TicBit
Al principio de todo, allá
por 2007, 140 caracteres eran muy pocos. Incluso en junio de 2010, cuando ya se
publicaba una media de 65 millones de tuits al día, algunas voces autorizadas
seguían alertando de la falta de contexto y matices a la que empujaba la
naturaleza de Twitter. Sin embargo, hoy, cuando 200 millones de usuarios
registrados envían 400 millones de tuits al día, existen evidencias de que nos
hemos acostumbrado a esa dinámica y, es más, que ésta está modificando nuestro
lenguaje y nuestra forma de comunicarnos.
Un estudio publicado por la
Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York, afirma que la longitud de los
tuits publicados por los usuarios de lengua inglesa se ha acortado
sustancialmente entre septiembre de 2009 y diciembre de 2012. En concreto,
habla de una media de entre cinco y ocho palabras menos.
Christian Alis y May Li, de
la mencionada universidad, han recolectado 229 millones de tweets publicados
entre el 18 de septiembre de 2009 y el 14 de diciembre de 2012, registrándolos
junto a su fecha de publicación. Sin detenerse a analizar su contenido, los
autores del estudio afirman que “la gente se comunica cada vez con menos
palabras y más cortas”, según recoge Technology Review.
Entre
ocho y cinco palabras menos en cada tuit
Alis y Li han detectado dos
picos de longitud en los tuits analizados. El primero de ellos, el de mayor
longitud, se acerca a los 140 caracteres por motivos evidentes: ésta es la
extensión máxima que impone el entorno de la propia red social. El segundo, el
de menor longitud, es el que se ha reducido entre cinco y ocho palabras en el
período transcurrido entre septiembre de 2009 y diciembre de 2012.
Esto plantea algunas
cuestiones de interés, como si la variación detectada en la extensión de los
mensajes se debe solo a que los usuarios utilizan de forma cada vez más
efectiva la jerga propia de la red social, que ya ha “contaminado” incluso al
lenguaje offline de uso cotidiano, o si es que Twitter está cambiando sustancialmente
nuestra forma de comunicarnos.
Variaciones
geográficas en la extensión de los tuits
También se han preocupado de
estudiar cómo varía la longitud de los tuits de un estado a otro de
Norteamérica. Estas variaciones se correlacionan con estadísticas
socioeconómicas y dichos vínculos son sorprendentes.
Los autores han comprobado,
mediante un subconjunto de 800.000 tuits geolocalizados en distintos estados de
EEUU, que el número de publicaciones registradas en cada estado estaban
directamente relacionadas con la población censada en el mismo. A partir de ese
hallazgo, decidieron cruzar el volumen y la extensión de los tuits con algunas
variables socioeconómicas medidas también en el censo de 2010, como el
porcentaje de población negra en cada zona.
Así, descubrieron que
existía una correlación entre los estados con más población negra y una menor
extensión de los tuits. Ni Alis ni Li quieren establecer una causalidad en este
hecho, pero sí apuntan a que la población negra utiliza Twitter más frecuentemente
que otros grupos y emplea, también, la jerga de la red social con mayor
efectividad.
En cualquier caso, las
conversaciones reflejan las normas vigentes del lenguaje, así que cualquier
evidencia de cambio es relevante.