lunes, 4 de septiembre de 2017

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos



LO QUE SON LAS COSAS. MIENTRAS EN otros municipios sus habitantes quieren, exigen y demandan obras, ya porque son necesarias o se requiere la rehabilitación de las ya existentes, en Chilpancingo, los comerciantes que todo piden sin dar nada a cambio, paradójicamente están en contra de ellas. El motivo, que porque van a perder ventas, cuando el propio gobierno municipal los apoya con recursos para resarcir esas posibles pérdidas.

Ése es el motivo, ciertamente, por el que los comerciantes asentados sobre la Avenida Álvarez, que desemboca en el Centro de Chilpancingo, se oponen a su rehabilitación. De no llevarse a cabo, precisamente por la actitud de los comerciantes que solo ven sus intereses, y no el de la ciudad y el de los chilpancinguenses en general, esos recursos, reitero, se perderían, en razón de que fueron etiquetados única y exclusivamente para esa obra.

Es cierto que en otras partes de la ciudad capital se requieren este tipo de recursos, y más en las colonias populares y de la periferia, como sin duda se requieren en otros municipios del estado, pero cuando se etiquetan para cierto tipo de obras, no pueden ejecutarse para otras ni en otra parte, de tal forma que si no se llevan a cabo por uno u otro motivo, estos mismos recursos se pierden al dejarse de ejercer.

Resulta pues contradictorio que mientras en otras partes del estado, y de la ciudad de Chilpancingo se requieren obras, los comerciantes de la Avenida Álvarez se opongan al proyecto de remodelación de la citada avenida, nada más porque van a bajar sus ventas, a pesar de que las autoridades municipales, como lo hicieron con los ubicados en la Avenida Alemán, también del Centro de la ciudad, los apoyarán con recursos, precisamente para resarcir esa pérdida de ingresos.

Es mezquino, hay que decirlo, la actitud de los comerciantes, aunque claro, así es su espíritu. Pese a los apoyos recibidos del gobierno capitalino que encabeza el alcalde Marco Antonio Leyva Mena, y los anteriores presidentes municipales, así como lo apoyos que han recibido del gobernador Héctor Astudillo Flores, no ponen nada de su parte en favor de la ciudad que hoy por hoy requiere de ellos, no de su sacrificio, sino de su colaboración para embellecer esa importante avenida, como ya lo es la Miguel Alemán.

Hay que decirlo. Si los comerciantes del Andador Zapata se hubieran opuesto en su tiempo a su remodelación y rehabilitación, nunca sería lo que actualmente es: una importante vía donde están asentados una gran cantidad de negocios. Y eso mismo puede decirse de los que están asentados en la Avenida Alemán, en donde tras su remodelación, hoy es la más bonita, propia de una gran ciudad como lo debe ser Chilpancingo, la capital del estado.

Es indudable que Chilpancingo debe ser una gran ciudad, como lo son todas las capitales de los estados del país. Chilpancingo, dicen muchos, es una de las ciudades capitales más feas, y siempre le exigimos a las autoridades que hagan algo para mejorarla, y cuándo éstas lo hacen, o intentan hacerlo, como es el caso, los comerciantes y los empresarios se oponen a ello que porque las obras les causan incomodidades y pierden clientes.

¿Cómo pues Chilpancingo va a dejar de ser de las peores ciudades si sus comerciantes, voraces, se oponen a las obras de remodelación y rehabilitación? ¿Cómo vamos a avanzar en ello, en tener una ciudad “digna” si hay quiénes ven primero sus intereses personales y no los de la ciudad? ¿Cómo vamos a ser una gran ciudad si sus comerciantes piensan de forma “cuadrillera”? Jijos!!!

Lástima que tengan una visión tan corta, pero además, mezquina. Por cierto, los recursos para ambas obras de remodelación fueron gestionados por la diputada federal Beatriz Vélez Núñez.

EN OTRO ASUNTO, CÓMO ES POSIBLE que la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), a cargo de José Manuel Armenta Tello, diga que esa dependencia no tiene dinero para continuar los trabajos de reconstrucción por los daños que dejaron en Guerrero las tormentas “Ingrid” y “Manuel”? ¿Cómo es que las supuestas empresas denunciadas por esa misma dependencia, por el delito de fraude, sigan sin cumplir los contratos de construcción de vivienda? ¿Para qué carajos sirve entonces el delegado? ¿Sólo para cobrar?

¿Por qué la dependencia que encabeza Armenta Tello, no hace uso de la fianza que toda empresa constructora deposita cuando firma un contrato, precisamente como respaldo a incumplimientos o para subsanar irregularidades? ¿Qué diablos es lo que esconde, o para quién trabaja el delegado, que dicho sea de paso quiere ser diputado federal? ¿Para qué sirve un funcionario así?

¿Sabrá el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, que en Guerrero, las dependencias como la Sedatu, encargadas de la reconstrucción, solo le han hecho al “tío Lolo”, dejando en entredicho su palabra, de cumplirle a los guerrerenses? ¿Sabrá que lo están engañando, así como a los guerrerenses, con el cuento de que la reconstrucción ya concluyó en el estado? ¿Sabrá que solo se robaron los recursos destinados a la reconstrucción, y al llamado Plan Nuevo Guerrero?

Comentarios: julio651220@hotmail.com