Atoyac de Álvarez,
Guerrero.- Alrededor de 200 familias de la comunidad “El Paraíso”, del
municipio de Atoyac de Álvarez, vive n en zozobra; y, más en esta temporada de
lluvias, pues temen que un cerro agrietado del cual provienen ruidos extraños,
se derrumbe sobre ellos, tal como ocurrió hace dos años, con las tormentas “Ingrid”
y “Manuel”, que sepultó parte de la comunidad “La Pintada”. Pide un estudio
serio de Protección Civil.
El delegado de la colonia
Nuevo Horizonte, Rafael Adame, de dicha comunidad de lo alto de la Sierra, dijo
que “desde el paso de las pasadas tormentas
tropicales, “Manuel” e “Ingrid”, la alta
colina, que se ubica casi frente a la Colonia, de la cual se escuchan durante
el día y noche, sonidos raros. Como que
truena, dice el entrevistado.
Recordó que “durante las
mencionadas tempestades, en esta montaña se produjo una enorme grieta; lo que
ha causado que este débil la tierra de ese sitio en peligro de que se hunda”. Reveló,
que: “ya que también se pobló parte del lugar y ya no se cuenta con árboles”. Lo
que expone aún más la vida de los pobladores”.
Ante ello, el representante
de la colonia declaró que la enorme zanja amenaza con causar el derrumbe, lo
cual “es alarmante porque ya tenemos la temporada de lluvias y se mencionan más
ciclones y huracanes”.
Recordó que “durante las
mencionadas tempestades, en esta montaña se produjo una enorme grieta; lo que
ha causado que este débil la tierra de ese sitio en peligro de que se hunda”. Reveló,
que: “ya que también se pobló parte del lugar y ya no se cuenta con árboles”. Lo
que expone aún más la vida de los pobladores”.
En voz de todos los
temerosos habitantes de la comunidad
serrana de “El Paraíso”, demandó que
personal capacitado de Protección Civil lleve a cabo un estudio del estado que
guarda el cerro para determinar el riesgo pues viven con el pendiente y temen que
“ocurra una tragedia como sucedió en “La Pintada” al derrumbarse y arrasar un talud de una montaña que sepultó casas, en esos hechos, hubo una centena de muertos.
Adame, resaltó que son
alrededor de 200 familias quienes habitan cerca del lugar y están conscientes y
con el temor de que ocurra una desgracia,
porque el cerro no deja de emitir tronidos.