MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
El pasado fin de semana,
dos de las cuatro principales fuerzas políticas del país retomaron el tema del
Frente Amplio Opositor, cuyo único objetivo es sacar al PRI de Los Pinos; ganar
como dé lugar en los comicios federales de 2018.
Buena idea que comparten
panistas y perredistas de las ligas mayores, con esa prisa salpicada de la
democracia que no han asumido en toda su extensión, porque se han valido de
procedimientos que poco tienen de democráticos para hacerse del poder.
Pero, vale reiterar la
pregunta: ¿quién pondrá al candidato? ¿Será panista apoyado por las tribus
perredistas? ¿Será un perredista apoyado por las tribus panistas? ¿Quién cederá
en ese ánimo toral de vencer al PRI?
La pregunta es elemental,
a partir de la praxis de estas corrientes que en los tiempos recientes han
aventurado la pérdida de la identidad ideológica y la esencia partidista, con
el sólo ánimo de obtener el poder que luego se les deshace en la gestión de
gobierno. El ejemplo existe en los tres niveles.
Por eso y precisamente por
eso, porque las tribus albiazules y amarillas han asumido la máxima de la
cubeta con cangrejos que, entre ellos, evitan que el más adelantado logre el
éxito de salir por sí sólo.
Sin duda, las tribus
priistas hicieron lo propio en aquellos días en que el fiel de la balanza
negoció la derrota en su sucesión y dejó el paso libre al panismo foxiano,
porque el entonces gobernador de Guanajuato se apoderó del PAN y de la
candidatura.
En fin, el caso es que en
el PAN y en el PRD los y las notables desahogaron una agenda de cónclave cuya
conclusión es el imperativo de ganar al PRI la elección presidencial.
El Frente Amplio Opositor
es bien visto, al menos públicamente, incluso por el exquisito ex gobernador de
Puebla, Rafael Moreno Valle y, con reservas por Margarita Zavala, aunque hay
corrientes afines al presidente nacional panista, Ricardo Anaya, como es el
caso del coordinador de la diputación federal panista, Federico Döring Casar,
que igual avalan sumarse a ese Frente con el PRD.
Y del lado del PRD,
Silvano Aureoles Conejo, gobernador de Michoacán, y su contraparte de Tabasco,
Arturo Núñez, Jesús Zambrano y Jesús Ortega, amén de la presidenta del partido,
Alejandra Barrales Magdaleno, se suman la propuesta.
Sí, buena idea. Pero,
¿quién pone al candidato? Y cómo habrá de resolverse el tema de la plataforma
política que propondría la alianza PAN-PRD en la elección presidencial. El PRD
avanza en esta propuesta, pero el PAN no ha opinado y el tiempo apremia.
¿Podría ser Manlio Fabio
Beltrones el candidato?
Sin duda el ex dirigente
nacional del PRI tiene una vasta estructura política que pondría como basamento
de una candidatura que le riña a Andrés Manuel López Obrador con suficiente
altura en la campaña presidencial.
Manlio se ha placeado en
espacios alejados de la estridencia político-partidista. Sus reuniones con
personajes públicos y de influencia, incluso, económica en la capital del país,
recurrentemente, y en el interior de país, no pueden ser resumidas en una
actividad elemental de un político en la banca.
Su peso político y
alianzas tejidas tiempo ha, instalan a Beltrones en ese dintel del candidato
del Frente Amplio Opositor. Ni panista ni perredista, un priista en receso
partidista.
Solo hay que recordar la
ruta que siguió el Pacto por México y cómo, desde la Cámara de Diputados,
Manlio en su calidad de coordinador de la bancada priista, impulsó la
presidencia camaral de Ricardo Anaya y la de Silvano Aureoles Conejo, que al
final de la LXII Legislatura estaba con un pie en el gobierno de Michoacán.
En ese tenor, si el
gobierno de Enrique Peña Nieto tiene a alguien qué agradecer las reformas
estructurales, es a Manlio Fabio Beltrones.
Pero, ¿qué opina Manlio?
En entrevista concedida a Luis Cárdenas, en MVS noticias, Manlio Fabio
Beltrones, reiteró su postura respecto de un gobierno de coalición. No dijo que
él encabezaría, pero que sería la consecuencia de su candidatura, sin necesidad
de reforma constitucional, porque está previsto en la fracción XVII del
artículo 89 de la Carta Magna.
Manlio acotó: “Sí, yo
también he estado observando estos esfuerzos que están haciendo dos partidos
políticos nacionales, como son Acción Nacional, el de la Revolución Democrática
para hablar sobre un frente amplio, que le llaman democrático.
“Pero esto es como una
visión, quizá avanzada de lo que son las alianzas electorales, que sirven para
ganar una elección y cuando hablamos de un gobierno de coalición, como lo hemos
venido proponiendo desde hace ya más de una década, ante el agotamiento del
régimen político actual, que estuvo planeado para un partido hegemónico,
estamos diciendo cómo podríamos corregir la mejor forma de gobernar.
“Lo que les interesa a
quienes nos están escuchando, quienes nos están escuchando les interesan los
buenos gobiernos, ¿qué van a hacer si ganan las elecciones?, a los partidos
políticos hoy en día les interesa ganar elecciones, como dijese el clásico
“haiga sido como haiga sido”.
Pero aquí de lo que se
trata es qué van a hacer después de que ganen las elecciones y es cuando
entramos al tema de gobiernos de coalición”.
Manlio habló largamente
respecto de este tema. Sí, bienvenida la modernidad democrática, que las
coaliciones prosperen, pero ¿quién pone al candidato? ¿Será Manlio? Digo.
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