LIC. ANDRES MANUEL LOPEZ
OBRADOR.
CANDIDATO A LA PRESIDENCIA
DE LA REPUBLICA MEXICANA.
P R E S E N T E:
Usted,
que ha recorrido, no sé cuantas veces cada municipio de este nuestro abandonado
y miserable país; se habrá dado cuenta realmente de lo que cada lugar necesita
para que su gente se ponga de pie y deje de estar de rodillas; he leído con
atención sus propuestas y creo que en usted está la ultima oportunidad que nos brinda
la vida democrática para corregir y recuperar el rumbo hacia la dignidad que
muchos creen perdida. Creo ante todo, y aunque se tome a burla por parte de los
medios, que la única opción, es La Republica
Amorosa que usted plantea, ya que no es una
utopía, sino la posibilidad real de verse cumplida, como lo que he dicho siempre: “hay cosas imposibles que sin
embargo suceden”, pero ante todo, primordialmente, se debe buscar que
este tejido social tan dañado por todos, pero principalmente por la guerra
estúpida del ojo por ojo y diente por diente; la tenemos que terminar con la reconciliación sincera de
todos los mexicanos, desechemos de una vez y para siempre la absurda polarización
entre buenos y malos, ricos y pobres, indios y blancos; una Republica Amorosa
debe tener como base, reconstruir la dignidad y
libertad para ponernos del lado de México que es nuestra única casa.
Antes
de pasar a lo importante, porque lo relevante lo he dicho, quiero comentarle
que me da mucha tristeza ver como, sobre esos templetes y entre su comitiva, ni
por casualidad va un astrónomo, sí, de esos que acercan las estrellas a la
frente de la gente y nos enseñan que por lejanas que parezcan las podemos ver a
la cara y mirarle a los ojos para contarle nuestros sueños. Perdón que insista, pero no
lo veo, tal vez ande por ahí, tal vez. Tampoco veo un músico, pues su piano se
vería desde lejos, ese instrumento es difícil esconder hasta a un ciego, no se ve
un chelo, que tampoco es pequeño. No veo
un violín, o una guitarra, ni siquiera uno, con una flauta o una armónica; es
tan importante oír una bella sonata a la hora de decidir cosas importantes para
el bien del País, no se ve ni por casualidad un poeta, esos tan innecesarios,
pero tan imprescindibles, diríase que son un mal necesario, son tan fáciles de
distinguir, siempre tan desaliñados en todos los aspectos, esos que le podrían
descifrar esos susurros que seguramente por cientos se le acercan para
edulcorar su oído, me refiero a esos
zalameros, cortesanos, oportunistas que le ofrecen a usted el toro y el moro,
para eso son los verdaderos poetas, para poner a cada uno en su sitio, ellos
solo hablan con la verdad y los que se le arriman a usted solo usan la
mentira, pequeña diferencia ¿verdad?
Tampoco veo una bailarina, ni de artesa o de tarima, para que le
recuerden que los pies en el piso suenas de manera diferente y que el baile, nos hace sentir mas los pies
en la tierra; disculpe que lo diga así, entre los que lo acompañan en su
sequito solo veo sabandijas, ni siquiera
veo uno, uno solo de esos, que usted dice: primero los pobres, no veo siquiera
un herrero con azadón de palo, un pescador con su atarraya, un campesino con su
machete tunco, un obrero con su martillo, un carpintero con su clavo en los
labios igual que un zapatero remendón, ni por equivocación veo uno arriba del
templete, posiblemente estén allá abajo, perdidos en la bola como siempre, suba
uno, o dos, siquiera, hágame caso, se va a sentir usted mejor, arriba, solo los
planchaditos, los perfumados, los que van a la foto y los que van por el
chayote, los que quieren favores, los que quieren que los tenga a su diestra
cuando llegue al reino, esta ahí, el que ya quiere una concesión, veo muchos
aspirantes a cargos públicos, que sueñan con llenarse los bolsillos en algún puesto que
seguramente creen les dará usted, tampoco veo a ningún representante del hambre
de la montaña de Gurrero, ni a ningún Tarahumara, ahora que esta tan de moda la
filantropía por parte del Estado y de la Iniciativa Privada. En fin eso es cosa
que solo usted sabe por qué y para qué tanta mala semilla le acompaña.
Ahora
si le voy a explicar el motivo de esta carta, debió ser al principio, pero soy
alrevesado, quería que usted supiera
primero que es lo que pienso cada que veo sus presentaciones en las plazas
publicas del país, y segundo, por que razones estaré dispuesto a dar mi voto,
que no es poca cosa, para mi, vale todo el futuro de los míos, por lo tanto,
quiero que tenga el mas alto sentido ese momento, en que se decidirá el
presente y todas las consecuencia que este acarree, le diré: Solo votare esta
vez, por el partido aquel que garantice que no será usted un presidente moderado,
pues como dijo Sicilia, de esos ¡ya estoy hasta la madre!, iré mas
lejos, hare mías las palabras que dijo Darío Fo, cuando se lanzo de candidato
para alcalde de la ciudad de Milán, dijo esto, que ahora yo le digo a usted: ¡No
votare jamás, por un candidato moderado,
porque cuando llegan al poder, son débiles con los fuertes y fuertes con los
débiles!. Un moderado es ese que
siempre le da la palabra a los poderosos que la han tenido y la niegue a los
que no tienen voz. Un moderado es
ese que hace caso omiso para aplicar la justicia a sus amigos y aplica todo el rigor
de la ley para los desconocidos y además pobres; un moderado que se haga de la vista gorda ante las corporaciones
internacionales y todo el peso de la policía contra los que se manifiesten en
su contra, esos moderados que echan a la
calle a los que viven en el centro de las grandes ciudades para después vender
a particulares para hacer grandes moles de cemento o centros comerciales, esos
moderados que dejan que la gente cada vez este mas triste, porque dan prioridad
a los estacionamientos en lugar de a los parques públicos. Esos moderados que
privatizan el agua, la basura, las calles, la educación, la salud y las
cárceles, Además esos moderados nunca hacen nada, porque no se quieren
enemistar con los poderosos. Para esos, no daré mi voto jamás, y se lo digo en
esta carta y le dejo todos mis datos, no me puedo equivocar más, y como dice
una poesía mía, cuando me arrepentí de haber depositado mi voto en favor de
Zeferino, uno de esos versos decía así: “….y vinieron los otros/ pero
eran los mismos…”. Eso no lo repetiré, al menos que por el que vote resulte
un moderado.
Señor
candidato, tendrá usted mi voto y todo mi apoyo incondicional y respaldaré con
toda mi fuerza y mi talento, todo lo que sea para levantar este país, que ha
demostrado ponerse de pie en peores situaciones de su historia, y como decía
por ahí alguien muy sabio: un invencible, no es el que siempre gana,
sino el que nunca se deja vencer.
Efrain Villegas
Poeta
Tel 741 412 13 79 Ometepec, Gro.