martes, 6 de diciembre de 2016

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos




DEVERAS. ES ESTÚPIDO CREER que la llegada a Acapulco del séptimo crucero, con bandera de las Islas Marsahll, procedente de Puerto Quetzal, Guatemala, con casi 700 pasajeros y 400 tripulantes, sea un logro del alcalde Evodio Velázquez Aguirre, como consecuencia de su última gira por los Estados Unidos. ¡Qué mal percepción tiene!

En efecto, el crucero MV Sirena es el séptimo de la temporada 2016-2017, el cual entró a la Bahía de Santa Lucia para anclarse en la Terminal Marítima, alrededor de las 7:00 horas de este martes, y partió a las 17:00 horas para continuar con su recorrido hacia Cabo San Lucas, Baja California. Es decir, solo estuvo en el puerto 10 horas.

Y es tonto, por decir lo menos, porque el alcalde porteño presumió como un logro la llegada del crucero, tanto que ya está pensando irse de nuevo a los Estados Unidos, pero ahora llevándose hasta a los vecinos de la colonia Progreso, para que le cuenten a los gringos que en Acapulco todo está tranquilo, que los muertos no existen, y que sólo es la imaginación de la otra gente. ¡Claro, seguro piensa que son idiotas los estadounidenses!

Cierto. Van a seguir llegando cruceros a Acapulco, y el alcalde Evodio Velázquez va a continuar regalándoles cocos, llaveros, sombreros de Chilapa y cajitas de Olinalá, y va a seguir bailándoles y moviendo la panza, pero en honor a la verdad, ninguno de los turistas que han llegado al puerto por mar tienen que ver con las visitas que realiza el edil al extranjero, sino a la estrategia que sobre el ramo despliega el gobierno del estado y el gobierno federal a través de sus secretarías de turismo.

Hay que decirlo. Qué bueno que pese a las alertas de las autoridades de los Estados Unidos, y Canadá, los turistas de esos países visitan el puerto, ya por aire, tierra o mar, como sucede con los cruceros, pero creer que es porque Evodio Velázquez va al extranjero, disque a promocionar el puerto, y reuniéndose presuntamente con empresas dedicadas al turismo, es un disparate y una gran mentira. Allá sólo le dan el avión al edil porteño que les invita el desayuno.

Y HABLANDO DE GENTE DE ESTE TIPO, la que no se midió es la diputada federal Beatriz Vélez Núñez, quien también ocupa el cargo de secretaria del Sindicato de los Trabajadores de Salud del estado, quien no solicitó, sino que exigió a la Secretaría de Salud, encabezada por el doctor Carlos de la Peña Pintos, la entrega de 15 automóviles nuevos para ser rifados entre su gente este fin de año, amenazando que de ocurrir lo contrario, movilizará a los trabajadores del sector salud.

Es de sobra conocido, y porque además lo ha señalado el secretario de Salud, que esa dependencia del Gobierno del estado enfrenta una terrible escasez de recursos, como consecuencia del mal manejo que hicieron de ella cuando menos los dos últimos gobernadores del estado, de tal forma que incluso la dependencia tiene problemas para pagar el salario de quienes ahí laboran, además de que en los hospitales y centros de salud hay insuficiencia de medicinas, de material y aparatos médicos, así como de enfermeras y doctores, todo en ello, en perjuicio de la población, pero a la diputada federal parece ser que es lo que menos le importa, pues ella quiere los 15 automóviles, que porque es una conquista de sus agremiados.

Claro. Lo que no dice la diputada federal y dirigente de los trabajadores del sector salud, a quien un amplio sector de agremiados la señalan de actos de corrupción y de amenazarlos cuando cuestionan sus acciones, es que quiere quedar bien con sombrero ajeno, lo cual no es nada nuevo en ella, pues los apoyos que ha entregado como “representante popular” salieron de las autoridades, como bien lo dijo en su informe de labores.

¿Y los recursos del sindicato, los que le entrega el gobierno? Ah, eso solo ella lo sabe, aunque hay quienes la señalan y acusan de actos de corrupción. Con razón quiere ser presidenta municipal de Chilpancingo. Jejé. Seguro que con ella, como candidata, el PRI pierde.

POR ÚLTIMO, TIENE RAZÓN el gobernador del estado. Hay que cerrar filas contra la violencia, todos, sin distinción de ideologías ni de credo religioso, pues la violencia ciertamente “no respeta religión ni situación económica”. Ojalá y se entienda que más allá de quien gobierne el estado, hoy como nunca se requiere la unidad, sin mezquindades, de todos los guerrerenses. Lástima que algunos no lo vean así, como el dirigente estatal del PRD, Celestino Cesáreo, que tal parece que quiere que al estado le vaya más mal, para así capitalizar el descontento social. Jijo!

Comentarios: julio651220@hotmail.com