jueves, 23 de junio de 2016

Epístolas Surianas (Carta a Don Héctor) Julio Ayala Carlos

MÁS ALLÁ DE QUIÉN GANE con el diálogo que se abrió entre el Gobierno federal, vía el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, con dirigentes de la Cnte de Oaxaca, Guerrero y Chiapas, entre otros, que se oponen a la Reforma educativa, lo cierto es que difícilmente ésta va a revertirse.

Y es que la reforma en cuestión es constitucional, y lo que es más, aceptada por la mayoría del magisterio, es decir, el que está en las escuelas, en las aulas, enseñando a los estudiantes, en comparación con un pequeño grupo que lo que menos les importa es la educación, y menos la educación pública, aunque se benefician de ella.

Ahí están los hechos. Los dirigentes de la Sección 22 del SNTE, en Oaxaca, aunque militan en la Cnte, si bien dicen luchar por la educación pública, no solo mantienen abandonadas las escuelas, sino que tienen a sus hijos en escuelas privadas, precisamente porque saben que ellos, como maestros, no enseñan.

¿Nombres? Rubén Núñez, Francisco Villalobos, Aciel Sibaja, José Elías Sánchez, y María del Carmen López, quienes tienen a sus hijos en escuelas particulares, donde conviven con los hijos  de sus supuestos enemigos. Allí, en esas escuelas, pagan desde 1,300 pesos, más cuotas, hasta  4,700 pesos, porque cursen  grados de primaria, secundaria y preparatoria.

Rubén Núñez, el mero chipocludo de la sección 22, tiene a su hija estudiando la Preparatoria en el Instituto Cumbres, con un costo de inscripción de 5,800 pesos más una colegiatura mensual de 3,830 pesos. Francisco Villalobos, secretario de Organización, tiene a sus dos hijos en la escuela primaria Vicente Ferrer, con costo de inscripción de mil 450 pesos y una colegiatura mensual de mil 330 pesos, mientras que Aciel Sibaja, secretario de Finanzas de la misma sección, sus hijos cursan la Preparatoria en el Instituto Blaise Pascal, el más caro en Oaxaca, con una colegiatura mensual, 4700 pesos.

Es decir, defienden la educación pública, pero sus hijos no estudian en ella. Critican la educación privada, pero pagan para que sus hijos estudien en escuelas particulares. Y en Guerrero, ocurre lo mismo. Entonces, ¿cuál es el juego?

A propósito de lo ocurrido el domingo en Nochixtlán, Oaxaca, médicos del IMSS encontraron que uno de los heridos que atendieron le fueron extraídas balas calibre 22. El asunto es que las policías que intervinieron en esos hechos, no utiliza armamento de ese tipo, y entonces surge la pregunta de quién disparó contra los manifestantes y contra los mismos policías?

MIENTRAS TANTO, el dirigente de la Ceteg  en Guerrero, Ramos Reyes Guerrero, advirtió que continuarán sus manifestaciones y los bloqueos de carreteras, entre otras acciones contra la Reforma educativa al menos en el estado, y en Michoacán, Oaxaca y Chiapas “hasta que haya una respuesta del gobierno”.

La pregunta es: ¿no se da cuenta este supuesto maestro, que por cierto gana muy bien aunque no está adscrito en ninguna escuela de Guerrero,  no se da cuenta de que el estado no está para ello? ¿Quiere más muertos? ¿Para qué? ¿Acaso para chantajear al gobierno, y pueda seguir cobrando un salario que no merece? Carajo!

En fin. Qué bueno que finalmente hay diálogo entre las partes. Ojalá y entienda el llamado “magisterio disidente” que solo en los gobiernos totalitarios la voz y las ocurrencias de las minorías son las que se toman en cuenta. Ojalá y entienda la Cnte y la Ceteg, que debe respetarse la decisión de las mayorías.

Sí, como bien lo dice el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, el diálogo entre el Gobierno federal y la Cnte debe servir para encontrar rutas para distensar la actitud en torno a la Reforma educativa, sin violentar la ley.


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