“Todo idealismo frente a la
necesidad es un engaño” -Federico Nietzsche-
La distancia de los
políticos con la gente está creando mucho descrédito; la falta de una verdad y
una consistencia en sus proyectos de gobierno, ha abierto un gran boquete en
esa gobernanza. La distancia es cada día más visible, ante un escaso remedio
por concretar una sutura social; un cierre político; o al menos, en el caló de
los grillos de la polaca, realizar un tejido social vigente y real.
Como los seres humanos, las
palabras cambian de contenido según el tiempo y el lugar. Las promesas -eso son-
no tan solo no se cumplieron sino que cambiaron radicalmente la postura del
engañado. El mentiroso, se convirtió en mentecato. Dice un refrán: “dale poder
a una persona; y, verás realmente quién es” aquí resultó el efecto: ¡unos
patanes mediocres!
No hay verdades reveladas,
hay mentiras descaradas. Ciudadanos desengañados, ciudadanos conscientes que
exigen mejoras a un gobierno apacible, lerdo, autista; si se quiere ver desde
el ángulo de la política pública: torpe.
Rumbo y camino enredado y
turbulento al proceso y sucesión de cambios de personas en las determinaciones
y puestos de elección popular, en
acciones político-sociales, hay
contradicciones, objeciones y falsos argumentos.
Las tormentas en el Estado
de Guerrero, como lo fue “Manuel” e “Ingrid”
despiadadas en su propia naturaleza. Brutales
contra las propiedades de muebles inmuebles de la sociedad guerrerense; pero
más inhumanas han sido las reacciones de ciertas autoridades de niveles
municipales contra los ciudadanos costeños. Impías y miserables en su respuesta con soluciones concretas,
hechos; y, más aún sin compromisos.
Las pugnas de grupos, de
sectas -la religión es básica, entre estos iletrados-, las tribus, con su hediondo olorcillo a “izquierda
rancia” o “izquierda moderada”, como la han querido designar. El liberal, como
el libre pensador, mantienen en mente razón de su comportamiento y actitud un
solo vocablo: la izquierda es de hombres de una sola pieza. No de maricas que
deambulan de organismos políticos a otros partidos.
No hay que confundir la
aplicación o etimología del término, como la actitud y aptitud. Hay polacos,
que esperan que se acomode su “padrino” para lograr alcanzar sus “metas”. Hay
grillos, que solo están atisbando que por azares del destino les toque la
suerte de ser representantes populares vía voto o plurinominal, que es su mejor
y placentera opción. El político, no ve el mundo, como lo observa el gobernado;
mucho menos los parias tienen una mejor visión de los políticos, que la que
estos tienen de aquellos. Y, en esto van los periodistas, cuyas letras e ideas,
son de mundos cambiantes, concretos y de rechazos viscerales. Contradictorios,
en la apreciación de esos mundos. Puesto que los político tienen otro conceptos
menos convencional del término, pero más económico de su ejercicio.
Es por ello, que hay
distanciamientos abismales y subterráneos, entre los políticos y la sociedad.
La sociedad pensante, se siente ofendida por estos políticos mediocres e
incultos. La otra sociedad, pues, allí está en esa separación, en esa
disyuntiva. A las personas y partidos hay que juzgarlos no por lo que dicen y
predican sino por lo que hacen.
@GradoCero_Gro