La algarabía de los marchistas, se contagió con los aplausos y vivas de los sanjeronimeños, que vieron pasar al contingente entre música y consignas propias del panismo |
La algarabía de los marchistas, se contagió con los aplausos y vivas de los sanjeronimeños, que vieron pasar al contingente entre música y consignas propias del panismo |