Teoría de conspiración: el gobierno de los Estados
Unidos espía a toda su población.
Este tipo de información solía ser ridiculizada como
una fantasía derivada de una imaginación fértil. Sin embargo, incluso después
de que se reveló que la NSA (Agencia de Seguridad Nacional) había hecho
escuchas telefónicas ilegales en gran parte de los estadounidenses, recopilando
datos de celular durante más de una década, las personas tratan de engañarse pensando
que tal cosa no sucede.
Sí, ellos analizan todo (además de los datos
transmitidos por Internet), pero cubiertos bajo el paraguas de la “seguridad
nacional”. Usando los sucesos del 11 de septiembre de 2001 como justificación,
el gobierno afirma que ciertas libertades deben ser sacrificadas en pro de la
seguridad. ¿Verdad?
No sólo no existe evidencia de que la NSA haya
protegido a la población contra el terrorismo, sino que hay cada vez más
evidencia de que, de hecho, la hace más vulnerable a este tipo de actos.
Gracias a las revelaciones sobre la NSA y su
proyecto Prism (de vigilancia global, que fue revelado por los documentos de
Edward Snowden), sabemos que en el ámbito del espionaje la NSA va más allá de
lo que muchos teóricos de la conspiración originalmente creían.
A principios de junio de 2014, el The Washington
Post reveló que casi el 90% de los datos que están siendo colectado por los
programas de vigilancia de la NSA son de usuarios de Internet sin conexión con
actividades terroristas. Según la American Civil Liberties Union, se trata de
una clara violación a la Constitución. En todo este revuelo incluso México
entró al baile, con miles de usuarios mexicanos espiados, incluyendo al
expresidente Felipe Calderón y a Enrique Peña Nieto.