“Las religiones son las que
basadas en sus historias, novelas y mitos, han hecho un objeto de violencia a
la mujer”
Dios crea al hombre y a la
mujer; y, los corre de El Edén, al conocer y sentir “la verdad”. Las diosas se
molestan y castigan a dios, por haberlos hecho a su imagen y semejanza.
Mujer (del latín mulier,
-eris) o fémina, es la persona del sexo femenino. Mujer también remite a
distinciones de género de carácter cultural y social que se le atribuyen así
como a las diferencias sexuales y biológicas de la hembra en la especie humana
frente al macho.
La mujer no puede nacer de
una costilla, ni alegórica, ni metafórica, ni simbólicamente tiene una
explicación sensata. Ni en el más extraño de los misticismos, sucede tal
aberración.
El Gilgamesh, libro de mayor
longevidad literaria e histórica, marca la creación de los “dioses” de un
hombre; para posteriormente dar vida a catorce (siete hombre y siete mujeres).
Para que realizaran el trabajo de los “dioses”, en la tierra. Esto puede
remontarnos a los Anunnakis, pobladores extraterrestres que llegaron hace 445
mil años, en busca de oro, para proteger su planeta de los rayos ultravioleta
(algo parecido a lo que ocurre en la Tierra, actualmente). Ya había mujeres.
Decía Simonne de Beauvoir
que “no se nace mujer u hombre, sino que se nace con un cuerpo que adquiere un
significado en este mundo”. En algunos sectores de la academia se ha
caracterizado ese significado.
El sociólogo Simmel,
destacó: que nacer mujer en nuestro
sistema de género significa no hacer las actividades de los hombres, no obtener
las funciones de los hombres en la sociedad, no tener sus relaciones, ni sus
formas de comportamiento, ni su subjetividad Al revés, ser hombre es no hacer
las cosas de las mujeres, no tener sus funciones, etc. Y a la vez, ser mujer u
hombre es hacer obligatoriamente las actividades correspondientes a nuestro
género.
Acaso uno de los signos más
destacados de los cambios en la participación de la mujer en la actualidad
consiste en su presencia en el ámbito político, tras siglos de negación de la
posibilidad del sufragio y de la elección de gobernantes. En el eje político
han servido como comparsa como muchas lo son y han servido para confirmar el prevalecer del machismo. Han servido como
“juanitas” a “juanitos”. Puesto que hay una carencia del entenderse como un
cuerpo y una mente, no como un género especifico. Como en el hombre, hay de
hombres a “hombrecitos” o “mujerucos”, dijera María Félix refiriéndose a
conocido escritor mexicano.
Son los varones quienes han
creado el arte y la industria, la ciencia y el comercio, el estado y la
religión". No existe pues la "cultura de las mujeres", sino la
de los varones. La cultura femenina es fundamentalmente subjetiva, debido a la
naturaleza propia de la mujer. La mujer aparece como un ser diferente del
varón. La mujer es más constante, más sensible, más piadosa, menos objetiva,
menos lógica y más dada a la reproducción.
Se puede aventurar a decir
que el sexismo, el machismo y también la misoginia, tienen más fuerza que nunca
pero que se manifiestan de forma soterradamente sutil, difícil, a veces, de
percibirlos. Hasta hoy, en la misma celebración.
La mujer trasciende como ser
humano; pero, también, como el ser que da la vida en el dolor, desde la
biología, hasta el insulto en su propia personalidad.
La poetisa Eulalia
Valldosera, dijo: "Mi última aportación es tan femenina... Cada vez tomo
más conciencia de esto. Yo no he tenido ejemplos que seguir y me siento como
rompiendo toda una tradición. En la generación de los noventa, la mía, gran
parte de las aportaciones más interesantes las han realizado mujeres porque
tenemos mucho material que utilizar. Somos herederas de un silencio y poder dar
voz a ese silencio da una riqueza tremenda". Esa es una fuerza de la
mujer.
P.D. Entre la verdad, más
que ficción: quien no tiene una hija, no sabe lo que es entender a las mujeres.
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