La humillación al alcalde
de Acapulco Evodio Velázquez Aguirre en el acto inaugural del Macrotúnel fue
evidente.
Algo pasó a los
organizadores que lo tuvieron tres horas esperando como al resto de la gente,
no lo presentaron hasta que el gobernador Héctor Astudillo lo invitó a pasar a
la develación de la placa, y Peña Nieto respondió a su saludo con una palmadita
en el hombro y siguió caminando.
Por cierto que lo sentaron
en segunda fila detrás del comediante Javier Carranza El Costeño. ¿Casualidad?
En política no las hay. ¿Error de organización? Tal vez. ¿Mensaje? ¡Claro!
Giovanni Sartori decía que
para analizar la política debemos poner un pie en el deber ser y el otro en lo
que es.
El deber ser, en este
caso, es el cumplimiento de los protocolos por la investidura del presidente
municipal; lo que es: este tipo de cosas suceden cuando se comete el error
político de perder el piso, no saber escoger al adversario y pelearse con todos
al mismo tiempo y todo el tiempo, lo cual ha sido la constante del inexperto
alcalde que no ha sabido medir el peso político antes de lanzar el primer
golpe.
Desde el inicio de su
administración comenzó el pleito con su antecesor Luis Walton Aburto, luego con
el priísta Manuel Añorve Baños, pero escaló al gobernador y terminó
confrontando al presidente Peña Nieto.
Recientemente ha culpado a
una supuesta falta de coordinación con estado y federación del tema de la
inseguridad cuando no ha hecho nada por prevenir el delito que es lo que le
toca, aun cuando durante todo el tiempo que lleva como alcalde han sido las
fuerzas federales y estatales las que le hacen la tarea. ¿A eso llama falta de
coordinación?
Por si fuera poco, ha
traído a personajes del PRD nacional a culpar al gobernador de una campaña de
golpeteo en su contra.
Esa lectura pretenden que
compre la gente respecto a las críticas que se hacen a su gobierno, como si a
todos los que le antecedieron del PRI, Movimiento Ciudadano y el propio PRD
nadie los hubiera criticado, y como si los baches, los basureros, las
luminarias fundidas, las calles abiertas, los semáforos descompuestos y la
falta de agua potable no demostraran la ineficiencia de su gobierno.
La calificadora Fitch
Ratings y la Secretaría de Hacienda, que lo reprobó en el manejo presupuestal,
han evidenciado una deficiente y riesgosa administración del dinero público.
Además de la mezquindad de
mandar mensajeros a decir públicamente que las críticas se hacen por orden del
gobernador, de quien siempre ha recibido apoyo.
Es de gente decente
reconocer que si ha podido pagar el aguinaldo a los trabajadores del municipio
durante dos años ha sido gracias a que Héctor Astudillo lo ha apoyado
económicamente, y que si el problema de la seguridad no le ha terminado de
explotar en las manos es porque el presidente Peña Nieto ha mantenido aquí a la
Marina, el Ejército y la Policía Federal.
De tal manera que no se
puede victimizar, porque el cumplimiento de los protocolos es en ambos
sentidos, no solamente hacia él, sino también de él hacia los órdenes
superiores de gobierno de los que depende en gran medida que cuente con los
recursos que ha gozado. Que no los utilice de la manera correcta es otro
asunto.
Pero además se ha
caracterizado por tirar la piedra y esconder la mano. Acusa guerra sucia,
cuando todo aquel que dice o publica algo que no le agrada recibe en respuesta
un meme por parte de su equipo de redes sociales, y hasta una página
parodiándolo le hacen.
Es tan obvio que hay
páginas de falsos medios informativos en las que sólo se publican sus boletines
de prensa y los ataques a sus adversarios. ¿Quién hace campañas negras?
Evodio debe madurar y
demostrar un cambio de actitud. Él no es un líder carismático ni tiene la
personalidad fuerte o la base social de apoyo de un Andrés Manuel López Obrador
como para pretender pelear con rivales más poderosos, de los que tiene, quiera
o no, dependencia.
Afortunadamente el asunto
no se ha traducido en falta de apoyo para Acapulco porque la inversión federal
y estatal siguen fluyendo, así como la privada que gracias a ello sigue
llegando.
Por lo demás no hay que
rasgarse las vestiduras, simplemente lo pusieron en su lugar, atrás de un
comediante. Ni hablar, los errores tienen consecuencias.
Por cierto…
¿Por qué no lo invitaron a
la asamblea a dela CODUC Sebastián de la Rosa e Illich Lozano Herrera, quienes
aspiran a ser candidatos a senador y alcalde, precisamente los dos cargos que
son la opción de vida política para Velázquez Aguirre? Las cosas se le
complican también en el propio PRD.
jalepezochoa@gmail.com