MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN |
De abucheos y rechiflas se
salvaron los ex gobernadores de Durango, gobernadores de otras entidades y el
secretario de Salud, José Narro Robles, pero no Peña Nieto, de quien llevaba la
representación a este acto inscrito dentro del protocolo del Pacto Federal.
Hubo un momento, empero,
en que una sección de los más de diez mil invitados a la toma de posesión,
aplaudió de pie a Herrera Caldera, quien aguantó toda la ceremonia. Rosas
Aispuro apaciguó el antipriismo vociferante mas en su mensaje dio pauta para
avivar el cobro de facturas con el gobierno saliente y sus prohombres.
No habrá cacería de
brujas, ofreció pero a la par garantizó que el que la haya hecho la pagará. Un
discurso que bordó en el llamado a la unidad y la reconciliación, pero que no
dio pauta al cambio de página, o como podría considerarse perdón y olvido.
Bien que así sea, porque
de otra suerte la naciente administración de Aispuro Torres abonaría a la
impunidad. Por eso, sin ese ánimo de llevar zaleas a la hoguera de la plaza
pública para quemarlas en leña verde, debe proceder la congruencia de la oferta
y aplicar la ley donde debe aplicarse, sin distingos.
El caso es que la
animadversión de este panismo duranguense contra el PRI, el Presidente de la
República y el gobernador saliente, contrastó con su abierto apoyo entre el
aplauso y el grito de aprobación a personajes de quienes olvidan su pasado
priista, como Miguel Ángel Yunes Linares, gobernador electo de Veracruz, Rafael
Moreno Valle Rosas y su delfín convertido en su sucesor en el gobierno de
Puebla, Antonio Gali Fayad; el gobernador saliente de Sinaloa, Mario López
Valdés, y el gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón.
Felipe Calderón y
Margarita Zavala, Josefina Vázquez, Ricardo Anaya, Marko Cortés y hasta los
perredistas Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta Naranjo junto con Agustín Basave
y el dueño de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, se llevaron las
palmas de los ciudadanos asistentes a la ceremonia.
La revancha era contra el
presidente Peña Nieto y el PRI de estos días. El encono en todo lo alto; el
encono que es consecuencia de los malos, pésimos gobiernos, de la corrupción
galopante en los tres niveles de gobierno, aunque no son privativos del priismo
la gente los asume como tales.
No he visto, empero, a un
auditorio priista con ese desbordado ánimo del cobro de facturas, de la
descalificación absurda y generalizada, aunque sí con la rechifla y
descalificación en los días de los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Los riesgos, las
consecuencias, no obstante, de estas reuniones incendiarias y acicateadas por
la venganza y el cobro de facturas, sea el auditorio del partido que sea, son
graves. Y lo hemos observado en esas marchas de maestros disidentes, de
estudiantes y sedicentes estudiantes que se montaron en un caso lamentable y
oprobioso, pero que tiene una cara no mostrada a la sociedad que se siente
indignada porque el gobierno que no tuvo nada que ver con el asunto
Iguala-Ayotzinapa se dejó envolver y, al final, quedó en calidad de victimario.
Así, lo ocurrido la mañana
del jueves de la semana pasada en el auditorio del Centro de Convenciones
erigido Recinto Legislativo del Congreso de Sinaloa, recuerda aquella gira a
Chiapas de Vicente Fox en diciembre del año 2000.
Fox se estrenaba
Presidente de la República en un acto del Pacto Federal, con su asistencia a la
toma de posesión de Pablo Salazar Mendiguchía como gobernador del estado de
Chiapas, el linchamiento verbal contra su antecesor Roberto Albores Guillén estuvo
en un tris de pasar al físico y llevar la zalea de éste hasta la plaza
principal para lincharlo porque, primero, era priista y, segundo, se le acusaba
de corrupción y de todos los males que enfrentaban los chiapanecos.
Salazar Mendiguchía
también priista de origen, formado en las filas del tricolor y encumbrado por
éste, hasta que se le negó la posibilidad de ser gobernador, con el discurso
incendiario de la toma de posesión prácticamente convocó a perredistas y
panistas que lo apoyaron para ganar la elección de gobernador, a hacerse
justicia por propia mano. De ese auditorio Albores Guillén salió por la puerta
de atrás y custodiado por el Estado Mayor Presidencial.
Cuando Salazar Mendiguchía
concluyó su mandato, salpicado de venganzas y cobros de facturas mediante las
cuales metió a prisión a sus enemigos políticos, incluso reporteros, terminó en
la cárcel, consecuencia de los delitos que le fincó su sucesor Juan Sabines
Guerrero, a quien el manto presidencial ha cubierto con el manto de la impunidad
merced a su designación como cónsul en Orlando, Florida.
¿A quién o quiénes
interesa –y beneficia-- generar encono social? Finalmente los beneficiarios
resultan aquellos que prohijaron rencores y animadversiones.
He leído puntos de vista
de algunos articulistas que defienden al presidente Enrique Peña Nieto, sin
condición alguna ni atisbo partidario e ideológico, porque se trata de la
figura e investidura que representa a los mexicanos. Y los mexicanos no podemos
injuriar al Presidente sin terminar injuriados.
Es posible que tengan
razón quienes consideran que Peña Nieto no era el hombre idóneo para encabezar
el gobierno de México, pero igual hay un enorme sector de la sociedad mexicana
que votó por él y conserva la convicción de que su voto fue válido. Al final
del día se olvida que el gobierno está integrado por un equipo de individuos
obligados a responder y cumplir la encomienda que tienen como funcionarios
públicos.
Por supuesto, el
Presidente de la República es su jefe y si éstos fallan, como ha sido evidente
a lo largo de los casi cuatro años de la administración peñista, deben rendir
cuentas y no dar pauta al encono social contra el jefe del Ejecutivo.
Se acusa al presidente de
los yerros habidos en las reformas estructurales y están en el centro de la
descalificación de los sectores más radicales, incluso de quienes acordaron
votarlas en el Congreso de la Unión, beneficiarios de canonjías políticas que
han olvidado sin rubor alguno. A estos no se llama a cuentas. ¿A quién o
quiénes conviene provocar el encono contra Enrique Peña Nieto? Y los asesores y
los presidenciables y… Digo.
LUNES. Luis Felipe Cangas
Hernández, director general de Juegos y Sorteos de la Secretaría de
Gobernación, cree que se ha ganado la Subsecretaría de Gobernación que dejó
vacante Luis Enrique Miranda Nava. En corrillos de la Secretaria de
Gobernación, se comenta que Cangas Hernández presume que, por ser protegido de
Miranda Nava y amigo del secretario Miguel Ángel Osorio Chong, ocupará esa
importante Subsecretaría. ¿Será que los empresarios a quienes ha beneficiado
con permisos, por ejemplo el del Casino Caliente Anáhuac, en el municipio de
San Nicolás, lo promueven para ser el jefe de quien lo relevaría en la
Dirección de Juegos y Sorteos? ¿Manga ancha para los amigos y socios? Conste.
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