La sucesión
presidencial en Acapulco para el PRD es un asunto de temperamento. Dos aspectos
resumen la disputa. Un grupo pide la alianza de partidos como antídoto para no
perder. Otros candidatos asumen la jerarquía del PRD para ir solos a las
elecciones seguros que triunfarán.
Uno de los
involucrados es Evodio Velásquez. Oriundo, joven, talentoso, dinámico y con
capacidad para asumir la conducción de una responsabilidad política municipal
tan comprometedora como Acapulco.
El PRD ha de
decidir si se acopla a la solicitud de otro partido o, participa con sus
propios cuadros en la elección donde, tiene que lograr el mayor número de
simpatizantes a fin de recuperar una plaza que le fue arrebatada por el PRI,
con el actual gobierno de Manuel Añorve.
La petición
por la Alianza tiene un argumento inválido. En Michoacán unidos PRD, PT y
Convergencia perdieron, ante el PRI, pese a que gobernaban el Estado, por lo
cual en Acapulco dicha suposición pierde contundencia.
La lógica política
prefiere que siendo el PRD primario en preferencias, en trayectoria exitosa en
Acapulco y con experiencia para atender las vicisitudes de un gobierno, tenga
la oportunidad de presentar candidato y que otros partidos adherentes y
demandantes, se sumen al proyecto para de nuevo lograr la presidencia municipal
del puerto.
EVOluciona es
un lema que invita a la alternancia para reconquistar la plaza de donde fueron
desalojados por el PRI los perredistas.
PD: “Juntos,
pero no revueltos”: dicho popular.