CARLOS REYES ROMERO |
“Todos ven lo que pareces ser, pero pocos saben lo que
eres.” Maquiavelo. El Príncipe.
Recientemente
el presidente del PRD Carlos Navarrete sentenció que ningún partido escapa a la
posibilidad de tener su “Abarca”; lo que le valió la rápida e ingeniosa
respuesta en las redes sociales de que: “más bien todos los partidos tienen su
Navarrete”.
Navarrete
sabe bien de qué habla, porque los “Chuchos”, a quienes él encarna
perfectamente son expertos en componendas, cochupos, arreglos en lo oscurito y
otras lindezas que los han enriquecido ostensiblemente, entre ellas el abrir
las puertas del PRD a candidatos vinculados al narcotráfico, como el ex edil de
Iguala José Luis Abarca Velázquez; Gregorio “Greg” Sánchez Martínez candidato a
gobernador de Quintana Roo y en su tiempo Consejero Nacional del PRD, y Julio
Cesar Godoy Toscano, expresidente municipal de Lázaro Cárdenas, diputado
federal electo en 2009 y ahora prófugo de la ley.
Pero
con todo en algo tiene razón. Ningún partido está exento de albergar entre sus
candidatos y militantes a personeros del narcotráfico, de la narcopolítica
pues.
Entre
esos está el caso del candidato “de unidad” del PRI a gobernador de Michoacán, José
Ascensión “Chón” Orihuela Bárcenas, a quien desde hace muchos años se le
menciona como el principal narcotraficante del Oriente de Michoacán; a menos de
que ya se haya retirado de ese negocio. De todas maneras sería conveniente para
Michoacán y para el país, que el CEN del PRI y el CISEN investiguen bien los
antecedentes de “Chon” Orihuela, no vaya a ser que efectivamente resulte ser su
“Abarca”. Nomás pa’ prevenir...
En
Guerrero ese es el caso del ex gobernador Carlos Zeferino Torreblanca Galindo,
a quien el Partido Acción Nacional (PAN) pretende postular como su candidato a
la Alcaldía del municipio de Acapulco.
Carlos
Zeferino Torreblanca arrastra la evidencia pública de haber protegido al ganadero
y narcotraficante Rogaciano Alba Álvarez, actualmente preso por ese delito, “es
sólo un buen hombre”, decía Zeferino cuando los medios le tocaban el tema,
situación que conocían perfectamente y que deliberadamente consintieron en su
momento el gobierno federal y el CISEN.
Pero
lo más grave es que Carlos Zeferino Torreblanca carga con la enorme y documentada
acusación de ser el presunto autor intelectual del asesinato del diputado
Armando Chavarría Barrera, presidente de la Comisión de Gobierno de la LIX
Legislatura al Congreso del Estado de
Guerrero.
Así lo
han difundido profusamente los medios de comunicación en Guerrero, y existe la
declaración judicial del ex procurador Alberto López Rosas, donde éste reconoce
que el comandante de la policía judicial Trinidad Zamora Rojo, efectivamente declaró
que por órdenes de Carlos Zeferino Torreblanca, él y otros elementos de la
policía judicial del estado, habían perpetrado la ejecución de Armando
Chavarría.
El
gobierno de Ángel Aguirre Rivero, protegió a Zeferino Torreblanca en este caso.
Como también lo hizo con el ex presidente municipal de Tlapa Willy Reyes Ramos,
presunto autor intelectual del asesinato del diputado federal Moisés Villanueva
de la Luz, al cual a pesar de tener orden de aprensión desde el 7 de noviembre
de 2013 nunca se le ha hecho efectiva; así también protegió al ex alcalde de
Iguala José Luis Abarca Velázquez en relación con el asesinato del dirigente
social Arturo Hernández Cardona y tres de sus compañeros, a pesar de las
denuncias y evidencias que había desde mayo de 2013 cuando sucedió el crimen y
de la declaración ministerial de Nicolás Mendoza Villa de noviembre de ese
mismo año.
Todo
mundo sabe del carácter rijoso y peleonero de Carlos Zeferino Torreblanca
Galindo, al respecto existen varios testimonios, dos de ellos documentados: el altercado
que llego a las manos con Manuel Añorve Baños en el Sanborns Calinda de
Acapulco, a finales de los 90, que se difundió ampliamente en los medios y el
reciente pleito que escenifico con el periodista Oscar Mario Beteta en la
Ciudad de México, por el cual se le investiga actualmente como lo informo La
Jornada en su edición del 18 de febrero pasado. No es de dudar entonces que en
alguno de sus frecuentes encabronamientos haya decidido librarse de Chavarría.
Con
tales antecedentes, en nada le ayuda al PAN tener a Zeferino de candidato,
máxime que lo único que busca el controvertido empresario es impunidad, a
través de lograr mediante un cargo de elección popular 5 años de fuero
constitucional: 3 que le daría el cargo de presidente municipal de Acapulco, en
caso de ganar, y 2 más que constitucionalmente les garantiza la actual
Constitución de Guerrero a aquellos servidores públicos que para poder
llevarlos ante un juez, primero deben ser sujetos de un juicio de procedencia
en el Congreso del Estado.
¿Cómo
la ven?
Febrero
22 de 2015