Es muy lamentable que el ex diputado perredista Pablo Ávalos Castro, haya quedado en medio de una persecución de balazos en este municipio donde los tiroteos y asesinatos son cosa de todos los días.
Lo que llama la atención es que con su muy particular estilo de tirar la piedra y esconder la mano, el presidente municipal de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre pide no politizar el asunto y acaba haciéndolo él mismo, al tratar el tema ante los medios de comunicación como si se hubiese tratado de una agresión directa a su hoy asesor.
Hay que entender que para el alcalde de la ciudad más violenta del mundo lo más cómodo es hacerlo ver como un asunto político para eludir el hecho de que en Acapulco, donde se comete el 44 por ciento de los homicidios del estado y el cinco por ciento de todo el país, tristemente, cualquier persona puede ser víctima de un hecho de violencia.
Para tener una idea más clara del enorme problema que representan esos porcentajes, hay que recordar que Guerrero tiene 81 municipios y México 2 mil 446.
Nada más la tarde del jueves, mataron a un taxista en el Infonavit Alta Progreso, al dueño de una funeraria afuera de su negocio a dos calles de la Costera, y a un propietario de taxis en la calle 4 de la colonia Bella Vista.
El tema de fondo aquí es que ante la falta de capacidad de la Policía Municipal a cargo del Ayuntamiento para resguardar el orden y prevenir que nadie pueda andar a sus anchas armado y disparando por las calles de Acapulco, han tenido que intervenir las fuerzas federales y la propia Policía Estatal, que según la versión oficial perseguían a delincuentes cuando el asesor del alcalde quedó en medio del fuego.
Sin embargo el afectado, acusó en un diario local que los Policías del Estado balearon primero una vulcanizadora de su propiedad en La Sabana y que luego le dispararon cuando estaba en su automóvil Lincoln de color negro.
Lo sospechoso de esta versión es que desde la noche del pasado martes en que sucedió el hecho, Pablo Ávalos no ha presentado su denuncia formal ante el Ministerio Público y mientras tanto su jefe, Evodio Velázquez, declara, como no lo hace con las decenas de asesinados que acumula cada mes, que exige justicia, que se investigue y que no haya impunidad.
¿Qué ocultan? ¿Por qué dejan la denuncia en mediática y no la formalizan como corresponde en un hecho de tal gravedad?