UN DIPUTADO LO LLEVÓ con
el secretario de despacho para que lo ayudara en el secuestro de su hijo. Nadie
más, supuso, sabía de la reunión. Cuando llegó a su casa, alguien le llamó por
teléfono. “Te dijimos que no hicieras nada, jijo de la … Tu hijo la va a
pagar”.
Y así ocurrió. Pese a que
pagó el rescate, que lo dejó sin dinero y endeudado, su hijo no apareció. El
secretario de marras solo le sugirió que pusiera su denuncia, y que a partir de
ella iban a investigar el secuestro. Obvio, no la puso.
¿Cómo pudieron los
secuestradores enterarse de la reunión con el secretario, si solo estuvo
además, el diputado y él, como padre del secuestrado? No lo sé, me dice. Nadie
más, ni mi familia, sabía del encuentro. Y entonces, ¿quién les dijo?
Lo cierto es que no fue el
único caso. Lo cierto es que, por eso,
muchos guerrerenses dejaron de denunciar los secuestros, los levantones y
extorsiones, después de que se dieron cuenta que, después de hacerlo, recibían
llamadas de los delincuentes. Lo cierto es que, se llegó el momento en que ni
siquiera recurrían a la policía y mucho menos llamaban al 066.
No por nada, hay que
decirlo, las cámaras de vigilancia (C-4), y el número de emergencia 066, hoy
están en poder del Ejército.
Por fortuna, las cosas van
cambiando. Y aunque los cambios son graduales, hoy las cosas son mucho mejores
que antes. Por fortuna, con todo y que aún hay problemas, en Guerrero hay
gobierno. Por fortuna, los guerrerenses van recobrando la confianza en quienes
tienen por obligación, ayudarles.
Y EN OTRO ASUNTO, de acuerdo a un cable informativo fechado en
la ciudad de México, el Primer Tribunal Unitario Penal con sede en Toluca,
estado de México, confirmó este martes, de manera definitiva e inatacable para
la Procuraduría General de la República (PGR), la libertad provisional bajo
fianza en favor de varios implicados en uno de los casos más relevantes de
presuntos desvíos de recursos y lavado de dinero en Guerrero.
En marzo pasado, tras la
entrada en vigor en esa entidad del nuevo Sistema de Justicia Penal, con
juicios orales, el Juzgado Quinto de Distrito de Toluca otorgó en primera
instancia el derecho a la libertad bajo caución a Víctor Ignacio Hughes
Alcocer, quien fue subsecretario de Finanzas del gobierno que encabezó Ángel
Aguirre, y de seis de sus familiares, acusados de blanquear 268 millones764 mil
594 pesos procedentes de la corrupción en contrataciones gubernamentales.
El primer tribunal
unitario confirmó la resolución de Julio César Gutiérrez Guadarrama, juez
quinto de distrito, quien en marzo pasado fijó garantías que van de 429 mil
hasta casi 69 millones de pesos al estimar que en el nuevo sistema de justicia
que entró en vigor el lunes en el estado de México ya no se considera el lavado
de dinero como delito que merece prisión preventiva. Es decir, ahora van a
disfrutar del botín.
El abogado de los Hughes
es el penalista Ricardo Sánchez Reyes Retana, quien obtuvo la libertad bajo
fianza de sus clientes debido a que el Código Nacional de Procedimientos
Penales (aunque es rector del proceso penal acusatorio adversarial y no del
anterior sistema mixto) no contempla que el ilícito de operaciones con recursos
de procedencia ilícita amerite prisión preventiva oficiosa.
POR ÚLTIMO, EL DIPUTADO
federal Victoriano Wences Real es, sin duda, el único que recorre la Montaña
entregando apoyos. Lo anterior, sin contar con los presentes que por motivo del
Día del Niño, y el Día de las Madres ha estado entregando. Habrá quien diga que
son regalos sencillos, pero finalmente son regalos que, como ocurre en muchas
partes de esa región, ni siquiera entregan los presidentes municipales.
El alcalde de Tlapa, por
ejemplo, el tal Noé Abundis, argumenta que no tiene dinero. Y claro, no habrá
para el pueblo, porque para él, y los regidores, por supuesto que sí. Vamos, ni
siquiera el gobernador del estado gana nominalmente lo que se asignó como
sueldo el edil, es decir, 150 mil pesos al mes, y obvio, sin contar con otros
ingresos, mientras que los regidores, “por acuerdo de Cabildo”, es decir, por
ellos mismos, cobran nada más, pero nada menos que 120 mil.
Bueno, el alcalde no tiene
la culpa. La alcaldía le cayó del cielo, gracias a la muerte repentina de
Javier Morales.
En fin que mientras el
diputado Victoriano Wences entrega apoyos, recursos y regalos, el alcalde
tlapaneco anda perdido en el bulevar de Chilpancingo. Y no precisamente
gestionando recursos para el pueblo que mal gobierna.
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