Habrá quienes estén en
desacuerdo y cuestionen que entre el alcalde Antonio Gaspar Beltrán y el gobernador Héctor Astudillo Flores haya una buena coordinación para sacar
adelante al municipio de Chilpancingo, sobre todo, porque son de diferentes
partidos políticos.
Lo cierto es que la capital del estado necesita el esfuerzo
de todos: de sus habitantes y de los tres órdenes de gobierno.
Y desde el pasado 30 de septiembre se perciben resultados positivos en lo
que respecta a la imagen urbana de Chilpancingo.
La campaña de bacheo se ha
intensificado, las luminarias siguen reparándose en diferentes puntos de la
ciudad y la recolección de basura es más eficiente.
Independientemente de los
problemas financieros que enfrenta el Ayuntamiento capitalino, el trabajo que
realiza el alcalde Antonio Gaspar y su equipo de trabajo es positivo.
Se
espera que el próximo año la situación sea mejor para Chilpancingo y sus
comunidades, ya que existe el compromiso de que el
presupuesto sea ejercido con responsabilidad y transparencia, algo que no se
reflejó en la anterior administración municipal que encabezó Marco Antonio Leyva Mena.
Son varios problemas que
aquejan a la capital del estado. La inseguridad pública y la grave situación
financiera por la que atraviesa la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de
Chilpancingo (Capach), son algunos ejemplos.
Lo
importante de todo es la buena disposición del gobernador Héctor Astudillo para
ayudarle a su tierra natal sin importar ideologías y colores partidistas.
Desde antes de asumir las
riendas del municipio, Gaspar Beltrán se reunió en diferentes ocasiones con el
mandatario estatal para acordar una ruta de trabajo coordinado y con absoluto
respeto.
Ojalá que la próxima
administración federal no abandone Chilpancingo y le dé la importancia
histórica que merece.
Es tiempo de unidad,
coordinación y grandes acuerdos para que nuestra querida capital guerrerense le
vaya bien. Los pleitos y las divergencias políticas no ayudan para nada.
ENTRE
OTRAS COSAS…Gerardo Fernández Noroña, diputado federal y
simpatizante declarado del mandatario venezolano Nicolás Maduro, admitió que
aspira ser presidente de México en 2024.
“¿Dónde
firmo? A cualquier político le gustaría, ni modo que diga que no”, dijo
cuando le preguntaron si le gustaría ser el sucesor de Andrés Manuel López
Obrador.
En 2012, Fernández Noroña
intentó sin éxito ser jefe de gobierno de la Ciudad de México y en el pasado
proceso electoral hizo pública su intención de ser candidato presidencial por
la vía independiente, pero al ver que no reuniría las firmas requeridas por el
Instituto Nacional Electoral (INE) se sumó a la campaña de López Obrador.
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