Lo sucedido en el EdoMex, con Morena y el PRI, el encontronazo dado en
las urnas, es una clara lección; pero además, es una muestra del cambio
sustancial que urge en las filas del tricolor. La elección pasada, dejó muchas
reflexiones para los priistas, que siguen durmiendo la “mona”, usando los
recursos públicos, para lograr o medio lograr con artimañas sus “triunfos”.
"Momias", "dinosaurios", "zombis" y “fósiles”,
pueden ser algunos de los términos usados en personajes “ancestrales”, “antiquísimos”
de ese instituto político, que deben ser cambiados o sustituidos, para dar paso
a jóvenes con otra visión de convencimiento, de proselitismo, de dignidad
cívica, de palabras adecuadas y respeto, ante todo. No es posible seguir y “trabajar” con hombres y mujeres, más gastados
que el presupuesto del país. Con una total desconfianza entre la multitud que
solo los ve; pero no los escucha. En
gente que no tienen fiabilidad, decencia, honestidad y solidaridad, con la
actual sociedad que se enfrentará en este 2018.
Las grandes y costosas erogaciones económicas en que incurre el PRI, es
debido a esto desolador panorama. A estos viejos personajes que solo muestran
que nada quieren cambiar. Que sigue el vejestorio y el viejerío (recordando a
Diego Fernández de Cevallos) en sus mismas formas y métodos arcaicos de hacer
proselitismo, desde una perspectiva de dueños absolutos de la “democracia”
balín que orgullosamente se ondea en cada acto público. Porque una simpatizante de “antigüedad” en ese organismo
para tratar de convencer a un grupo se requiere de altas tarifas de dinero. El
discurso gastado y un muestrario de
priistas tan corruptos, como ladrones. No siguen ni han convencido a la masa
votante.
No se logran ni realizan procesos electorales cívicos, más bien son
maratones económicos. La peste de un juicio de elección, aparece.
Un sufragio corrupto de nacimiento, que solo nos muestra como esclavos y
fanáticos de una vergonzosa ambición, ajenos al ser pensante y muy cercano a la
bestialidad. Un sumario electoral del 2018, que solo traerá más gasto de dinero,
que deberá ser “acarreado” de proyectos y programas de la vida social del
mexicano; para irse de nuevo al caño, por esas prácticas primitivas de mantener
el poder, entre voces discordantes, no de partidos contrarios, sino de una
sociedad cansada y que quiere un cambio con un mesiánico loco, extraviado que,
seguir viéndole la cara a los mismos cleptómanos y cuatreros.
Es necesario revalorizar al Partido Revolucionario Institucional. Dar de
alta a jóvenes capacitados dentro de las filas del PRI, para que la propia
sociedad tenga más confidencialidad, más certeza en sus candidatos. Ya no
quiere votar por los mismos ladrones y corruptos; muchos menos, por los hijos
de estos. Ya no quiere a las mismas mujeres de los 80’s; menos de los 70’s. No,
que se entienda. Tal cual dijo José Fco. Ruiz Massieu, “O cambiamos o nos
cambian”.
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