Rogelio Martínez Faz/ Elvira Arellano, la mexicana de Michoacán deportada en el 2007 de Estados Unidos, recién reingresó sin documentos caminando por la frontera, generando opiniones encontradas. Simpatizantes y oponentes estarán de acuerdo en la unión familiar y entienden lo doloroso de una separación. Pero no necesariamente está de acuerdo con ella en ciertas acciones y declaraciones.
Hay quienes la admiran por su valentía y arrojo para enfrentar a las autoridades de inmigración, ya que ha hecho lo que no cualquiera se hubiera atrevido, como retar al departamento de inmigración y al mismo presidente Barack Obama a quien le dijo: “¿me vas a deportar otra vez?” –sin ser el responsable directo-. Y es que ese valor o torpeza no justifica todo lo que diga y haga.
Arellano aprovechó el movimiento que se hace llamar “bring them home” -traerlos a casa- deportados que tienen familiares en EU y que han estado cruzando la frontera para solicitar asilo. Motivando a Arellano a unirse como activista declarando que Chicago es su casa. Para ser honestos ni es, ni tiene casa. ¡Ah!, pero como su hijo Saúl nació en Chicago, eso es suficiente. Si por eso fuera y si aplicamos su misma lógica, su otro hijo nació en México, o sea, México sería su casa. A esto falta aclarar cómo es que pudo ingresar a los EU con un bebé de meses (¿padre diferente al de Saúl?) ¿Autorizó para sacarlo del país sin documentos?
Arellano dijo el día que se disponía “regresar a casa” junto a otros: "Ha sido difícil, he estado fuera de mi país de origen, hice mi vida en México pero ahorita queremos intentar cruzar a los Estados Unidos, donde merezco vivir" (?). ¿De cuándo acá los ciudadanos de un país decidimos por derecho establecernos en otro?
La suerte de Arellano consistió en que le hayan permitido reingresar a los EU, así sea con una solicitud de asilo que le podría dar la visa humanitaria después de haber sido deportada, pues eso podría abrir la posibilidad a que se replantee la situación de deportados y posibles deportables que realmente tienen raíces familiares en EU y compromisos como una hipoteca, que cumplen con sus obligaciones de impuestos. Con hijos en escuelas, en universidades o en las fuerzas armadas.
En nuestra idiosincrasia latina a veces el enfrentar a las autoridades nos da prestigio popular, pero eso no significa que todos lo vean así. En este aspecto los del Partido Republicano, en concreto los del ‘Tea Party’ tienen una visión muy diferente y podrían tener una reacción política negativa.
A los del ‘Té’ se les crítica y se les minimiza por ser un grupo antiinmigrante, extremista y muy pequeño, pero en los hechos tienen un poder enorme en el partido y por consiguiente en el Capitolio. Es allí que veremos de cual cuero salen más correas.
Arellano escogió entrar por una frontera “blanda” (California, Demócrata). Si lo hubiera hecho por Arizona (Republicana) probablemente su suerte hubiera sido otra. Además cuenta con el asesoramiento de los activistas Emma Lozano del Centro Sin Fronteras y su esposo Walter “Silm” Coleman (un viejo lobo del “left wing activist” de los años 70 y 80, ahora reverendo de la Iglesia Metodista, donde se había refugiado Arellano para no ser deportada), estos a su vez apoyados por el congresista de Illinois Luis Gutiérrez, Demócrata, que al parecer intervino cuando estaba detenida y después liberada en la frontera.
La percepción de triunfo y hasta de júbilo solo ha sido en la comunidad y en los medios de habla hispana donde Arellano se deja exhibir como trofeo, mientras que la prensa en inglés hasta ahora ha sido casi indiferente, está más entretenida con el avión desaparecido en Malasia, por lo tanto los políticos no se han pronunciado abiertamente. Pero no perderán de vista la liberación de Arellano que fue más por política que por humanismo. Ahora solo depende que el discurso de Arellano sea prudente y no le salga lo templario michoacano y empiece a despotricar contra quienes no comparten su concepto migrante.
El argumento para conseguir la visa humanitaria se debió a la violencia que hay en su tierra. Y que en EU encontraría la seguridad que merecen, a donde pertenece Saúl, de 15 años, que tiene la mitad de su vida viviendo en México. Ahora, que si de huir de la violencia se trata, en México hay muchos lugares más seguros para vivir que los barrios de Chicago o Michoacán. ¡Ah! Es que Saulito pertenece aquí y ella es un estandarte de los inmigrantes, que tanto necesita la causa… activistas y políticos.
Si sus acciones con sus incoherencias provocan una condición favorable para que los indocumentados inicien un proceso de regularización en EU, bienvenidos, así seamos percibidos como mentecatos. Pero, si la única beneficiada es ella y su familia, pues entonces si sería un acto injusto y de oportunismo.