Fundado en experiencias de otros países, en
la región del Totonacapan, en el norte de Veracruz, caro a mis andanzas como
promotor, nació en el 2011, una moneda de cambio llamada Túmin, que en lengua
totonaca quiere decir: “dinero”. El Espinal es uno municipio de los 212 con que cuenta el estado zeta por
excelencia.
“Espinal debe su nombre a los árboles de
espino blanco que abundaron alguna época en la cabecera y el municipio con el
mismo nombre. Ahora son escasos en el paisaje. La cabecera municipal tiene poco
más de dos mil 500 habitantes. El municipio rebasa los 24 mil habitantes, cerca
de la mitad son indígenas totonacas. Espinal es un municipio pobre en el que la
mitad de su población carece de agua potable y drenaje. La cabecera se erigió a
orillas del río Tecolutla que desemboca en el Golfo de México. Se dice que al pueblo
lo fundó un pirata de nombre Lorencillo, que luego de hacer sus fechorías en el
Golfo navegaba río adentro y se ocultaba en esta región de verdes intensos,
cálida y húmeda, con lluvias abundantes en verano…” (Revista Domingo/El Universal).
El principal promotor del Túmin es Juan
Carlos Castro, un joven universitario que estudió Ciencias de la Comunidad en
el Tec de Monterrey y zapatista por vocación. Al conocer la existencia de otras
monedas alternativas: “el “Ithaca Hours”, en Nueva York; “Lets”, en Canadá;
“Lionza”, en Venezuela; “Eco”, en España; “Libra Brixton”, en Inglaterra;
“Cheimgauer”, en Alemania, usados no
tanto por necesidades económicas sino como herramientas políticas de lucha
contra el sistema capitalista. En México está el “Tláloc” y “Trueke”, en el
Distrito Federal; “Mezquite”, en Dolores, Guanajuato; y “Cajeme”, en Sonora,
que funcionan especialmente en ferias donde se ofertan productos alternativos…”
A las ideas de Castro se unieron; Álvaro
López Lobato y Blanca Xanath García. Lo interesante que este proyecto es
impulsado por maestros de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI).
Ante el embate de la desmedida
comercialización criminal, el Túmin cumple con su función, ser una especie de
vale cambiable en dinero. Y una moneda de circulación, que ha tenido la
respuesta hostil del Banco de México. Lo extraño de este vale, que no es una
emisión de moneda, tiene un éxito en El Espinal y amenaza con multiplicarse en
municipios vecinos de la región Norte de Veracruz. El diseño de los Túmin, es
alusivo a una economía en rebeldía: aparece la imagen de Emiliano Zapata, por
ejemplo.
¿Pero y como funciona? La explicación que
dan en el reportaje es muy simple: “Cada quién establece la parte proporcional
de pesos y túmin a recibir a partir del 10 por ciento de la cantidad total a
pagar. De esta manera, por ejemplo, si la maestra quiere comprar un kilo de
carne a otro tumista, en vez de pagar 70 pesos paga 50 pesos y 20 túmin. A ella
le sale más barata esta carne, por lo que no la comprará en un supermercado de
las ciudades cercanas de Papantla o Poza Rica. El carnicero a su vez usará esos
20 túmin en otro bien o servicio tumista. Así se diversifica y fortalece el
mercado espinalense para bien de la población general…”
Este sistema monetario independiente y
polivalente en el ámbito de la comunidad espinalense, nació en el 2010. Ha
tenido detractores, principalmente de las autoridades bancarias y de la PGR. No
así de los túminenses que lo usan a diario como moneda de cambio.
Curiosonamente, en octubre del 2011, el
presidente municipal de Zacualpan de Amilpas, Ángel García Yáñez, demarcación
perteneciente al estado de Morelos, impulsó la Feria del trueque. Cada domingo,
durante el tianguis, los indígenas y mestizos del estado de Puebla, M orelos,
Distrito Federal y Estado de México, realizan por tradición como mecanismo de
defensa económica el trueque.
Aprovechando esta costumbre arraigada en
esa comunidad, se crea la feria anual y dominical, no sólo como una medida
económica alternativa, también como un atractivo turístico que atraiga a truequistas cada ocho días; además de
intercambiar todo tipo de objetos, productos, artesanías, los asistentes a la
feria, dejen una buena derrama económica a los habitantes del municipio.
En la Montaña de Guerrero sería viable un proyecto de esta naturaleza?
Basta con asistir al tianguis de Tixtla y
Chilapa, donde es común ver a indígenas, principalmente, ofertar sus productos
a precios muy bajos o truequearlos por insumos que no hay en sus lugares de
origen: cal, semillas o mezcal.
¿El destino del Túmin y otras “monedas” de
cambio, será efímero?
Eso lo sabremos muy pronto, mientras tanto,
no sería malo ir al Espinal a platicar con los impulsores de esta banca de los
pobres, analizar su viabilidad e impulsarla en Guerrero.
¿Sería un trabajo para la Universidad
Intercultural, ONGs, y líderes comunitarios? En la mayoría de los pueblos
originarios de Guerrero, desde el origen de los tiempos han vivido bajo un
régimen social comunitario. Dar tequio
y “brazo”, son prácticas vigentes en Guerrero. Una experiencia como la del
Túmin en el Espinal, Veracruz y la de la Feria del trueque en Zacualpan de
Amilpas, Morelos, se podrían implementar en Guerrero, sobre todo en la región
más pobre del estado como lo es la Montaña.