No
obstante que la espiral de la violencia continúa cifras arriba, con fatídico
saldo de unos 920 asesinatos dolosos en lo que va del año, las inversiones
siguen fluyendo a Guerrero cuya entidad se sitúa en tercer lugar donde se
inyecta más capital, debajo de Chiapas y San Luis Potosí.
Las
bandas del crimen no distinguen condición personal –hombres y mujeres-,
económica o social, pues lo mismo ejecutan a transportistas que universitarios,
policías, comerciantes y hasta menores de edad. La Guerra entre cárteles es
cruenta, feroz y despiadada, pero ni así bajan las inversiones.
El
negativo escenario de violencia y sangre no arredra a los inversionistas que
siguen creyendo en Guerrero, y en los últimos 18 meses se logró una inversión
por mil 700 millones de dólares, donde el principal impulsor de la derrama económica es el gobernador Héctor
Astudillo Flores.
De
acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (Inegi), Guerrero tuvo un crecimiento del 46.7 por ciento en
materia de (crecimiento) en obras de inversión privada.
Las
inversiones por mil 700 millones de dólares se focalizaron en Acapulco (Zona
Diamante) e Ixtapa-Zihuatanejo (Punta
Garrobo).
Al
presentar un crecimiento del 46.7% Guerrero supera a entidades como: Ciudad de México,
Nayarit, Baja California Sur, Aguascalientes y Morelos.
De
acuerdo con datos de Promotora Turística, existen ocho proyectos en Guerrero
que son:
-Proyecto
Velera, 60 millones de dólares; Proyecto Tres Deseos, 114.8 millones de
dólares; Proyecto Península, 35 millones de dólares; Proyecto Avento, 51
millones de dólares; Proyecto Bayam, 50 millones de dólares; Proyecto Esmerald,
12 millones de dólares; Proyecto Real del Palmar, 225 millones de dólares y
Proyecto Mundo Imperial, mil millones de dólares.
Como
puede verse, pese a la cruenta violencia, los hombres y mujeres del gran
capital, le siguen apostando a esta entidad turística, y a la vez se generan
empleos tan necesarios para miles de
guerrerenses que tienen como gobernador a un hombre impulsor como Héctor
Astudillo Flores. En Guerrero, no todo es violencia y crimen; también existen
cosas positivas.
EXTORSIONADOS,
QUIEREN AYUDA.
Ante
las extorsiones de que son objeto cientos de miembros de la Cámara de Comercio,
principalmente en Acapulco, Chilpancingo, Iguala, Ciudad Altamirano,
Zihuatanejo, Taxco, entre otras ciudades, el Congreso de Guerrero hizo un
urgente llamado al Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Ildefonso Guajardo
Villarreal, para que aplique un programa de estímulos fiscales para beneficiar
a personas que son víctimas de delitos como cobro por “derecho de piso” y
“cuotas”.
Ya
es innumerable insoportable el número de extorsiones de que son objeto los
comerciantes en Guerrero, a manos de la delincuencia.
Es
en Acapulco donde más de 400 socios de la Cámara de Comercio son extorsionados
diariamente, quienes bajo amenazas son obligados a pagar cuotas a los
delincuentes.
Diputados
como Ricardo Mejía Berdeja, hace fuertes críticas al fallido gobierno municipal
de Acapulco que encabeza el perredista Evodio Velázquez Aguirre, quien en vez
de depurar y certificar a la policía preventiva, hace inútiles viajes al
extranjero con cargo al erario mientras los delincuentes hacen de las suyas. La
policía solo atrapa a borrachitos, menos a los delincuentes.
Por
cierto, es de tal magnitud la incapacidad del alcalde de Acapulco, que tendrá
que devolver a la Federación 507.7 millones de pesos porque no tuvo la
creatividad y menos el talento para planear y programar las obras que más
requiere el puerto.
Son
tantas las necesidades en Acapulco, como: pavimentación de calles, agua
potable, luminarias, cámaras de video, recolección de basura, andadores
peatonales, aulas, espacios deportivos, etc.
En
la comuna de Acapulco tanto a Evodio como a su séquito de aduladores ya se les secó
el cerebro: no tienen visión cómo invertir los 507.7 millones de pesos, y tendrán
que devolverlos a la Federación.
En
lo único que piensa el novato y ambicioso alcalde de Acapulco, es en su
reelección; para ello anda en cínica y descarada pre campaña política mediante
brigadas con playeras amarillas con negro, en alusión al defenestrado PRD…
Punto.