ES INDISCTUBLE QUE EN
GUERRERO el PRI está vivo. El acto del sábado, en el que en ocasión de su
Asamblea Estatal, deliberativa y electiva, concentró a la clase política,
encabezada por el gobernador Héctor Astudillo Flores, en su calidad de “primer
priísta” del estado, y la secretaria general del Comité Ejecutivo Nacional de
ese partido, Claudia Ruiz Massieu, y a la que también asistieron, en su estatus
de exgobernadores, René Juárez Cisneros (actual subsecretario de Gobernación),
y Rubén Figueroa Alcocer, demostró que el tricolor está “más vivo que nunca”.
Y es que tras la elección
del estado de México, en donde si bien el PRI retuvo la gubernatura gracias a
la alianza con el PVEM, precisamente por los resultados electorales muchos dan
por hecho que el tricolor perderá la elección de presidente de la República,
ante los escasos resultados en desarrollo social y combate a la pobreza, y por
otra parte, por la galopante corrupción de gran parte de las autoridades
emanadas de ese partido, además de que la inseguridad y la violencia cada día
aumenta en el país.
Sin embargo, al menos aquí
en Guerrero, el PRI está más fortalecido que nunca, primero porque después de
10 años el tricolor gobierna el estado, y segundo porque este gobierno,
encabezado por Héctor Astudillo Flores, realiza un excelente papel comparado
con el de Ángel Aguirre Rivero y Rogelio Ortega Martínez, y con mayor
sensibilidad que el que encabezó Zeferino Torreblanca Galindo.
Indudablemente que el PRI
Guerrero aprendió la elección. Diez años de estar fuera del poder, precisamente por los malos
gobiernos que encabezaron, y por lo cual llegaron a la gubernatura, como una
opción de gobierno los perredistas Zeferino Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre
Rivero y Rogelio Ortega Martínez, quienes también encabezaron administraciones
desastrosas, tuvo que haberlos hecho entender que los tiempos son otros, y que
contrario con el pasado, tienen que construir gobiernos exitosos.
Cierto es que los buenos o
malos gobiernos tienen que ver con quien los encabeza, con el compromiso que
tiene con los guerrerenses, y con la aplicación de las leyes, y en este
sentido, el que encabeza Héctor Astudillo no solo ha dado muestras de trabajo,
sino también de querer hacer bien las cosas en favor de los guerrerenses. Ha
dado muestras, además de cumplirle a la gente, de resolver los problemas del
estado, y de hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, es imposible hacerlo en
un santiamén, de ahí que, aunque urge la solución de muchos pendientes, como el
de la inseguridad y violencia, en gran parte de éstos los resultados habrán de
tardarse.
Hay que decirlo.
Precisamente porque el actual gobierno del estado trabaja por cumplirle a los
guerrerenses, lo que puede verse en acciones de obra pública, obra social y de
apoyo al desarrollo de las actividades productivas, es que los guerrerenses,
una gran mayoría, creen en el gobierno de Héctor Astudillo. La confianza en un
gobierno se obtiene en razón de sus resultados, y hasta ahora, el de Astudillo
Flores los ha dado.
Y si el partido que gobierna
hace un buen trabajo, es indiscutible que éste se fortalece. En consecuencia,
no por nada decimos que el PRI en Guerrero está vivo, sino más fuerte que en
los últimos 10 años cuando, tras perder la gubernatura, precisamente con
Astudillo Flores, pasó a ser oposición durante 10 años, tiempo en el que el
tricolor entendió que los malos gobiernos, que también los encabezó por muchos
años, obligan a los guerrerenses al cambio, a la alternancia.
Es cierto. Si en el resto
del país el destino del PRI es incierto, en Guerrero no se preocupa, a pesar de
que en los procesos electorales donde participa directamente Andrés Manuel
López Obrador, ahora como dueño de Morena, en el estado tiene un gran arrastre.
En la Asamblea Estatal deliberativa y electiva, rumbo a la Asamblea Nacional
Ordinaria, el tricolor mostró el músculo y su estructura, encabezada por el
mandatario estatal en su calidad de “primer priísta” del estado, y la
secretaria general del comité ejecutivo nacional, Claudia Ruiz Massieu, de
fuertes raíces guerrerenses, sino también con los exgobernadores René Juárez y
Rubén Figueroa.
Por supuesto, el priísmo
guerrerense tiene en los senadores a dos activos importantes, al igual que en
los diputados federales y en los diputados locales. Por supuesto, en los presidentes
municipales. Y tiene, también, a toda una estructura que ha venido
fortaleciendo con miras a la elección del 2018, la cual ha venido estructurando
el presidente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, y la Secretaría
General de ese partido, Gabriela Bernal Reséndiz.
Claro. El resto de
partidos políticos también están haciendo lo suyo rumbo al 2018, pero el PRI,
de quien hoy nos ocupamos, sin duda les lleva mano. Por supuesto, mucho tienen
que ver los candidatos, la oferta política y el discurso, y claro, la postura
frente a la corrupción, a la impunidad, y a los grandes problemas
estructurales, como la inseguridad y violencia, la pobreza y la marginación.
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