DEVERAS. ES ESTÚPIDO CREER
que la llegada a Acapulco del séptimo crucero, con bandera de las Islas
Marsahll, procedente de Puerto Quetzal, Guatemala, con casi 700 pasajeros y 400
tripulantes, sea un logro del alcalde Evodio Velázquez Aguirre, como consecuencia
de su última gira por los Estados Unidos. ¡Qué mal percepción tiene!
En efecto, el crucero MV
Sirena es el séptimo de la temporada 2016-2017, el cual entró a la Bahía de
Santa Lucia para anclarse en la Terminal Marítima, alrededor de las 7:00 horas
de este martes, y partió a las 17:00 horas para continuar con su recorrido
hacia Cabo San Lucas, Baja California. Es decir, solo estuvo en el puerto 10
horas.
Y es tonto, por decir lo
menos, porque el alcalde porteño presumió como un logro la llegada del crucero,
tanto que ya está pensando irse de nuevo a los Estados Unidos, pero ahora
llevándose hasta a los vecinos de la colonia Progreso, para que le cuenten a
los gringos que en Acapulco todo está tranquilo, que los muertos no existen, y
que sólo es la imaginación de la otra gente. ¡Claro, seguro piensa que son
idiotas los estadounidenses!
Cierto. Van a seguir
llegando cruceros a Acapulco, y el alcalde Evodio Velázquez va a continuar
regalándoles cocos, llaveros, sombreros de Chilapa y cajitas de Olinalá, y va a
seguir bailándoles y moviendo la panza, pero en honor a la verdad, ninguno de
los turistas que han llegado al puerto por mar tienen que ver con las visitas
que realiza el edil al extranjero, sino a la estrategia que sobre el ramo
despliega el gobierno del estado y el gobierno federal a través de sus
secretarías de turismo.
Hay que decirlo. Qué bueno
que pese a las alertas de las autoridades de los Estados Unidos, y Canadá, los
turistas de esos países visitan el puerto, ya por aire, tierra o mar, como
sucede con los cruceros, pero creer que es porque Evodio Velázquez va al
extranjero, disque a promocionar el puerto, y reuniéndose presuntamente con
empresas dedicadas al turismo, es un disparate y una gran mentira. Allá sólo le
dan el avión al edil porteño que les invita el desayuno.
Y HABLANDO DE GENTE DE
ESTE TIPO, la que no se midió es la diputada federal Beatriz Vélez Núñez, quien
también ocupa el cargo de secretaria del Sindicato de los Trabajadores de Salud
del estado, quien no solicitó, sino que exigió a la Secretaría de Salud,
encabezada por el doctor Carlos de la Peña Pintos, la entrega de 15 automóviles
nuevos para ser rifados entre su gente este fin de año, amenazando que de
ocurrir lo contrario, movilizará a los trabajadores del sector salud.
Es de sobra conocido, y
porque además lo ha señalado el secretario de Salud, que esa dependencia del
Gobierno del estado enfrenta una terrible escasez de recursos, como
consecuencia del mal manejo que hicieron de ella cuando menos los dos últimos
gobernadores del estado, de tal forma que incluso la dependencia tiene
problemas para pagar el salario de quienes ahí laboran, además de que en los
hospitales y centros de salud hay insuficiencia de medicinas, de material y
aparatos médicos, así como de enfermeras y doctores, todo en ello, en perjuicio
de la población, pero a la diputada federal parece ser que es lo que menos le
importa, pues ella quiere los 15 automóviles, que porque es una conquista de
sus agremiados.
Claro. Lo que no dice la
diputada federal y dirigente de los trabajadores del sector salud, a quien un
amplio sector de agremiados la señalan de actos de corrupción y de amenazarlos
cuando cuestionan sus acciones, es que quiere quedar bien con sombrero ajeno,
lo cual no es nada nuevo en ella, pues los apoyos que ha entregado como
“representante popular” salieron de las autoridades, como bien lo dijo en su
informe de labores.
¿Y los recursos del
sindicato, los que le entrega el gobierno? Ah, eso solo ella lo sabe, aunque
hay quienes la señalan y acusan de actos de corrupción. Con razón quiere ser
presidenta municipal de Chilpancingo. Jejé. Seguro que con ella, como
candidata, el PRI pierde.
POR ÚLTIMO, TIENE RAZÓN el
gobernador del estado. Hay que cerrar filas contra la violencia, todos, sin
distinción de ideologías ni de credo religioso, pues la violencia ciertamente
“no respeta religión ni situación económica”. Ojalá y se entienda que más allá
de quien gobierne el estado, hoy como nunca se requiere la unidad, sin
mezquindades, de todos los guerrerenses. Lástima que algunos no lo vean así,
como el dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo, que tal parece que quiere
que al estado le vaya más mal, para así capitalizar el descontento social.
Jijo!
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julio651220@hotmail.com