domingo, 12 de febrero de 2012

MÉXICO, ÚLTIMO LUGAR EN CIBERSEGURIDAD ENTRE PAÍSES DE LA OCDE







Milenio 

El investigador de la UNAM, Julio Alejandro Téllez, aseguró que el ciberdelincuente puede usar la computadora personal como “una especie de mini servidor” para enviar spam o virus informáticos sin que el usuario se dé cuenta.
México • México ocupa el último lugar en ciberseguridad entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señaló Julio Alejandro Téllez, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
En un comunicado, el experto alertó que el país va rezagado en la tipificación de delitos informáticos y carece de recursos humanos preparados (agentes del Ministerio Público, policías investigadores y jueces conocedores).
Indicó que México requiere de expertos para hacer frente a fraudes electrónicos, clonación de tarjetas, robo de base de datos, bloqueo de portales o hackeo de cuentas de correo, entre otros ilícitos de este tipo.
Esta, expuso, es una de las naciones donde se registra la pornografía infantil de manera más grave; se procura, obliga, facilita o induce a un niño a realizar actos sexuales lesivos por medios electrónicos como Internet.
Además, dijo, se oculta también el ciberbullying, que es una conducta de acoso entre iguales, generalmente niños, y que amerita regulación especial por las graves consecuencias (suicidio) que puede generar en infantes y sus familiares.
Para Téllez, la pornografía infantil va ligada al sexting (contracción de sex y texting), que se refiere a la generación o envío de contenidos eróticos o sexualmente explícitos que están en la frontera de lo pornográfico.
También se refirió al grooming, que consiste en que un adulto se hace pasar por un niño con la finalidad de ganarse paulatinamente su confianza y, posteriormente, concertar una cita para cometer otra conducta delictiva.
El spam es otro caso, detalló, pues se trata de un correo no deseado o no solicitado que puede ser phishing (hacer que los usuarios piquen el anzuelo) y pharming (un simulador).
El experto detalló que en el primero de esos dos casos piden información para supuestamente actualizar una base de datos, lo que permite acceder a cuentas bancarias y vaciarlas; el segundo conduce a un portal que simula ser del banco, donde otra persona sustrae los recursos.
Uno más en la clonación de tarjetas bancarias. Es común que en las cuentas se registren, de repente, disposiciones o compras no efectuadas.
Y el lavado de dinero, agregó, también se da con frecuencia, pues ante las disposiciones restrictivas emitidas por las autoridades correspondientes quienes tienen ingresos mal habidos recurren ahora a otros subterfugios para blanquearlo.
Muchas de las modalidades que adquiere el delito informático, por el cambiante mundo de la tecnología, no están tipificadas en el Código Penal, por lo que se enfrenta el reto de las distintas codificaciones que marcan las jurisdicciones locales, ante un problema no sólo nacional sino global.
El spam es uno de esos, porque vía correo electrónico o redes sociales se busca infiltrar spyware, programas que se alojan en la computadora y permiten que otros a distancia puedan controlarla, detalló.
Además de tener acceso a toda la información, el ciberdelincuente puede usar la computadora personal como “una especie de mini servidor” para enviar spam o virus informáticos sin que el usuario se dé cuenta. “Esto convierte a nuestra computadora en zombie”.