Sin
padrino político que lo proteja y lo catapulte para el año 2018, el senador
Armando Ríos Piter, ya empieza a vivir en carne propia el abandono de sus
supuestos seguidores, lo cual pondría
fin a su carrera política. A todos sus padrinos ha utilizado, pero los
traicionado.
Armando,
creyó que atacando al gobernador Héctor Astudillo Flores, subiría su ranking,
pero el experimento le falló. Lo que logró fue un alud de ataques en su contra
a través de las redes sociales y en la mayoría de medios electrónicos e
impresos y portales por Internet.
Incluso
se ganó muchos insultos, y le recordaron sus vínculos con el capo Rogaciano
Álvarez y el respaldo que le brindó al ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca,
ambos presos en penales de alta seguridad, en primero por narcotráfico y el
segundo por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa.
Cientos
de cibernautas reaccionaron con furia cuando Ríos Piter señaló que durante el
periodo del gobernador Astudillo Flores, hubo cientos de muertos. Le recordaron
que la violencia con heridos, asesinados y desaparecidos ocurrieron durante
gobiernos emanados del PRD, con los ex mandatarios Zeferino Torreblanca y Ángel
Aguirre.
Ríos
Piter, no midió las consecuencias de sus mensajes agrediendo al gobernador
Astudillo Flores, pues el tiro le salió por la culata. Héctor, se vio, cuenta
con una gran base social en Guerrero. Armando, no.
La
gente no quiere a Ríos Piter; lo detestan por burgués, chapulín que ha militado
en tres partidos políticos: PRI, PAN y PRD. Además de cambiar de chaqueta, ha
cambiado de padrino a cada rato.
Estos
eran sus padrinos: Florencio Salazar, Rubén Figueroa, Zeferino Torreblanca,
Marcelo Ebrad, Los Chuchos, René Juárez,
Aurelio Nuño. A todos estos ha traicionado “El Pirrurris”, Ríos Piter, quien ya
anda desesperado y le espera la fría banca y vivir la soledad política, en el
ostracismo.
El
gobierno encabezado por Héctor Astudillo Flores apenas cumplirá un año. Lo que
recibió Héctor, fue una administración en quiebra financiera, una entidad
violenta con asesinatos todos los días, producto de la guerra entre cárteles
que pelean territorios.
Nadie
en su sano juicio le exigiría al gobernador Astudillo Flores que termine con la
violencia de un golpe. Para pacificar Guerrero se necesitaría más tiempo y
dinero para revertir la espiral de la violencia mediante inversiones.
Los
ataques proferidos por el senador Ríos Piter a través de su cuenta de Twitter
contra el gobernador Astudillo Flores, los hizo en la comodidad del Senado de
la República. Armando no viene a Guerrero para resolver los múltiples
problemas, ni mucho menos visita las zonas pobres.
Por
eso el gobernador Astudillo Flores, llamó cobarde al senador Ríos Piter a quien
retó para que venga a Guerrero, para resolver los conflictos.
Eso,
jamás lo haría; ni tampoco acompañaría –Armando- a los padres de los 43
normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos la noche del 26 de septiembre y la
madrugada del 27 del mismo mes en Iguala de la Independencia, a manos de
policías municipales y criminales.
Que
lo intente, y verá cuál sería la reacción de los normalistas de Ayotzinapa y
los padres de los 43. Lo que vemos ahora en la persona de Ríos Piter, es a un
político solitario y desesperado. Ningún partido lo arroparía, por su actitud
oportunista, camaleónica y traicionera. El ex gobernador Zeferino Torreblanca,
intentó heredarle la silla, pero tal experimento no cuajó…Punto.