Los bajos perfiles y la experiencia poco convincente
de los gobiernos estatales y municipales emanados de las coaliciones de Partido
Políticos con perfiles de “izquierda” aunado a la misma dinámica en la
administrado de los recursos públicos, así como la baja productividad de los
representantes populares grises en distintas legislaturas, todo esto ha
generado una percepción recurrente en amplios sectores sociales de desprecio
hacia la clase política y los partidos políticos, toda esta maraña de intereses
privados sobre el interés social solo dejan claro que procuran no quedar “fuera
de la jugada”.
Desde la postulación del actual gobernador se ha
venido generando un proceso simbiótico entre los actores políticos que “a
patadas bajo la mesa” unos, los que se acostumbraron al poder y con posturas serviles,
otros, que antes pugnaban por lograr mejores condiciones de vida del pueblo, ahora
todos han logrado coexistir en una misma administración que está lejos de
transformar estilos y costumbres de gobernar Guerrero, sigue siendo como en los
viejos tiempos de populismos caciquiles. Los cambios que se han visto,
positivos y negativos han sido a fuerza de modificaciones a la Constitución política
de los Estados Unidos Mexicanos y en la forma de operativa de las Instituciones
y que han sido dictadas desde el centro del país y por el Gobierno Federal por
las presiones naturales de amplios sectores sociales, dichos cambios se acatan
obligatoriamente por los gobiernos de las Entidades Federativas, sino todo
marcharía exactamente igual a la tradición caciquil del que: “aquí no pasa nada”
para ilustrar esta afirmación, existen infinidad de ejemplos que perseveran la
impunidad que aun permea en los organismos que imparten justicia y administran
los dineros públicos que son gastados de manera discrecional a conveniencia
política, sin obligarse a cumplir objetivos específicos para lograrse avances
en el desarrollo integral de la sociedad en periodos establecidos recurriendo a
la eterna justificación fatalista de que existe un gran rezago de décadas que
es considerado casi insuperable.
La falta de voluntad y la mediocridad de los que
desempeñan funciones públicas es visible en todos estos años de nulos resultados,
sino constate usted mismo como a la primera convocatoria que se emitió para
contender en las próximas elecciones locales y federales los funcionarios de
varios niveles corrieron a reservar lugar, sin importar que en su corto
desempeño hayan hecho un buen o mal papel tampoco hubo una evaluación objetiva
de los resultados o que estos hayan dado al pueblo, pero en fin ya están con el
pie en el estribo pensando que la ciudadanía los recibirá con beneplácito.
Ya han llegado al PRD a registrarse sobrinos, parientes,
cuadros y hasta hijo de gobernador para competir por un escaño del Congreso
Local sin medir las consecuencias, sin reflexionar que fueran otros cuadros de
la verdadera izquierda quienes pudieran competir a puestos de esa naturaleza,
pero no son ellos mismos que con el poder van por el poder mismo. Lo más triste
es que cuadros que se identificaban en años anteriores con la lucha de
izquierda hoy los miramos como tapete de “condes y reyes”, quiero concluir con
estas aseveraciones: tanto ayer como hoy no existe en el gobierno del Estado
una aplicación del Programa Partidista de izquierda como si ha sido en casi 18
años en el Distrito Federal. Hoy los que regresan a tratar de depredar a un
Partido que por años ha sufrido el desprecio y la represión ahora son fieles
aliados de los neo perredistas que ha todo esto quiero afirmar que no son bien
vistos por una militancia combativa, incorruptible y consecuente con lo que
piensa y hace.