El PRD, el PAN y
Movimiento Ciudadano han dado un paso muy importante al formalizar ante el
Instituto Nacional Electoral (INE) el Frente
Ciudadano por México, cuyo objetivo será ir por un gobierno de coalición en
2018.
Hay quienes descalifican
dicha alianza, sobre todo, los seguidores del dueño de Morena, quienes aseguran
que se trata de una estrategia de la “mafia del poder” para frenar el ascenso de
Andrés Manuel López Obrador.
Lo cierto es que el Frente Ciudadano por México tiene
preocupados al dueño de Morena y al mismo PRI, pues ya se frotaban las
manos pensando que serían las únicas alternativas en la elección de 2018.
De entrada, el Frente ya mostró músculo en una encuesta
publicada por El Financiero-Mitofsky el pasado martes, ubicando al
PAN-PRD-MC con el 21.2 por ciento contra 16.4 por ciento de la alianza
PT-Morena.
Al PRI-PVEM-Panal-PES les
otorgó 14.8 por ciento; a los Independientes, 4 por ciento; a la opción “Otro”,
3.9 por ciento, y “No declara”, 39 por ciento.
Por supuesto que los
resultados no cayeron bien en el cuartel de Morena, quienes ya están
acostumbrados en descalificar las encuestas que no ponen como favorito a su
mesías tropical.
El Frente Ciudadano por
México inició con el pie derecho y
se perfila para pelear la Presidencia de la República y otros cargos de
elección popular que se disputarán el próximo año.
Los
que daban por muerto al PRD, se equivocaron. Y qué bueno que los
obstaculizadores del Frente al interior del Sol Azteca se estén yendo al rancho
que el eterno candidato tiene en el sureste del país.
Tal parece que el PRI
tendrá un destino similar a la elección de 2006: el tercer lugar. ¿Por qué? Muy
sencillo: le fallaron a los mexicanos
con Enrique Peña Nieto en la Presidencia de la República.
Peña Nieto llegó a la
mitad de su sexenio (2015) peor evaluado que Felipe Calderón, Vicente Fox o
Ernesto Zedillo. Y desde entonces no tiene una calificación positiva.
Los escándalos de corrupción de su esposa Angélica Rivera por la “Casa
Blanca”; los gobernadores desfalcadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo;
los sobornos de Obredecht a
funcionarios peñanietistas, y la grave inseguridad que impera en todo el país, afectan la imagen del PRI de cara a la
elección de 2018.
Desde luego que nadie tiene asegurada la Presidencia. Ni
siquiera López Obrador, quien cada seis años jura y perjura tener un pie en
Los Pinos, pero a la mera hora topa con pared.
Lo cierto es que en 2018 ningún partido político ganará por
su propia cuenta, sino a través de grandes alianzas. Y en este momento el
Frente Ciudadano por México está poniendo nerviosos a los que ya se sentían
seguros de llevar sus agendas políticas sin contratiempos.
Y
lo que falta por ver…
LICENCIA
AL ZORRY
En la sesión del
miércoles, la Comisión Permanente del Congreso local aprobó la licencia
temporal que solicitó el diputado Sebastián
de la Rosa Peláez.
El perredista buscará ser
candidato de su partido a la Cámara Alta.
La licencia empezará a
correr a partir del 13 de septiembre, día en que Perfecto Rosas Martínez, su suplente, rendirá protesta como
integrante de la LXI Legislatura.
“El Zorry”, como es
conocido desde la década de los 80s, fue uno de los legisladores que más iniciativas
de ley y puntos de acuerdo presentó ante el pleno y fue de los que más
intervino en tribuna para debatir sobre diversos temas.
Además, recordemos, fue el
coordinador inicial de la fracción parlamentaria del PRD.
A ver si en su partido le
conceden ser candidato al Senado de la República, porque no es el único que se
registrará para tal cargo. Hay más tiradores.
ENTRE
OTRAS COSAS… La tarde de este jueves el gobernador Héctor Astudillo Flores recibió en la
residencia oficial Casa Guerrero, al rector de la Universidad Autónoma de
Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán,
para tratar diversos temas.
Uno de los temas que
abordaron fue el Proyecto de Ingresos y Egresos 2018 de la máxima casa de
estudios.
Qué
bueno que entre el mandatario estatal y el rector Saldaña prevalezca una
excelente relación de respeto y trabajo.
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