Los
ojos de la opinión pública nacional e internacional están fijados en un punto
del centro del país: El Estado de México, donde el próximo domingo 4 de junio
se llevarán a cabo los comicios más reñidos de la historia del México contemporáneo,
para elegir gobernador -o gobernadora- de esa entidad, considerada la “joya de
la corona”, y que marcará el rumbo de la nación, de cara a los comicios del
2018 con la sucesión presidencial.
Mientras
tanto, la guerra sucia se encuentra en su máxima expresión -PRI Vs. Morena- a
todo lo que da; los ataques contra el adversario son a través de redes
sociales, en medios electrónicos –TV- e impresos, y se suscitan a cada
instante, principalmente contra los dos candidatos más fuertes: Alfredo del
Mazo y Delfina Gómez, del PRI y Morena, respectivamente.
También
son blancos de ataque los candidatos del PAN, Josefina Vázquez Mota y Juan Zepeda, respectivamente. Pero
ambos casi no lanzan lodo contra el aspirante priista, Del Mazo.
Quien
anda muy nervioso y como energúmeno es el jefe de campaña de Delfina Gómez y
dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, quien se juega el todo por el
todo: Si pierde su candidata el cuasi Mesías tabasqueño llegará diezmado
(derrotado) a la contienda presidencial, sin posibilidades de ganar Los Pinos.
El
emperador francés Napoleón Bonaparte, solía decir: “Las guerras se ganan con
dinero, más dinero y mucho dinero”. En la elección del Estado de México, corren
ríos de dinero.
Es
la elección más cara de la historia mexiquense, en la misma tierra del
presidente Enrique Peña Nieto. Muchos dudan que el mandatario nacional vaya a
perder en su propio gallinero donde él es el gallo.
El
PRI se juega el todo por el todo. No hay mañana. Si el PRI con su candidato
Alfredo del Mazo logra ganar la gubernatura mexiquense, el tricolor se reposicionará,
con posibilidades de mantener el poder presidencial en el 2018.
La
del Estado de México –insistimos- es una Elección de Estado; no le vemos otro
contexto político. Por esa razón el mesiánico AMLO anda desesperado: Siente que
el Estado Mexicano se le viene encima; todo el aparato gubernamental lo arrollará,
si su candidata Delfina Gómez pierde ante el PRI.
Si
eso llegase a ocurrir, convocará a una Revolución, a una movilización y gritará
a los cuatro vientos: ¡Fraude, fraude, fraude!... “La mafia del poder nos quitó
el triunfo”.
Y
si Morena gana en Edomex, entonces dirá que en México hay democracia, que se respetó
el voto y que él ya tiene la Presidencia de la República en el bolsillo. Así es
el marrullero viejo cacique de Morena.
Ayer,
el diario Reforma dio a conocer una encuesta donde aparecen con empate técnico
los dos candidatos punteros: Alfredo del Mazo –priista- y Delfina Gómez de
Morena. En tercer lugar Juan Zepeda del PRD y en un cuarto sitio la candidata
del PAN, Josefina Vázquez Mota.
Escasas
horas para que se arribe al día “D”, el ambiente preelectoral en el Estado de México
es de tensión e incertidumbre, por el espectro de la violencia, tras el ataque
y muerte de cinco policías en Ecatepec, municipio conurbado con Toluca, donde
se encuentra el centro del poder.
El
Estado de México –la “joya de la corona-, es una entidad con mayor densidad de
población, con alrededor de 12 millones de habitantes, o más; su padrón
electoral es el segundo a nivel nacional, superado por la Ciudad de México
(antes DF), de unas siete y ocho millones
de personas en edad de votar. Edomex, por su población, es similar a un
país sudamericano o centroamericano.
El
próximo domingo 4 de junio, los mexiquenses elegirán a su gobernador o
gobernadora, en un caliente proceso comicial, de pronóstico reservado, no apto
para cardiacos…
Punto…