La renuncia de José Antonio Meade Kuribreña a la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público y su destape como aspirante del PRI a la Presidencia de la República, han
generado diversas reacciones.
Hay quienes cuestionan el dedazo del presidente Enrique Peña Nieto
a favor de su ex colaborador, pero olvidan que el verdadero padrino del
proyecto presidencial de Meade, es Luis
Videgaray Caso.
Peña Nieto sólo es un
instrumento de las ambiciones del secretario de Relaciones Exteriores.
La amistad entre Videgaray y
Meade, no surgió en este fallido gobierno federal. Son amigos desde que
estudiaron en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en los años
90. Posteriormente estudiaron en prestigiadas escuelas norteamericanas, en
donde se graduaron como doctores en Economía. Videgaray lo realizó en el
Massachusetts Institute of Technology (MIT), y Meade en la Universidad de Yale.
Ambos tienen un excelente curriculum
académico, lo cual no se discute.
También tienen experiencia
en la administración pública y la aprobación de los mercados financieros.
Pero debe quedar claro que
el líder es Videgaray. Meade no es político, es un tecnócrata bien hecho.
Videgaray es tecnócrata y sabe moverse en política, a tal grado de que es el funcionario
más influyente en el gobierno de Peña Nieto.
Hasta antes de la polémica
visita de Donald Trump a México, era el candidato natural del peñanietismo para
la Presidencia. No cayó de la gracia de los varones del dinero, pero su imagen
se deterioró antes de tiempo, pero tenía su plan B: José Antonio Meade.
El canciller logró doblar a
dos políticos colmilludos antes del 2018. Me refiero al ex dirigente nacional
del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera,
y al secretario de Gobernación, Miguel
Ángel Osorio Chong. Los sacó de la jugada.
Los
priistas presumen una unidad ficticia. Quieren quedar bien con
Peña Nieto y al ungido por su dedo. Pero desde Los Pinos hay preocupación, ya que los números no les cuadran. Y
temen lo peor para 2018.
Los priistas que tienen un
empleo o detentan un cargo en este momento, ya sea de auxiliares
administrativos en una dependencia o titulares en direcciones generales, no les
preocupa que un externo sea su candidato a la Presidencia de la República, ya
que para ellos lo más importante es no vivir fuera del presupuesto. No así, los
militantes de base, quienes son utilizados en cada proceso electoral para pegar
calcomanías, colgar mantas, agitar la matraca en los mítines y promover el voto
a favor de los candidatos que les imponen desde la cúpula.
La militancia es la que
pierde.
Meade
tiene prendas que lo distinguen y si llegara a Los Pinos, el que mandaría no sería él, sino Luis Videgaray. Y los
banqueros serían los más beneficiados.
Se entiende que no habrá una
rebelión en el PRI, pues hay sumisión y cero debate como en Morena.
Por cierto, a Peña,
Videgaray y Meade se les debe agradecer por los gasolinazos. Sí, esas medidas
que han afectado los bolsillos de millones de mexicanos y que seguirán en 2018,
año en que el precio de la gasolina Magna podría alcanzar los 20 pesos por
litro y el de la Premium subiría hasta tres pesos más. ¡Zas!
¿Quién
es José Antonio Meade?
José Antonio Meade Kuribreña
nació el 27 de febrero de 1969 en el entonces Distrito Federal. Tiene
ascendencia irlandesa y española, y está vinculado al sector banquero.
Es hijo de María Kuribreña
Orvañanos y Dionisio Alfredo Meade García León Avellaneda.
Meade no sólo es economista,
también estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El título de Doctor en Economía por la Universidad de Yale lo obtuvo en 1997.
No milita en ningún instituto
político, pero ha colaborado en gobiernos panistas y priistas.
El primer empleo que
desempeñó Meade fue el de analista de planeación en la Comisión Nacional de
Seguros y Finanzas (CNSF). Tenía apenas 22 años.
En 1997 asumió el cargo de
director general del CONSAR (Comisión del Sistema de Ahorro para el Retiro. Un
año después fue designado secretario adjunto del Instituto para la Protección
del Ahorro Bancario (IPAB), y en los dos primeros años del gobierno de Vicente
Fox fungió como director general de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda
y Crédito Público.
A finales de 2002 fue
nombrado director general de Banrural y en 2006 fue designado coordinador de asesores de Agustín Carstens, en ese
entonces secretario de Hacienda del gobierno de Felipe Calderón Hinojosa.
Y fue con Calderón cuando
ocupa por vez primera una Secretaría de Estado: la de Energía. Posteriormente
llega a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Tener
experiencia en temas financieros y codearse con empresarios poderosos, son sus
cartas de presentación.
Con Peña Nieto fue titular
de las Secretarías de Relaciones Exteriores, Desarrollo Social y Hacienda y
Crédito Público.
Dionisio Meade, su padre,
está vinculado con Carlos Salinas de Gortari. Por si fuera poco, fue el creador
del IPAB (lo que antes de 1998 se llamó Fobaproa). ¡Zas!
El Fobaproa es considerado
el robo más descarado del siglo XX y una deuda que durante varios años seguirá
pagando el pueblo de México.
Con razón los banqueros son
los más felices con el destape de
Meade como abanderado del PRI.
ENTRE
OTRAS COSAS… Durante la sesión de este martes, el
coordinador de la fracción parlamentaria de Movimiento Ciudadano en el Congreso
local, Ricardo Mejía Berdeja,
condenó el homicidio de Armando Arturo
López Solano, aspirante a la Alcaldía de Quechultenango, ocurrido el pasado
jueves en la cabecera de dicho municipio.
"Armando Arturo era un
hombre trabajador, un hombre tranquilo y un fuerte aspirante a la presidencia
municipal", dijo en tribuna
Y ante los nulos resultados
de la Fiscalía General del Estado para investigar y resolver crímenes en la
entidad, exigió por enésima ocasión la
renuncia de Javier Olea Peláez.
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