Mientras en San Miguel Totolapan, se firmaba el “Plan Linda Vista”, que
propone la creación de la Sierra como octava región económica y que busca
detonar el desarrollo de varias localidades de la zona, policías comunitarios
de Tlacotepec irrumpieron violentamente en Filo de Caballos, municipio de
Leonardo Bravo (Chichihualco) para recuperar el control de la carretera que
comunica a Chilpancingo con el municipio de General Heliodoro Castillo.
Se habla de al menos 7 muertos y 12 personas heridas durante el
enfrentamiento de más de tres horas que sostuvieron los policías comunitarios
de Tlacotepec con miembros de un grupo del crimen organizado que opera en
Leonardo Bravo y algunas comunidades de Chilpancingo.
La violencia en aquella zona de la entidad lleva más de dos años y se
originó por la lucha de dos grupos criminales que se disputan el control de los
sembradíos de amapola.
Ninguna autoridad ha garantizado orden y los operativos policiacos y
militares solamente han provocado el repudio de los pobladores, ya que sus
cultivos de amapola (su principal sustento) son destruidos al momento de ser
fumigados con sustancias químicas que afectan los mantos acuíferos.
Para nadie es secreto que durante décadas se siembra amapola en Leonardo
Bravo y General Heliodoro Castillo.
El problema que enfrentan actualmente los sierreños es la pugna entre
grupos del crimen organizado que cada vez más generan violencia y zozobra en las
localidades.
Todavía en 2010 se respiraba tranquilidad en la zona y los maestros y
médicos podían acudir a sus centros de trabajo sin problemas. La economía no se
veía afectada por la lucha entre grupos criminales, ya que solamente
predominaba el cártel de los hermanos Beltrán Leyva. La sierra estaba unida,
pues.
Luego de su llegada a la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, el 20 de junio
de 2015, el obispo Salvador Rangel
Mendoza se ha dedicado a buscar la paz en la zona. Y para ello se ha
reunido con los jefes criminales, a quienes les ha pedido pactar una tregua y
permitir el libre tránsito desde Xochipala hasta Tlacotepec.Lamentablemente,
las treguas que ha logrado gestionar no duran mucho tiempo.
Lo acontecido el domingo 11 en Filo de Caballos ya se veía venir.
Los policías comunitarios o, mejor dicho, la autodefensa que opera en
Tlacotepec ya había advertido que iba a liberar la carretera que comunica Chipancingo
con General Heliodoro Castillo.
Aproximadamente 3 mil comunitarios de Tlacotepec, Teloloapan, Apaxtla de
Castrejón, Cuetzala del Progreso, Cocula y San Miguel Totolapanllegaron a Filo de Caballos para sostener una reunión con comisarios
municipales de la zona, pero un grupo armado los recibió a balazos. La
respuesta fue plomo y más plomo.
La mayoría de los habitantes del pueblo huyeron hacia Chichihualco para
garantizar su seguridad, dejando su patrimonio y pertenecías.
Cabe destacar que Leonardo Bravo y General Heliodoro Castillo son
gobernados por los priistas Ismael
Cástulo Guzmán y Serafín Hernández
Landa, y el representante de dichos municipios en el Congreso local esOlaguer Hernández Flores, también del
PRI.
Y de acuerdo a reportes oficiales, el Cártel del Sur y Los Rojos
son los que se disputan a sangre y fuego el control de la Sierra.
Ojalá las autoridades pongan mayor atención al asunto para que evitar
que la violencia se recrudezca en Chilpancingo.
ENTRE OTRAS COSAS…La Auditoría Superior del Estado (ASE) y la
Contraloría General del Estado tienen algo en común: son elefantes blancos.
Es la hora en que no sancionan a ningún ex alcalde por irregularidades
financieras.
Solamente espantan con el petate
del muerto, mientras que Marco
Antonio Leyva Mena (Chilpancingo), Felícitas
Muñiz Gómez (Mártir de Cuilapan), Dámaso
Pérez Organes (Atoyac de Álvarez), entre otros, andan muy tranquilos
disfrutando del desorden financiero que heredaron a sus sucesores.
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