QUIENES VIVEN EN GUERRERO,
y quienes medianamente lo conocen, saben, perfectamente, que el estado, con
todo y sus problemas, tiene gobernabilidad, sus instituciones funcionan, y lo
que es más, hay obra pública y social, e incluso, en estos tiempos de contingencia
por la pandemia del coronavirus o Covid-19, y de crisis económica como una de
sus consecuencias, sus autoridades están al frente para prevenir la
proliferación del contagio y su combate.
En consecuencia, el
informe de la organización Crisis Group, que señala a Guerrero como un estado
fallido, o está desfasado o quienes lo redactaron desconocen la actual
situación, o simplemente se equivocaron de lugar, lo cual es muy común de
grupos y organizaciones que se erigen en tribunales y jueces, sin conocer la
realidad de lo que señalan.
Y es que los guerrerenses,
y quienes lo conocen sin ser del estado, saben, les consta que en Guerrero, con
todo y el Covid-19, con todo y la crisis económica, con todo y la inseguridad
como consecuencia del crimen organizado, saben que hay gobierno, y que la
situación no es nada diferente a lo que se vive en otros estados del país.
Hay que decirlo. Decir,
señalar, afirmar que Guerrero es el centro del crimen organizado en el país,
ciertamente es una ignorancia de la citada organización de la situación actual
del estado, que de estar en los primeros lugares del índice delictivo en el
país, hoy se encuentra en otra circunstancia, producto del trabajo diario que
realizan los tres niveles de gobierno que actúan en coordinación y de manera
conjunta.
Por supuesto, las cosas no
eran así hace cinco años, cuando a consecuencia de los hechos de Iguala,
producto de la delincuencia organizada, Guerrero se vio convulsionado por las
protestas de los normalistas, de los maestros de la Ceteg y de organizaciones afines,
de tal forma que los saqueos, los bloqueos de calles y de carreteras, toma de
edificios públicos e incluso el incendio de éstos, eran algo cotidiano.
Es cierto. No es nuevo que
organismos y organizaciones internacionales, de las que incluso nunca se ha
sabido de ellas, y menos aún quién las financia y cómo operan, hagan juicios de
valor pero no en sus propios países, sino en otros, erigiéndose en tribunales,
y con información incompleta, parcial o sesgada, e incluso, sacada de los
medios de comunicación, señalando con índice de fuego para castigar o premiar a
gobiernos.
Por eso es que, en el caso
del informe de referencia, lo menos que se puede decir es que no corresponde a
la realidad, que está desfasado o que en su caso es perverso.
Hay que decirlo.
Ciertamente Guerrero no es Disneylandia, diría un exgobernador para señalar las
adversidades y problemas que enfrenta, pero de ahí a que es un estado fallido
hay un gran abismo que solo pueden darle crédito quienes no lo conocen, ni de
oídas, al estado, o en su caso están empeñados en dar por hecho que la entidad
es todo un caos.
Puntualizo. Nadie puede
negar que en Guerrero hay problemas, incluido el de la inseguridad, como
consecuencia de la delincuencia organizada, pero de ahí a señalar que es un estado
fallido es faltar a la verdad, es querer engañar a quién sabe quién, y claro,
quedar bien con otros.
Sí. Guerrero ocupaba uno
de los primeros lugares en el índice delictivo nacional, pero eso era antes.
Hoy, el propio gobierno federal, el que encabeza el Presidente Andrés Manuel
López Obrador, reconoce que el estado ha dejado ese lugar para ubicarse en el
décimo lugar. Las cifras son del Sistema Nacional de Seguridad.
Así que, lo que menos
puede decirse del informe de la organización Crisis Group, es que está
desfasado, con al menos cuatro años. Claro, habrá quién le haga el caldo gordo,
pero será por otros intereses.
HAY QUE DECIRLO. DENTRO DE
POCO serán tiempos electorales, y en cuyo proceso estará en juego, entre otros
cargos de representación popular, el de gobernador del estado. No es pues
casual que desde ahora haya quienes, con el apoyo de organizaciones, pretendan
poner en entredicho lo que se ha hecho en Guerrero, y más cuando el Ejecutivo
local ha estado siendo objeto de reconocimientos por su labor.
Uno de estos
reconocimientos es porque en Guerrero ha disminuido el índice delictivo, y
recientemente, por el trabajo realizado para prevenir y combatir la pandemia
del coronavirus. Sin duda les preocupa el avance que tiene Héctor Astudillo Flores.
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