De
Frente
Cuotas
Por:
Miguel Ángel Mata Mata
“¿Guardaste
para las cuotas?”, dice la señora en el comercial del Partido Verde. “No damos
clases porque el crimen organizado nos exigen el pago de una cuota”, dicen los
maestros de Acapulco que han parado labores desde hace poco mas de tres meses.
¿Cuotas?
Cuota es una parte o porción fija y proporcional. Es una cantidad que se paga
regularmente a asociaciones, comunidades, seguridad social. Es el pago en
metálico mediante el cual se permitía a los reclutas gozar de ciertas ventajas
y reducción de plazo en el servicio militar. Es el porcentaje de participación
de un medio de comunicación o un programa en el índice general de audiencia. Es
la cantidad de dinero que corresponde pagar a un sujeto pasivo como
consecuencia de la aplicación de un tributo. Es la legítima usufructuaria del
cónyuge superviviente.
Los que
acudimos a escuelas públicas fuimos educados con la cuota. En la primaria había
que pagar por llegar tarde, por la entrega de las boletas de calificación, por
la entrega de los documentos, porque llegaba el día del maestro. La cooperación
para pintar la escuela. La aportación para el día de la madre, para el día del
estudiante, para el cumpleaños del director o de cada uno de los maestros. Por
la llegada de la Primavera, el Invierno o el Verano.
Siempre
hubo cuotas para todo. ¡Ah, y cuidado con no pagar! No hay acceso a
clases o la calificación baja en uno o dos puntos. Asi que por
pobre que uno sea debe tener un guardadito para pagar la cuota al maestro. De
lo contrario la amenaza constante de ser reprobado. Asi crecimos. Asi nos
educaron los maestros. Su guadaña en el cuello del pobre ingenuo que se creyó
la patraña de que por ser escuela pública ésta no cuesta. Ajá.
En la
secundaria o la preparatoria la cosa es peor. Las jovencitas son acosadas por
libidinosos profesores que abusan de su poder y exigen la cuota carnal.
¿Cuántas denuncias por acoso existen en las mesas del Ministerio Público por
esos delitos? Conocemos a quien fue profesor del Colegio Hipócrates en
Acapulco. Se llama Ignacio Hernández. Impuso cuota de dos caguamas o una
botella de “güisqui” a sus alumnos. Hay pago de cuota, hay calificación. No hay
pago de cuota, no hay calificación.
A los
varones los citaba en las oficinas donde trabajaba. Su obligación: llevar las
cervezas o el licor suficiente para embrutecerlo. A las jovencitas de
buen ver las citaba en el centro de la ciudad. Ya sabían la cuota asi que…
hasta que lo despidieron por corrupto y libidinoso. Pero ahí sigue presumiendo
un honor inexistente en él e hipócritamente exhibido con quienes se lo creen.
¿Qué le
vamos a hacer? Asi fuimos educados los mexicanos que acudimos a las escuelas
públicas. La cuota antes que nada. La práctica se hizo costumbre. Y las
costumbres se hacen leyes. Pero, como dice el refranero popular, hay justicia
divina. En éste caso la justicia divina la aplican los malosos de los que en el
mundo se conocen como mafia, gansgters, o pandilleros pero que aquí les decimos
“la maña”.
Miles
de maestros han decidido no dar clases porque “la maña” les exige una
cuota. Deben entregar una parte proporcional de su salario a los
pandilleros. De lo contrario serán asesinados. Hay infinidad de casos en que
los maestros han sido secuestrados o muertos por negarse a pagar la famosa
cuota. Sus sindicatos, que también cobran cuota del salario a los mentores, se
han sentado con el gobierno para prometer volver a clases “cuando existan
garantías de seguridad para los maestros”.
Pero
¿Qué creen? Los líderes han sido sobornados con maletas de dinero por corruptos
funcionarios del gobierno estatal que asi creen dar solución a un problema
complejo. Una cuota a los líderes para calmar el problema. ¡Qué paradoja! Otra
vez aparece en escena la famosísima cuota.
En el
ánimo del pueblo existe la certeza de que los maestros son los responsables de
esa insana costumbre. Ellos educaron con la cuota a sus alumnos. Uno, o muchos
de esos niños, crecieron y se convirtieron en pandilleros. Uno, o muchos de
ellos, saben que el pago de una cuota es legítimo y legal. Asi los enseñaron
los maestros. Entonces asi debe ser. Hoy ellos se han convertido en quienes
cobran un pago. Antes lo pagaban.
Han
sido los maestros corruptos los que dieron validez y fuerza a la práctica de
pagar cuotas por todo. Ellos la legitimaron. Ellos educaron en ello a miles de
niños. Ellos son los inventores de la cuota ¿Qué sienten cuando cobran la
cuota? ¿Qué sienten cuando la pagan? ¿Entonces de qué se quejan cuando los
pandilleros les exigen lo mismo? ¿Acaso esos pandilleros no aprendieron en las aulas
que hay que pagar cuota por todo? ¿De que se quejan los maestros? ¿De qué?
Antes
de concluir aportamos un dato extraído de la numeralia: Deja 117 millones de
pesos mensuales al poderoso Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación
el cobro de cuotas a miles de maestros de escuelas públicas en todo México.
¿Cuánto ganarían los de “la maña” al exigir cuotas a los maestros de la
periferia de Acapulco? Muchos millones. Muchos.
Por
cierto. ¿Ustedes ya guardaron para las cuotas?
TRASCENDIÓ
QUE
todos los conflictos que tienen convulsionado al estado de Guerrero tienen que
ver con el tema de la educación pública.
QUE
Raúl Salgado y Toño Arredondo altos funcionarios de educación pública, han
decidido dar su apoyo a la candidatura al Senado a la priísta Claudia Ruiz
Massieu, a pesar de que elolos votaron por el PRD en la pasada jornada
electoral.
PREGUNTAS
QUE MATAN
¿Quién
se acuerda de los ministeriales presos por el asesinato de dos normalistas?
¿Cuánto
costó el silencio?
NUMERALIA
1)
Durante el ciclo agrícola del 2011 se recabaron un millón 400 toneladas de maíz
en Guerrero.
2)
El 90 por ciento de la cosecha se está vendiendo a empresarios de entidades del
centro del país.
3)
En marzo se prevé un desabasto de este grano en el estado.
4)
Aunque no hay un precio estandarizado del precio del kilo de tortilla, éste se
vende entre 14, 15 y 16 pesos en distintas partes de Guerrero. El precio se
dupliacrá en marzo.
5)
El año pasado cerraron sus puertas 9 tortillerías porque es elevado el costo de
producción, y los empresarios prefirieron cerrar sus puertas a perder lo poco
que tienen.
QUE
CONSTE
"Claro que puedo, estoy dispuesto
a colgar la bata por el bien de Acapulco y nuestra gente que está cansada de
las promesas de siempre". Marco Antonio Terán Porcayo, precandidato del
PRI a la presidencia municipal de Acapulco.