De acuerdo con el secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, este último lunes de marzo debe conocerse oficial y formalmente cuántos de los 2.1 millones de trabajadores de la educación son maestros, realmente, y si trabajan frente a grupos o son aviadores; de la misma forma se sabrá, en consecuencia, el número de empleados administrativos, e igualmente si cumplen con sus tareas o son integrantes de la real fuerza área burocrática.
Y es que, desde los tiempos en que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se convirtió en sui generis cacicazgo, el control de las plazas fue un instrumento para la negociación contractual y salarial; el creciente número de sindicalizados fortaleció a dirigentes nacionales y seccionales.
En realidad, en las últimas siete décadas el gremio fue liderado, manipulado y controlado por tres personajes: Jesús Robles Martínez, Carlos Jonguitud Barrios y Elba Esther Gordillo Morales.
Consecuencia de arrebatos y disputas por el control y la representación del magisterio, después de más de dos décadas el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación nación formalmente, el 30 de diciembre de 1943, pero su primer secretario general, Luis Chávez Orozco, sólo duró año y medio en el cargo. Luego llegaría a la dirigencia magisterial Robles Martínez, quien se hizo del control al SNTE y de siete de sus sucesores, entre ellos el influyente Manuel Sánchez Vite, quien llegó a ser gobernador de Hidalgo y cuyo secretario particular en su administración sindical, Carlos Jonguitud Barrios, fue el encargado de concluir con el cacicazgo de Robles Martínez.
Así creció el influyente SNTE, al que en 1979 le apareció la disidencia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, cuyos dirigentes han integrado otro cacicazgo fundado en la presión, el chantaje y las movilizaciones que han devenido en actos violentos de intimidación, con un creciente número de integrantes que, en oposición a la Reforma Educativa, han abandonado las aulas y dejado en la intemperie educativa a más de dos millones de escolapios en los estados de Michoacán, Guerrero, Chiapas y Oaxaca, especialmente.
Al final de cuentas, esta burocracia sindicalizada ha provocado, con sus diferencias y disputas por el control de los docentes del sistema público educativo, un atraso significativo en el nivel escolar de los mexicanos nacidos en las últimas cuatro décadas, en especial.
¿Quién mete en cintura a la disidencia magisterial? Los docentes agremiados al SNTE, que son mayoría gremial, han aceptado sujetarse a las nuevas reglas del juego, pero los cacicazgos que les representaron en la negociación política con el Presidente de la República en turno, por lo menos desde principios de los años 80, implicaron juegos de poder y reparto de canonjías como ocurre con el resto de los sindicatos de burócratas.
Sin embargo, hay indicios de que concluirá ese juego de poder e influencia, acrecentado con la descentralización educativa que sólo provocó la doble negociación, es decir, la política y la contractual entre la dirigencia nacional del SNTE y de la CNTE con los gobernadores, algunos de los cuales como el caso del oaxaqueño Gabino Cué Monteaguado, se han convertido en cómplices de la disidencia magisterial.
Pero, bueno, Graco Ramírez Garrido Abreu, gobernador de Morelos, ha referido la existencia de un acuerdo firmado el pasado 26 de febrero entre el SNTE y la Conferencia Nacional de Gobernador (Conago) para concluir con la doble negociación, es decir, que la burocracia magisterial negociará sólo con la Secretaría de Educación Pública federal y, por tanto, dejará de percibir las canonjías acostumbradas desde tiempos de Jonguitud, algunas e incrementadas, otras, con Elba Esther Gordillo Morales, como la existencia de un “bono de verano” para los maestros de Oaxaca, o bonificaciones a los de Michoacán por presentarse a trabajar.
Es posible que esta medida prospere, sobre todo porque la SEP contará con un censo confiable y quienes no respondieron a la encuesta levantada por el INEGI, simplemente se quedarán fuera del presupuesto.
Por supuesto, ese es el caso de los integrantes de la CNTE en los estados de Michoacán, Chiapas y Oaxaca, amén de algunos de Guerrero. Ojalá y Emilio Chuayffet y los gobernadores procedan con rigor en la aplicación de esta encuesta para poner orden en el sistema educativo nacional básico, de primaria, secundaria y educación media superior del sistema público. Acabar con canonjías no solo es necesario sino imprescindible para ofrecer educación de calidad.
¿Sería mucho pedir que lo mismo ocurriera en el resto de la burocracia sindicalizada? Días de permiso con goce de sueldo, vacaciones superiores a las de cualquier asalariado, bonos por productividad que no existe, premios por puntualidad que un mínimo porcentaje cumple, nómina de aviadores…
La casta divina de burócratas sindicalizados del sistema de salud y de otras dependencias que ofenden al sentido común y se fortalecen en la impunidad porque sus líderes lo posibilitan con el bendito clientelismo. ¿Es mucho pedir acabar con las canonjías de que goza la burocracia y que ésta desquite el salario? Digo.
LUNES.- Sin duda la estrecha relación del coordinador de los diputados federales del PRD, Silvano Aureoles Conejo, con su contraparte del PRI, Manlio Fabio Beltrones, tiene mucho que ver con algo más que el proceso intermedio de 2015. Silvano quiere volver a contender por el gobierno de Michoacán… pero no todo es Michoacán. Conste.