Los políticos son una clase
de animales
distintos a los conocidos y todo lo que les convenga hacer para quedar bien o
librarse de problemas o conflictos no dudan en llevarlo a cabo, ya que la
lógica les indica que no podrián estar peor como lo estaban en esos momentos.
Y esto no es mas que el resultado
o la consecuencia de un discurso político inaugurado hace meses por el
abanderado de los partidos de ‘’izquierda’’, Andrés Manuel López Obrador, quien
al ser convencido de que si continuaba por la ruta de la confrontación, los
señalamientos y las denuncias contra sus adversarios, poco podría lograr para
obtener el triunfo electoral el primero de Julio próximo y por lo tanto le
recomendaron cambiarlo.
El resultado fue
verdaderamente sorprendente y hasta cierto punto gracioso y hasta jocoso. Del
odio pasó al amor y se dijo convencido que quería fundar en México la República
del amor. Cursi o no, el caso es que la propuesta ha tenido ya sus
consecuencias cuando menos entre los políticos del estado de Guerrero.
En días pasados, en un acto
público en el puerto de Acapulco, el gobernador Ángel Aguirre se mostró
‘’amoroso’’ con su ‘primo hermanito’ Manuel Añorve Baños a quien le perdonó
todo lo pasado.
Cuando menos lo
esperaba—aunque desde el principio de la administración estatal lo andaba
buscando—Añorve fue sorprendido por su ‘primazo’ con su discurso de
reconciliación, de dejar pasar lo pasado y voltear la página para volver a los
buenos tiempos cuando los dos eran uno.
El gobernador Aguirre
entraba al círculo de la República Amorosa. A partir de
entonces no le importaba lo que le había dicho Añorve en la pasada campaña
electoral, ni los epítetos que le hizo público a él y a su familia y tampoco lo
inquietaban los videos denigrantes que se utilizaron para dar al traste con su
imagen de hombre de bien y de valores.
La actitud asumida por el
gobernador Aguirre se puede interpretar de muchas formas y una de ellas es que
no estamos del todo seguros si fue en realidad una declaración ‘amorosa’ o una
ironía. No queda claro si con ello le estaba asestando una bofetada con guante
blanco o en realidad quiere que todo vuelva a ser como antes—lo que es casi
imposible que esto suceda, ya que lo que se rompe difícilmente vuelve a su
estado original por mas y que la restauración se realice con éxito.
Los primos ometepequenses se
fundieron en el acto público aludido en un abrazo protagonizado ante una
audiencia ‘sui géneris’ y frente a las cámaras y micrófonos de los medios de
comunicación masivos que cubrían la gira del mandatario estatal y que por lo mismo
les sirvió como noticia de color.
Los
primos belicosos se convirtieron en amorosos.
Las repercusiones de este
suceso político solo puede medirse entre los que en realidad creyeron que la
lucha electoral por la gubernatura era entre dos tipos diferentes y por ello se
lanzaron con todo para ganar simpatías, apoyos pero sobre todo, votos.
Ahora, estas personas o
grupos que quedaron confrontados por las circunstancias que se dieron en ese
patético proceso electoral no sabrán que hacer y cómo llegar a la
reconciliación.
¡Vaya lío en que están
metidos!
La pregunta ante este evento
espectacular cuanto cursi es:
¿Usted
le cree a los primos amorosos?
Y es que este espectáculo
verdaderamente desagradable se ha venido a replicar en otros políticos guerrerenses
quienes no solo se creen y se autocalifican como ‘la esperanza’ para
Guerrero sino como los portadores del ‘amor’.
Cuando menos eso es lo que
consignan varios medios de comunicación regional pues dicen que tanto Claudia
Ruiz Massieu Salinas como René Juárez Cisneros han abrazado la política del
‘amor’ como propuesta electoral.
Y si a López Obrador se le
criticó por promover la República del Amor tras años de
promocionar y fomentar el odio entre los mexicanos, a los aspirantes a la
senaduría de la República por parte del PRI Guerrero no se le puede decir más
que plagiaron al ‘morenazo’.
La declaración de los
priistas sonó hueca. No tiene contenido ni sustento. Lo de ser la esperanza es
debatible y lo del amor es descartable. Los ciudadanos no quieren escuchar
cursilerías sino propuestas serias y sobre todo realizables y aterrizables.
Los ciudadanos desean
mejores leyes para superar los problemas estructurales que enfrenta el país y
en particular el estado de Guerrero. No pueden estar a estas alturas los
aspirantes a senadores diciendo cosas que a nadie le interesan. No olviden los
aspirantes que sus biografías las que
los visten y su paso por los puestos de elección popular, como mandatarios o
como representantes populares, son lo que les apuntala.
Estamos casi seguros de que
la República
del Amor es tan solo una anécdota más para la historia política
nacional. No existe ni existirá en el mundo ni una República Amorosa como
nunca ha existido el Mundo Feliz de Aldo Huxley.
Pero como se trata de perder
el tiempo, particularmente en este periodo de inter campañas, pues entonces
hablemos de esto y lo otro y lo otro sin interesarnos de lo que están hechos
los aspirantes a un puesto de elección popular ni que es lo que proponen ni si
traen o no proyectos, pues al parecer los aspirantes creen que a los ciudadanos
les interesa más volver a los años sesentas para que de alguna u otra forma renazca
la República
del Amor y la Paz.
Periodista y Analista
Político*