lunes, 31 de julio de 2017

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Astudillo-Evodio: relación de respeto


Es evidente que mentes perversas desean ver confrontados al gobernador Héctor Astudillo Flores y al alcalde de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre. A ambos los quieren ver fracasar como gobernantes.

¿Y quiénes son esos perversos? No se sabe a ciencia cierta, pero es muy probable que desde el PRI y el PRD operen con total libertinaje. Son mentes enfermas que quieren lograr el poder a toda costa, sin importarles la estabilidad política de la entidad.

Qué bueno que el gobernador Astudillo y el alcalde acapulqueño hayan mandado un claro mensaje de respeto y trabajo institucional durante la inauguración de las obras de remodelación del centro histórico de Acapulco, el domingo 30 de julio.

Desde luego que eso incomoda a los perversos desestabilizadores y, sobre todo, a los que pretenden regresar a disfrutar las mieles del poder.

Si Acapulco le va mal, también le va mal a Guerrero. Eso ha quedado demostrado en anteriores años. Nadie olvida, por ejemplo, la confrontación que en 2006 tuvieron el entonces gobernador Zeferino Torreblanca Galindo y Félix Salgado Macedonio. Se dijeron de todo y después “se reconciliaron”, pero el daño ya estaba hecho. Los delincuentes hicieron de las suyas y el puerto ya no volvió a ser el mismo. Y Guerrero tampoco.

Los pleitos no solucionan nada, los agravan. Y en este momento lo más importante es atender las demandas sociales.

“Es una relación institucional y de enorme colaboración. Él está trabajando y tiene que seguir haciendo lo que tiene que hacer con Acapulco”, señaló el gobernador cuando un grupo de reporteros le preguntaron respecto a su relación con Evodio Velázquez.

Y eso no es todo. Durante el recorrido en el centro histórico, Astudillo dijo que entiende que su función debe ser solidaria con los municipios del estado y con Acapulco, que “es la ventana más hermosa que tiene Guerrero para México y para el mundo”.

El mandatario estatal ofreció respeto al alcalde y a los acapulqueños, y recordó que él entiende la función de un presidente municipal, ya que él lo fue en tres ocasiones en Chilpancingo.

“Yo no tengo ningún problema con nadie, porque soy el gobernador y entiendo mi papel, ya me tocó ser presidente municipal, cuando fui presidente municipal entendí cuál es el papel del presidente municipal y hoy entiendo cuál es el papel del gobernador”.

Evodio Velázquez, por su parte, reconoció el apoyo del gobernador y la coordinación institucional que prevalece entre el Ayuntamiento de Acapulco y el gobierno estatal.

Cuando Astudillo fue alcalde en el trienio 2009-2012 le tocó coordinarse con Zeferino Torreblanca. Y lo hizo de manera institucional, sin confrontarse. Era la tercera vez que gobernaba la capital del estado.
Recordemos que Zeferino Torreblanca era el gobernador de la entidad y fue el que lo derrotó en la elección de 2005.

Astudillo dejó trabajar al gobernador. Actuó responsablemente, pues. No se llenó de rencor como otros que pierden elecciones y generan guerra sucia desde la clandestinidad.

De igual manera, es necesario destacar que el gobierno estatal no solamente se coordina con el alcalde perredista de Acapulco. También lo hace con el de Zihuatanejo, Gustavo García Bello, y el de Eduardo Neri (Zumpango), Pablo Higuera Fuentes, quien a la vez es el coordinador de los alcaldes del PRD.

Se percibe un respeto a la pluralidad política en la entidad, a pesar de que algunos perversos hacen hasta lo imposible para que el mandatario estatal tropiece y se confronte con los ediles.

Insisto, Guerrero requiere armonía en estos momentos y no pleitos estériles entre gobernantes. Es cuanto.

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