Se desalojan 900 litros por segundo, a través de sistema emergente de bombeo instalado
por Conagua y CAPASEG.
Tixtla de Guerrero, Gro. 13 de octubre.- Tras las acciones coordinadas que han efectuado la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la Comisión de Agua Potable Alcantarillado y Saneamiento del Estado de Guerrero (CAPASEG) y el ayuntamiento, se están desalojando 900 litros de agua por segundo de la zona urbana anegada en Tixtla.
Desde este viernes que el sistema emergente de bombeo trabaja de forma ininterrumpida, se ha logrado que el nivel del agua en el área de anegación esté bajando en promedio cuatro centímetros diarios, caudal que se está enviando al Río Balsas.
La evacuación de este volumen de agua se debe al funcionamiento del emisor norte, el desagüe mediante canalización que conduce a la planta de tratamiento de aguas residuales, dos bombas de cuatro pulgadas y una bomba de seis pulgadas.
Aunado a ello están en operación los resumideros que se encuentran en los predios denominados La Dolina, El Huizachal y Amatitlán, los cuales se han desazolvado con el apoyo de especialistas y equipos de buceo.
En días anteriores, por vía de canales y una bomba de menor alcance se evacuaban 130 litros de agua por segundo, y actualmente con el emisor norte - que se compone de 4.2 kilómetros de tubería de acero dúctil y dos bombas de 300 caballos de fuerza cada una- se está logrando bajar poco más de 4 centímetros diariamente.
El gobierno del estado refuerza los trabajos emergentes, a efecto de obtener mejores resultados a la brevedad, y de manera permanente se efectúan reuniones conjuntas durante las cuales se realizan las mediciones físicas correspondientes, y se evalúan los avances que se tienen en cuanto a la atención que se está brindando por esta emergencia.
Asimismo, de manera coordinada la Conagua, CAPASEG y autoridades municipales están evaluando la construcción del emisor sur, para el cual se están rastreando los caminos que las fuertes lluvias afectaron.
Dicho emisor tendría una longitud aproximada de 1.2 kilómetros, con lo que se acortaría el tiempo de desfogue y conduciría el líquido al Río Azul, entre los municipios de Mochitlán y Quechultenango.