El mercado electoral está a
todo lo que da en estos momentos previos a que se decidan las candidaturas a
las alcaldías en el estado de Guerrero. En la mayoría de los partidos y
particularmente en el de la Revolución Democrática y el Revolucionario
Institucional, los aspirantes a ocupar la presidencia municipal hacen hasta lo
imposible por colocarse como los mejores prospectos y los demás están haciendo
el mayor ruido posible a fin de ser atraídos y cooptados y con ello negociar
posiciones dentro de la planilla o la administración pública.
En el caso específico de
Acapulco, el único partido político que ya ha decidido quien será su candidato
a la alcaldía es el Movimiento Ciudadano y será su actual dirigente nacional y
senador de la República, Luis Walton Aburto. Sin embargo, él sabe y lo sabe
bien, que para ganar esta plaza será necesario llevar a cabo una coalición con
los partidos de la Revolución Democrática y del Trabajo. La tarea no es fácil y
el resultado es de pronósticos reservados.
En el Partido Revolucionario
Institucional, los aspirantes son muchos y variados y no hay uno solo que pueda
decirse tiene ascendencia sobre los demás, lo cual dificulta la negociación
tanto para el propio partido como para los aspirantes, ya que al final de la
jornada, cuando salga el humo blanco, la división será definitiva y no habrá
nada que pueda convencer a los perdedores para que sumen sus fuerzas y su
activismo a favor del abanderado. Hoy se habla que quien va punteando en las
encuestas es el diputado federal, Fermín Alvarado Arroyo seguido por el también
diputado federal, Alejandro Carabias
Icaza y en tercer lugar se ha colocado al ex diputado federal por el PRD, hoy
de nuevo priista, César Flores Maldonado.
Y mientras en el PRI no
encuentran la cuadratura al círculo y en el PRD las negociaciones se han salido
de curso, en el Partido de Acción Nacional continúan deshojando la margarita
para decidirse a lanzar como candidato a la presidencia municipal al ex
gobernador y ex alcalde acapulqueño, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo. Dicen
en este partido que si acepta el ex gobernador ser su abanderado podrá dar la
batalla y ganar de nueva cuenta la alcaldía, aunque para ello se tenga que
hacer un doble esfuerzo en propaganda y publicidad.
Si los momios se alinean en
cada partido y se postula a los que hoy están como punteros en las encuestas de
opinión, tendremos en el panorama electoral para la alcaldía de Acapulco a tres personajes que no son
desconocidos y a cada quien se les ubica en función a lo que han hecho y lo que
han dejado de hacer tanto en el servicio público como en el sector privado.
Estamos hablando del senador Luis Walton Aburto, dirigente nacional del
Movimiento Ciudadano, quien sería postulado por los partidos llamados de
izquierda—PRD-PT y PMC—el ex gobernador y ex alcalde de Acapulco, Carlos
Zeferino Torreblanca Galindo, quien sería el abanderado del Partido de Acción
Nacional (PAN) y el actual diputado local y ex secretario de gobierno del
estado, Fermín Alvarado Arroyo quien abanderaría a la coalición del Partido
Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido Verde Ecologista de México
(PVEM).
Como se puede observar, la
disputa por la presidencia municipal de Acapulco no será fácil y las campañas
políticas no se traducirán en un día de
campo sino todo lo contrario, pues los aspirantes no son primerizos en esto de
las contiendas y cada uno tiene lo suyo, aunque se debería de apostar a lo
mejor y no a lo menos peor.
En cuanto a experiencia
administrativa, el ex gobernador Torreblanca lleva la mano. En cuanto al manejo
de la política Luis Walton ha dado muestras de su habilidad, particularmente en
lo que fue la pasada contienda electoral para la gubernatura del estado donde
se postuló por parte de las llamadas izquierdas al actual gobernador Ángel
Heladio Aguirre Rivero, mientras que en lo relativo al trabajo legislativo, la
experiencia la tiene Fermín Alvarado Arroyo, siempre cobijado y protegido por
el manto del figueroismo.
Pero en Acapulco lo que
necesitamos es que los candidatos tengan más que experiencia, propuestas concretas
que vengan a resolver nuestro problemas ancestrales y estructurales y no solo a
paliarlos con políticas asistencialistas como ha sido desgraciadamente la
historia de esta entidad y en donde estas políticas públicas que datan de poco
más de dos décadas no han cambiado para nada y por lo tanto los nuevos
gobiernos no han logrado hacer los cambios que se han reclamado desde los años
setentas.
Quienes tienen la
experiencia de conocer las tripas de Acapulco, deberán proponer programas y
proyectos viables y de urgente necesidad y quienes hacen política deberán velar
porque los grupos de presión sean útiles para hacer que esta entidad progrese y
la experiencia legislativa debería canalizarce para hacer mejores leyes que
cubran los huecos que hoy existen y por donde la corrupción hace su agosto y la
impunidad camina sin obstáculo alguno.
Los acapulqueños no queremos
más salvadores ni auxiliares sino gobernantes responsables que rindan cuentas y
que realicen una administración transparente.
No queremos que se vuelva a
repetir lo que hoy vivimos, un gobierno saqueador, irresponsable, negado a la
transparencia y que dejará un ayuntamiento quebrado y lo peor de todo es que no
habrá quien responda por los abusos y excesos.
¿Quién será el que
responderá por los más de 800 millones de pesos que se dejará como deuda
pública en el ayuntamiento de Acapulco?
¿El que quede como alcalde
interino responderá por lo que hizo su antecesor?
¿Podrán ser sujetos a
proceso los culpables de este quebranto y que ahora brincan a una posición
donde les cubrirá el fuero Constitucional?
Esperemos que los candidatos
a la alcaldía se comprometan con los acapulqueños a revisar las cuentas y
desfalcos y llevar a tribunales a los culpables para que paguen sus abusos y
excesos de autoridad. Si no existe este compromiso, entonces estaremos frente a
candidatos que no vienen a servir sino que vienen a servirse.
Ya lo ha dicho Luis Walton
Aburto que él no quiere ser alcalde para robar sino para servir, pues ufano lo
expresa que dinero no le falta y por lo tanto no tendrá esa tentación en el
ejercicio del poder.
Los otros dos
aspirantes—Torreblanca y Alvarado—no han dicho nada al respecto, pero esperemos
que se pronuncien en este sentido y conocer su posición al respecto.
Lo cierto es que tendremos
que escoger al mejor y no al menos peor.
Periodista y Analista Político* observar@gmail.com