligerantes con su propia dirigencia pero siempre dispuestos a la
negociación y el consenso, encabezada por Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando
Belauzarán, por lo menos como cabezas visibles tanto como Miguel Alonso Raya e
Isidro Pedraza.
De los siete puntos, en que plantean su postura frente a ese problema
pautado por Miguel Barbosa Huerta, destacan referencias como el “que
nadie se vaya con la finta, Andrés Manuel López Obrador no le ha propuesto ningún
acuerdo o alianza al PRD.
“Al contrario, al llamar a los
perredistas -incluyendo a la presidenta- a abandonar el partido y sumarse al
suyo, demuestra hostilidad hacia el partido que relanzó su carrera política, lo
hizo jefe de gobierno y en dos ocasiones candidato presidencial. La unidad de
la izquierda no se va a lograr con groseros exhortos a vaciar otras
instituciones políticas ni con convocatorias a sumarse a la cola de un proyecto
que sólo admite la obediencia como forma de participación. Cualquier
acercamiento debe partir del reconocimiento y respeto mutuos”.
Y en el que Iniciativa Galileos puntualiza
que solo “concebimos acuerdos políticos y electorales basados en coincidencias
programáticas. Si López Obrador está interesado en construir un frente
electoral en 2018 con el PRD y otros partidos que lo manifieste de manera
formal, en su calidad de Presidente de Morena, a nuestra presidenta Alejandra
Barrales para establecer una mesa de diálogo sobre la agenda y plataforma
electoral. Lo fundamental es coincidir en el proyecto, antes que en el
candidato”.
Luego prevé que en el Consejo
Nacional próximo se establezca la ruta crítica del PRD “para contar con una
plataforma electoral y un candidato presidencial este mismo año, en el
entendido de que debemos buscar construir frentes y alianzas con otros partidos
e iniciativas ciudadanas. Se trata de contar con propuestas serias para poner
en la mesa, estando abiertos a considerar otras. Reiteramos nuestro respaldo a
Alejandra Barrales para que conduzca este esfuerzo”.
Luego refiere que el
PRD debe estar abierto a construir un programa de transformación del país con
toda la oposición y, muy importante, con la sociedad civil. Y es que, acota, “el
país necesita mucho más que un simple cambio de personas en las altas esferas
de decisión gubernamental y resulta indispensable recuperar el trabajo
profesional y comprometido que desde la trinchera ciudadana se ha realizado
para incidir en la vida pública, no obstante las dificultades que entraña un
sistema copado por la partidocracia. Por eso saludamos el esfuerzo de AHORA que
promueve Emilio Álvarez Icaza y otros destacados ciudadanos. La irrupción de la
sociedad es un ingrediente valioso e indispensable para lograr el cambio que
necesita México”. ¿Se puede la refundación? En palabras de Ricardo Anaya,
Barrales debería responder: “¡Claro que se puede!” Conste.
MIÉRCOLES.
Apenas el presidente Peña Nieto inauguró el Nuevo Puerto de Tuxpan a principios
de mes y ahora el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz
Esparza, puso en funcionamiento la nueva terminal del aeropuerto de Veracruz,
de importancia estratégica para el país.
Cerca de 611 millones de
pesos se invirtieron para ampliar su superficie de 6 mil 400 a 17 mil 500 M2,
con lo que la nueva terminal incrementa su capacidad de servicio de uno a casi
cuatro millones de pasajeros al año. No cabe duda que el sector aeroportuario
experimenta uno de los periodos de crecimiento más importantes en la historia
de la aviación en México. Baste recordar que en lo que va de la presente administración
se le han inyectado recursos, tanto públicos como privados, por más de 77 mil
800 millones de pesos. Con la inauguración de este nuevo aeropuerto en
Veracruz, el gasto público-privado es a la fecha superior a los 60 mil millones
de pesos en ese rubro. Digo.
@msanchezlimon
@msanchezlimon1
@Entresemanamx