Muy
interesante
Los
nombres de muchas marcas comerciales han surgido de formas curiosas, según
contaba el publicista y miembro de la Academia Mexicana de la Lengua Eulalio Ferrer
en su libro Publicidad y comunicación. Por ejemplo, Kodak es el resultado de un
juego de su creador, George Eastman, cuya letra favorita era la K. Combinando
letras mientras buscaba una palabra sin significado alguno y fácil de
pronunciar en todos los idiomas, dio con la ocurrencia. El origen de los
jabones Ivory se debe a que el propietario de la firma, Harley Procter, escuchó
en misa varias veces la palabra ivory significa 'marfil' en inglés– como signo
de blancura y pureza. La famosa aspirina, nombre comercial que le puso Bayer al
ácido acetilsalicílico, tuvo tanto éxito que acabó convirtiéndose en nombre
genérico.
Otras
marcas responden al nombre de su creador. Nestlé se llama así por Henri Nestlé,
y la ropa Lacoste recuerda a su fundador, René Lacoste, popular tenista francés
apodado el Cocodrilo. El ingeniero austriaco Ferdinand Porsche creó la marca
que lleva su apellido, y Volkswagen –'coche del pueblo', en alemán– debe su
nombre al popular escarabajo que él mismo diseñó. Por último, un avispado
negociante de caucho, Thomas Adams, se fijó en que el general mexicano López de
Santa Anna, refugiado en Nueva York, solía masticar pan de chicle, un producto
que se extraía del árbol del látex. Así que ideó unas bolitas parecidas, los
Chiclets Adams, la famosa goma de mascar.