domingo, 17 de junio de 2012

Votar y Aceptar Resultados ELECCIONES: LA RECTA FINAL Por Rodrigo Huerta Pegueros*





Estamos a unos cuantos días de que concluyan—por fin—las campañas electorales para dar paso a la decisión final del elector de sufragar por el candidato o la candidata de su preferencia para los puestos de elección popular que están en juego: la presidencia de la República, el Congreso de la Unión (cámara alta y baja), gubernaturas (en algunas entidades), congresos locales y ayuntamientos.

Esta será la primera vez en la que los mexicanos tendremos en las manos más de tres boletas para depositarlas en las urnas y decidir el destino del país en general y de lo local en particular.
La democracia en su esencia primigenia es votar por quien haya ganado la voluntad política del ciudadano quien en forma libre y sin presión alguna hará uso de sus derechos políticos.
El respeto al voto es esencial para continuar caminando por esta vía que hemos decidido transitar y por ello se hacen los mayores esfuerzos para que este procedimiento no se vea afectado por causas internas o externas que puedan deslegitimarlo.

NO podemos olvidar que el tránsito hacia una democracia deliberativa no ha sido fácil y que los mecanismos para tener una maquinaria electoral que no sea cuestionada por ninguno de los participantes ha costado mucho y no solo en recursos materiales o económicos sino también en vidas humanas, pues las elecciones fraudulentas que han sido documentadas en el país han tenido como colorario una serie de hechos delictivos y sangrientos de ingratos recuerdos.
A partir del último fraude monumental de que se tenga recuerdo en la historia política de México se efectuó en el año de 1988 y a partir de entonces se han producido una serie de cambios en los procesos electorales que hoy en día podemos señalar como trascendentes y que han mostrado y demostrado su efectividad en varios procesos locales, regionales y nacionales.

Hoy las instituciones electorales han logrado tener el crédito de los electores y no han sido estas instituciones las que han promovido el abstencionismo que todavía es alto en el país sino que han sido factores externos y muy propios de los partidos políticos los responsables de que los mexicanos no acudan en mayoría a sufragar, particularmente cuando estos institutos políticos promueven las descalificaciones en lugar de propuestas y proyectos que tiendan a beneficiar a quienes pretendan representar, así como la utilización de la violencia verbal y física que ahuyenta de las urnas a los ciudadanos temerosos de ser víctimas colaterales de estos enfrentamientos.
Precisamente en el estado de Guerrero, la violencia ha reaparecido en forma por demás retadora para los gobiernos en turno que deben atender como parte sustancial de una elección ejemplar la inhibición de actos delictivos, lo cual no ha sucedido y si en cambio se han registrado un sinfín de hechos que denota la falta de control gubernamental en este terreno.
Asesinatos de candidatos, amenazas contra otros, secuestros, extorsiones e intimidación son hechos cotidianos en nuestro paisaje político electoral guerrerense. No hay nadie quien se pueda sentir a salvo. Ni los perredistas, que son el partido en el poder, se han salvado de la violencia galopante. No se diga de los priistas que exigen cada día mayor protección y seguridad. Las instituciones electorales no han escapado a los hechos de alta incivilidad y sus procesos para llevar a buenos términos la elección del primero de Julio han sido de alguna forma obstaculizados ante la ausencia de las instituciones responsables de la seguridad pública.
Con todo y estas irregularidades mayúsculas, que no son propiamente inéditas, los comicios del primero de Julio próximo se realizarán no sin el temor que se tiene de que puedan aparecer grupos violentos en ciertas regiones para impedir que algunos candidatos logren arribar a las posiciones para la cual compiten.
Se habló mucho de que el gobierno federal haría esfuerzos para impedir que los partidos fuesen presa de la infiltración de la delincuencia organizada o que corriera dinero sucio en sus campañas políticas, mas sin embargo, este discurso nunca aterrizó, cuando menos en Guerrero, donde varios candidatos han sido señalados de tener vínculos con el narcotráfico o de ser apadrinados por capos o cárteles y en algunos casos mas se han registrado hechos donde los candidatos pierden la vida en forma violenta y la versión oficial apunta hacia una acción directa del crimen organizado.

Faltan poco menos de dos semanas para que se conozca quiénes serán los gobernantes y representantes populares para los próximos seis y tres años. Lo cierto es que el mapa político de este país se verá impactado en forma sustantiva ya que el partido en el poder perderá la Corona y la duda está en quién de los dos candidatos a la presidencia de la República—PRI y PRD—ganará la mayoría de los sufragios.
Enrique Peña Nieto, candidato del PRI y Verde está a un tris de triunfar, mientras que Andrés Manuel López Obrador, candidato del PRD, PT y PMC, le pisa los talones de manera insistente al puntero, lo cual hace mas atractiva la contienda presidencial. Una vez mas el candidato de las llamadas ‘izquierdas’ tiene un pié metido en Los Pinos y hasta los indecisos están volteando los ojos hacia el ‘amoroso’.

No olvidemos que los diez días más intensos de la campaña presidencial han sido los últimos del periodo proselitista y todo puede suceder, como ya ha estado sucediendo, donde los obuses cada día son de mayor octanaje y cimbran las estructuras partidistas.
Sin embargo, habrá que recordarle a los ciudadanos electores que su decisión es personal y que nadie podrá hacer uso de su sufragio mas que ellos y que la institución electoral que será la encargada de contarlos está blindada de posibles fraudes tanto humanos como cibernéticos. Esperemos poder continuar transitando por esta vía democrática de un ciudadano un voto, sin olvidarnos de que sea cual sea el resultado, tendremos que aceptarlo como auténticos demócratas. 

Periodista/Analista Político*      observar@gmail.com