Un sueño
acariciado durante años por gran parte de la ciudadanía guerrerense, finalmente
se convirtió en realidad en esta semana qué está por concluir. Se nombró la Comisión
de la Verdad, que habrá de hacer una verdadera y real investigación en
torno a los cientos de personas asesinadas vil y cobardemente o que fueron desaparecidas
en forma forzosa durante la llamada guerra sucia, en el periodo comprendido en
los años de 1969 a 1979 del siglo pasado. Así, el gobernador Ángel Aguirre
Rivero, dio cumplimiento a una de las promesas que soltó como candidato. Fue el
pasado 17 de abril, cuando en sesión del congreso local, fueron nombrados para
conformar la cuestionada Comisión
de la Verdad: María del Pilar
Noriega, Nicomedes Fuentes García, Arquímedes Morales Carranza, Enrique
González Ruiz e Hilda Navarrete Gorjón. Es
cierto que la tarea de esta Comisión, está limitada a cubrir solamente una
década de los sucesos horrendos y criminales, marcados y llenos de
ilegalidad, de crímenes, desapariciones forzadas, torturas indistintas,
encarcelamientos injustos, y otros hechos abominables, que permearon
autoritaria e inmunemente durante la guerrilla del profesor Lucio Cabañas Barrientos, pero también es cierto, que en
el ámbito estatal, este hecho, de haberse nombrado la mencionada Comisión,
representa toda una novedad para los guerrerenses, ya que la historia en el
estado de Guerrero, no tiene registro alguno semejante. Los familiares y amigos
de las víctimas, principalmente, debe ser
gratificante saber que los resultados que emanen de las indagaciones de
la Comisión
de la Verdad, serán confiables, pues estarán firmemente apegados a la cruda realidad de los cobardes
hechos que enlutecieron a muchos
hogares mexicanos, básicamente los ubicados en la Sierra de Atoyac de Álvarez y
del estado. Esta Comisión de la Verdad, es diferente a otras semejantes, en que
sus miembros son autónomos, de partidos políticos, de gobiernos (federal,
estatal y municipal) y demás ataduras
que tienen que ver con la función pública gubernamental. Habrá que decir, que
dos de sus integrantes, fungieron como rectores en la Universidad Autónoma de
Guerrero y otro más fue guerrillero, otra, defensora de los derechos humanos y
otra, dirigente de una organización no
gubernamental, pero todos, miembros
destacados y “fogueados” en la lucha democrática del estado. Sin embargo,
únicamente serán diez años de búsqueda informativa que hasta hoy, ha
permanecida oculta a los ojos de la
Ciudadanía. Seguramente, seremos observadores de la constatación de varios
hechos acaecidos y otros tantos que florecerán amargamente, realizados cobarde y miserablemente, en los años
delimitados para el quehacer de la Comisión multicitada: de 1969 a 1979. Es de
hacer notar, que faltan por dilucidar otros hechos sangrientos perpetrados
desde el poder gubernamental
desarrollados en las últimas cinco décadas: Caballero Aburto, Matanza de copreros,
Aguas Blancas, El Charco; temas que
en su momento, seguramente serán retomados por una sociedad que día a día
incrementa interés por su entorno
social. Por el momento, la Comisión recién nombrada, deberá rendir buenas
cuentas a una sociedad ávida de información de los sangrientos e ilegales
aconteces de los años de la guerrilla del profesor Lucio Cabañas Barrientos. En la actualidad, hay personajes de esa
época que, o están retirados de los escenarios políticos y sociales o que aún
pululan activa y protagónicamente en el ámbito político de nuestro medio, que
tendrán que ser requeridos por el Organismo recién nominado, pues al haber
tenido relación de alguna manera con los
vergonzosos hechos a escudriñar, seguramente serán muchas cosas y elementos
novedosos que podrían servir en mucho para tratar de entender y explicar muchos cuestionamientos de la
fatalidad que aconteció hace más de tres décadas en la Costa Grande del estado
de Guerrero (principalmente en Atoyac de Álvarez) y que aún permanecen en las
mentes de los guerrerenses bien nacidos. Bienvenida Comisión de la Verdad, a este
medio reinante de oscuridad ancestral....HASTA
PRONTO.