BIEN DICE EL DICHO:
“CUANDO LA PERRA es brava, hasta a los de casa muerde”, el cual le cae como
anillo al dedo al presidente del comité directivo estatal del PRD, Celestino
Cesáreo, quien se le fue con todo a su compañero de partido, Sebastián de la
Rosa, por el hecho de que éste gestiona recursos en beneficio de los que lo
necesitan y menos tienen.
“Vendido”, “sumiso”,
“dinerero” y otros tantos epítetos le dijo Celestino Cesáreo a Sebastián de la
Rosa, debido a que militantes del PRD, de la organización que encabeza el
diputado local, la CODUC, recibieron diversos apoyos gestionados ante el
gobierno federal y del estado, lo que nada le gustó al dirigente estatal
perredista, quien le reclamó que ellos son oposición al gobierno, y que en
consecuencia, nada deben recibir de las autoridades.
Es obvio que en este
pleito entre el dirigente estatal del PRD y el diputado local hay mucho más de
fondo, aunque también pone de manifiesto los conflictos internos entre las
corrientes políticas de este partido, de cara al proceso interno para elegir
candidatos rumbo al 2018.
Lo cierto es que el tal
Celestino, de ser un pobre diablo, como bien dicen en el PRD, es hoy uno de los
nuevos ricos dentro de ese partido, sin que se explique el origen de su
riqueza, por lo que al vivir bien, sin carencia de nada, no necesita de la
gestión ante las autoridades para obtener apoyos, como sí la tiene la gran
mayoría de los militantes del sol azteca, que ve cómo unos cuantos perredistas
se vuelven millonarios mientras ellos siguen viviendo en la pobreza.
Y EN OTRO ASUNTO, LA
DIPUTADA federal Beatriz Vélez, también dirigente de los trabajadores del
sector salud en el estado, sigue empeñada en arrancarle a la Secretaría de
Salud los 15 automóviles que le exige para que los rife en su posada de fin de
año, mientras en el Congreso local hay preocupación por la situación existente
en esa dependencia. Claro, eso es lo que menos le importa a la legisladora:
ella quiere los carros y ya.
El asunto es que en la
Secretaría de Salud no solo faltan recursos para comprar medicinas, sino que de
acuerdo a un estudio realizado, el estado de Guerrero concentró el año pasado
el 45 por ciento de las quejas por negligencia médica y por concepto de
“violencia obstétrica” que fueron presentadas a nivel nacional, lo cual es
considerado como una cifra alarmante pues
muestra que en los hospitales de la entidad no se está brindando una
atención médica adecuada, de acuerdo a los estándares necesarios,
principalmente a las mujeres embarazadas.
Es decir que los trabajadores,
entre ellos los sindicalizados que encabeza Beatriz Vélez, no están haciendo
bien su chamba, lo cual no es nada extraño, pues son precisamente los
trabajadores sindicalizados los que encabezan las denuncias, ya por malos
tratos, pésimo servicio y negligencia médica, lo que indudablemente conoce la
diputada, y aun así no solo no hace nada al respecto, sino que busca premiarlos
con automóviles arrancados por la vía de la presión a la Secretaría de Salud, a
pesar de que ésta dependencia atraviesa con problemas financieros de los que,
hay que decir, ha sido partícipe.
Hay que decirlo. No tiene
vergüenza doña Bety Vélez. Y es que tan solo en la Costa Chica, en lo que va de
este año, se han presentado 18 denuncias ante la Comisión de Derechos Humanos por
negligencia médica y violaciones a la salud en contra de los hospitales
establecidos en esa zona. ¿Y de quién? Pues de los trabajadores, o lo que es lo
mismo de los agremiados de la diputada que quiere sus 15 carros para rifarlos.
POR ÚLTIMO. TENÍA QUE SER.
El director del Instituto Guerrerense del Emprendedor, expresidente de la
Coparmex en Chilpancingo, Jaime Nava, en vez de apoyar a los empresarios y
comerciantes que más lo necesitan, incluidos los pequeños negocios, en vez de
acudir en su auxilio, les entrega recursos, y a “fondo perdido”, es decir,
regalado, a aquellos comercios que no tienen necesidad de ayuda.
Deveras. Hay cientos, por
no decir miles de negocios que requieren del apoyo solidario del gobierno, y no
necesariamente a “fondo perdido”, como los cien mil pesos que Jaime Nava le entregó al empresario Ramón Carreto,
quien además es funcionario de gobierno. Hay tantos negocios que requieren de
un crédito para salir adelante, y no que les regalen el dinero como lo está
haciendo el director del Instituto Guerrerense del Emprendedor, quien beneficia
a sus cuates.
Son tiznaderas las de
Jaime Nava. No es posible que ande regalando cien mil pesos a empresarios que
les va bien. Y son fregaderas porque el Gobierno del estado no está en bonanza
como para andar entregando dinero a quienes ya lo tienen, cuando hay otros que
lo requieren, ya sea negocios o los hospitales y centros de salud que, en
algunos casos, no cuentan ni paracetamol. Y el tal director del Instituto
Guerrerense del Emprendedor regalando el dinero.
Carajo! No hay ni a quien
irle. No sé quién es más cínico. Si Celestino Cesáreo, Beatriz Vélez o Jaime
Nava. Jijos!
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